CAPITULO 40

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Ilusión destruida

Max

No tenía idea de que esto provocaría tanto, el miedo que no sabía que podía sentir me invadió al momento de ver aquellas imágenes

Tenía la respiración agitada, podía escuchar hasta mis propios latidos aumentar en cada paso que Kira daba dejándonos a solas

Al ver la puerta cerrarse mi primer impulso fue querer acercarme a Alicia pero de nueva cuenta se alejo

—No entiendes que no quiero que me toques —aunque quisiera dársela de fuerte no podía

Su voz salía quebrada, las lágrimas no dejaban de salir haciendo que se me comprimiera el pecho

Definitivamente, no me gusta verla así

Respiro profundamente sin saber que hacer, y por primera vez en la vida, me siento derrotado, verla llorar como lo está haciendo me está poniendo mal, me estoy asfixiando al ser incapaz de quitarle el dolor que provocó la verdad

—Alicia...

—¿Tan insuficiente fuí? —me miró y sentí como si algo exprimiera mi tórax— ¿Por qué no te conformaste conmigo?, Yo... Yo te dí todo, absolutamente todo de mi

Intenté hablar pero nada salía de mi boca, no sabía que hacer o decir

¿Que justificación tenía? Ninguna

—¿Por qué con ella?

—Yo...

¿Que diablos decía? ¿Que maldita cosa tenía que hacer para evitar que ella sufriera mas?

—Tenía todas las señales a mis narices y no pude darme cuenta —se río con amargura— Con razón la incomodidad de los dos, la urgencia de Kira en irse de aqui.... Tu afán también de tenerla a tu lado, ¿Tan descarado eres? Querías tenernos a los dos a tu disposición, como si fuéramos un objeto

—Asi no son las cosas, déjame explicarte

—¿Que me vas a explicar? —un sollozo hizo que su cuerpo temblará, y una maldita impotencia me invadió— Se que no solo tu eres el culpable, también ella pero... Es mi hermana, no se porque me hizo esto pero no puedo odiarla, no quiero... Y tú...

—¿Me odias?

Me daba miedo su respuesta, no creo poder vivir con ese sentimiento, saber que la perdí, aunque debí de imaginarlo al empezar algo que definitivamente iba a acabar con los tres

—No, no puedo odiarte Max, yo te... —se calló y la incertidumbre me estaba ahogando

—Perdoname....

—No seas tan cínico, por favor —me dió la espalda alejándose aún más de mí— No me pidas que haga como si no hubiera pasado nada, que mire para aún costado y que olvidé tu engaño

—No, se perfectamente que no puedo pedirte eso —murmuré— Solo que... No sé...

Los ojos me ardieron, trataba de respirar profundo para tener más autocontrol pero no podía, está maldita agonía era más fuerte que yo

Mi Querida No Luna ©(Finalizada Y Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora