Apática

Capitulo 10

(Antes de comenzar):

-X hablando -

-X pensando-

(Intervención o aviso)

Autor hablando

CAPÍTULO 10:
Complejidad.

El sol comenzaba a asomarse tímidamente, sobresaliendo sobre las nubes. Una luz dorada se extendía sobre la habitación, bañándola en una calidez casi irreconocible para Kanao. Sus ojos se abrieron lentamente, el peso del sueño aún presionando su mente, pero la claridad de la mañana la obligaba a despertar. Todo estaba tranquilo.

Demasiado tranquilo.

El silencio en la casa era como una capa pesada que se extendía sobre ella. Una capa que ya no podía ignorar. No desde que él había llegado a su vida.

Tanjiro.

El pensamiento de su nombre tenía la capacidad de sacudir algo dentro de ella, algo profundo, algo que no podía controlar.

Mientras miraba al techo, una mezcla de emociones y recuerdos la envolvía. ¿Cómo sería su vida si no lo hubiera conocido? Tal vez todo seguiría siendo igual. La soledad la seguiría envolviendo como una sombra que no podía apartar.

Tal vez seguiría siendo la misma niña introvertida, incapaz de expresar siquiera una palabra sin titubear.

Pero él estaba allí.

Y no podía evitar preguntarse si su presencia en su vida era lo que la hacía sentirse viva.

Algo en él la atraía, algo que no podía explicar. No era solo una simple atracción, sino una conexión; una sensación de que, por primera vez en mucho tiempo, algo dentro de ella comenzaba a cambiar.

A menudo, se encontraba observándolo, y aunque al principio eran miradas no intencionadas, poco a poco empezó a buscarlo conscientemente, encontrando en sus ojos algo que la inquietaba y la confortaba a la vez.

Cada vez que kanao observaba esos bellos orbes, era como si algo se removiera en su pecho. No sabía si era ansiedad o algo más, pero no podía evitar sentir que había algo ocultaba.

Kanao sabía que Tanjiro no la tuvo fácil, y que había tomado decisiones cuestionables.

Puede que ella siempre lo ignorara, pero siempre se preguntaba y se cuestionaba, la razón por la cual, el peli rojo se había enfrentado con aquel hombre ese día,en ese callejón.

Fue una escena en la cual participo... Pero nunca le dio su verdadera importancia.

Siempre pensó que había una razón, una razón capaz de hacer que el hiciera tal hazaña.

Después de todo, ella creía que una mala acción que nacía de una buena intención no necesariamente era una mala elección.

Sin duda, un pensamiento inquietante y sobre todo intrigante.

De repente, unos golpes suaves en la puerta rompieron el hilo de sus pensamientos. La puerta se abrió lentamente, y Shinobu, su hermana, entró en la habitación. La luz de la mañana reflejaba en sus ojos, pero había un brillo distinto en ellos, uno que Kanao reconocía como preocupación.

—Kanao, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó Shinobu, su voz tan calmada como siempre, pero con un tono más serio.

Kanao asintió y se incorporó, observando a su hermana con cautela. Shinobu no solía mostrarse tan directa, lo que solo aumentaba la tensión que sentía en el pecho.