Capítulo 2

6 2 0
                                    

¡Solo errores!

Tres semanas después

Mi cabeza no deja de recordar mi antigua noche con Matías,todo fue un malentendido y no volverá a pasar ,llevo días sin visitar a Carlos, desde la última vez,no me siento con la capacidad para ver a ese chico y decirle que no se me acerque,porque de ese modo solo sería una pecadora de alto nivel,y no podría entrar en el mundo de Dios,como decía Cecilia,mi madre.

Por otro lado está Sam,me tiene harta,juro que en cualquier momento me dejo llevar y termino metiéndole un guantazo como se lo merece.

Papá ha estado las últimas semanas en su habitación,y solo sale a lo necesario,hace dos semanas se cumplieron sus 20 años de matrimonio con mamá.

Ducky viene corriendo hacía mí,amo este animalito,es lo único que me recuerda que no estoy del todo hundida en esta vida.

Da tres lametones en mi mano,y ahora es muy pequeñín a penas alcanza los ocho meses,pero cuando diga a crecer,me ayudará a cazar personas con sus rasgos de Pitbull que lo caracterizan.

  
Mi padre no quiere comer y a mí no me apetece cocinar así que me preparo un sándwich y coca cola,mientras «Otro día para matar» espera en mi laptop.

Me sumerjo en el mundo de Jhon y me fascina ese ambiente por mucho que lo intente ocultar. Mi noche no puede ir mejor hasta que suena mi móvil con un mensaje de un número que desconozco.

Y antes de darme tiempo a leer, se ilumina la pantalla con dicho número realizando una llamada.

—Oigo—digo y nadie me responde.

—Si no tienes nada mejor que hacer ve a tomar por culo y tírate a tu propia madre—espeto exasperada,odio a los pendejos abusadores y cuando voy a colgar una voz me paraliza .

—Ni tanto que eras tan mojigata, ¿No,Frida...?

—¿ Qué quieres Sam?—espeto de mala gana,este idiota logra sacarme de mis casillas a niveles extremos.

—Sal,estoy en la acera esperando por ti,niña doble cara.

Opto por salir antes de que arme un espectáculo y no me apetece que mi padre lo vea aquí en casa.

Lleva sudadera de color negra al igual que los pantalones, y se me hace imposible no reparar su atractivo,no me puede gustar Sam,soy una chica recatada y sería un pecado si cometo tal error con él,mi mente viaja a Matías y me repito que son solo errores.

Me poso frente a él espera a que diga lo que lo hizo venir a mi casa como un jodido maniático. Mientras el divaga en su propio mundo,tal vez buscando las palabras con las que pretende arruinar mi fin de semana, yo me permito admirar su atractivo. Sam es de belleza sensible, pero a la vez oscura y tentadora, tiene labios rosas y delgados,nariz perfilada,ojos negros, tez blanca y el pelo azabache le cae en la frente y en el inicio del cuello por la parte trasera de la cabeza.

—¿Pretendes decirme que quieres Sam?—hablo y el me observa de pies a cabeza e ignoro,la punzada en mi intimidad.

—Mmm... Como te dije en la llamada ni tan mojigata que que eres,no puedes negar que te excitaste bajo mi mirada, y no dejo de preguntarme el por qué de tu actitud,de doble personalidad...— No lo dejo continuar porque mi mano viaja a su cara,y veo la ira que se forma en sus ojos y ni así  dejo de decir que es adictivamente lindo.

Me toma por los hombros y me acerca a él,sus labios van a los míos y antes de que pretenda besarme giro la cara,tengo el pulso acelerado y las manos me sudan «¿Qué coño te sucede Frida?» «!Compórtate¡»

—Si no tienes más nada que decir, haz el favor de irte o por lo menos déjame en paz—hago uso de mi autocontrol e indiferencia.

Volteo y comienzo a caminar a mi casa,y me detengo en seco  cuando habla.

—¿A qué le temes, Frida?

—No le temo a nada ni a nadie,Sam pero entiende que no me gusta lo que me haces y que no sé que te hice ¿Vale? Pero si lo hice lo siento,no merezco lo que me haces,deja en paz a la mojigata y a la niñata mimada del salón que siempre pasa por desapercibida,por favor —digo mientras mis ojos se encharcan  con mi tonta pero certera actuación porque el chico de media vuelta y celebro para mis adentros.

Sam

Maldigo mil veces a Frida,ella me confunde, la llamé y escuché con claridad lo que dijo,esas palabras salieron de la chica recatada que no rompe un plato pero siento como si en realidad por su culpa ni tan siquiera exista la cocina.

Me gusta provocarla,y después de lo que ví hoy lo seguiré haciendo porque me dí cuenta de que ella no es lo que aparenta.

Camino por las calles de mi bella cuidad,mientras las estrellas y oscuridad se ciernen sobre mí y ella vuelve a quitarme la paz y la tranquilidad que siempre cargo «Frida» .

Recuerdo como se acelero su pulso cuando la miré,su respiración parecía un rugido de león y me di cuenta que casi lanza el teatro por la borda y me besa.

Aunque lo que hizo después me desconcertó un poco,la ví llorar y lamento en ciertas ocasiones no molestarla como me gustaría. Soy un hijo de perra en todos y cada uno de los sentidos. Suelto una carcajada ronca al notar la verdad que llevan mis palabras.

Luisa era sin duda una perra, drogadicta y puta hasta la médula, recuerdo su muerte como si fuera ayer «Murió de sobredosis » la cocaína pudo más con el amor que debía tenerle a su hijo y a la vida,no perdono tampoco a Pedro «Mi padre» gracias a él mi madre terminó así.

No sé el por qué pero mi mente sigue divagando en la chica que acabó con mi patrón de vida y serenidad. Sus ojos azules son un calvario, su pelo claro y rubio, sus labios rosados y el que a pesar de que usa ropa ancha se notan sus glúteos y curvas.

Sin darme cuenta estoy parado frente a mi casa como un estúpido y la erección que llevo hace que me duela la polla.

Pero ya no me doy por vencido voy a desenmascarar a Frida Müller.

Nota de la autora:

Ayyy! Amo a Sam,pero eso no quita que Frida esté en mis prioridades a la hora de expresar cariño. No sé si soy la única como dije anteriormente pero mi linda protagonista me tiene en una montaña rusa de sensaciones. No puedo con tanta mentira!!

Disfruten muchiiooo mi obra literata como yo disfruto de saber que ustedes la leen.

Muaaaaa para todos y....

Chau plasticines

Con amor;

                        Lorena—que muere por Sam —Menendez ❤️.

Amnesia: La otra cara de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora