🌻17🌻

189 15 3
                                    

—¡Que te calles carajo! Eres un sucio, un cerdo. ¡Me das un puto asco! —El hombre tomó sus pertenencias regadas del suelo y salió corriendo del cuarto. Sabía que la mujer podría volver a lanzarle algún otro objeto mientras él aún seguía intentando quitar de su rostro la sangre que caía de la ceja. La mujer momentos anteriores le había lanzado un florero, siendo estampado en la frente del hombre.

La  mujer se había quedado en la habitación un momento, respirando agitada quitando las sábanas de la cama. Su forma de manejarse era tan rápida y dura, que ante los manotones que daba queriendo jalar las sábanas, sólo logró arrancarse una uña. Gritó de dolor, pero su semblante solo mostraba odio, echaba toda la culpa a su esposo quien, había regresado a la habitación nuevamente frotando las palmas de su mano suplicando piedad.

—¡ChanMing, por favor! Para con esto, te juro que te quiero. Lamento haberte hecho esto, pero yo no.. No puedo quitarme esto que me está pasando. Piensa en el bebé.

—Hijo de puta, puto enfermo de mierda. Seung tenía razón — Rebajo con repudio a JiHoon. A pesar de las lagrimas que este tenía, ella no le dio piedad. El masculino la miró confundido para después reír. — Vete.

—¿Kang Seung? Ay, por favor. —Hablo sarcástico. — Ese hombre, es malévolo. Desde que llegamos a esta comunidad siempre he sentido su vibra y es un tipo oscuro. ¡Te dije que no te acercaras a él! ¡¡Ahg!!- —Se quejó, y se escuchó un llanto de su parte. ChanMing le había lanzado una cachetada. Después de todo, en reiteradas ocasiones le impuso a su esposo que al pastor; había que tenerle respeto.

— Si vuelves a referirte de esa forma ante el pastor Kang, yo misma me encargaré de quitarte tu asquerosa promiscuidad a golpes. — JiHoon la miró con miedo, asintió sumiso y se giró tomando lo poco que logró rescatar de su ropa y salió de la casa. Mientras, la mujer tomaba su teléfono enviando un mensaje de texto. El objetivo de JiHoon era irse a un hotel por al menos esa noche y regresar al día siguiente para arreglar las cosas con su esposa. JiHoon aspiraba a mejorar la situación de su familia. JiHoon quería y anhelaba hacerlo por Jimin.

No sabía en qué momento su ChanMing había cambiado tanto. Desde que se habían conocido ella siempre demostró ser amable. Un poco rara al principio como decían sus allegados. Aislada, retadora, quizás un poquito celosa o manipuladora, características que se había comenzado a dar cuenta años después de su noviazgo, pero, él aprendió a quererla. Ella, quien incontables veces le había hecho sentir bien ahora era una desconocida con todos los aspectos malos anteriores multiplicados en una mujer sombría, calculadora y violenta en todo sentido.

La verdad de su sexualidad no era un secreto entre ellos. Desde un principio él había demostrado cierto interés en los hombres, pero por la presión de ese entonces, debía salir con una mujer para que su familia no tuviera malos comentarios del mundo. Así fue como ChanMing le ofreció su ayuda, ser pareja y luego casarse para ocultar su “enfermedad”.

El plan de ChanMing nunca resultó. Desde el comienzo sintió una gran obsesión por el hombre delgado. Y a pesar de todas las personas que buscaban que ella no se acercara al chico haciéndola quedar mal. Por fin había logrado que este cediera ante ella, después de todo luego de un par de unos buenos mimos femeninos le harían no solo volver a ser “normal” si no que también, enamorarse de ella. Por fortuna, lo último no sucedió.

Cuando se casaron, se mudaron de ciudad. La mujer había quedado embarazada a duras penas, y se inspiraron a cambiar de ambiente. Llegaron a una comunidad religiosa alejada, donde se instalaron cómodamente. Ellos ya venían siendo bastantes devotos ante su religión, pero JiHoon jamás imaginó la escala a la que su esposa llegaría.

—Está hecho. — La voz de la llamada era gruesa y áspera, maliciosa y burlona. La mujer bajó la cabeza luego de escuchar esa frase. Sus labios estaban siendo duramente mordidos por ella misma. Al momento de esa afirmación, respiro hondo. Varias horas habían pasado después de la discusión con su marido. ChanMing solo dejó salir un ”mm” de afirmación colgando la llamada, y que a cabo de unos minutos, la puerta de entrada fue golpeada tres veces.

Pequeño Inocente | [Yoonmin] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora