Capítulo 02: Sangre como rubíes

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Las cosas no son maravillosas en casa, era razonable.

Su tío estuvo un período largo fuera de casa y esta distancia prolongada entre su padre y su tío, se ha puesto en evidencia.

Estos últimos meses que su tío ha estado aquí se da cuenta lo explosivo que pueden ser ambos cuando se encuentran juntos, las discusiones que remecen los ventanales solo contenido por los altos muros.

Justamente, Felix irrumpe en el gran salón cuando su padre se retira con el paso presuroso, el color inundando sus pálidas mejillas, no dice nada cuando ve a su hijo, cerrando las puertas tras él.

Cuando están solos, luego que su padre se ha marchado aun siente los ecos de la discusión que se mantuvo en ese salón, pero cuando los ojos de su tío se posan en él... algo se enfría, calmándolo como si se hubiese sumergido en aguas frías, cristalinas con la vista al cielo mismo.

—Uno pensaría que, con los años, todas esas asperezas en los peñascos hubiesen sido limados por las olas. —comenta acercándose a paso lento mirando los altos pilares y el tallado que narran su historia, como si no se la supiese de memoria.

Su tío bufa incrédulo de ello.

Felix lo vuelve a mirar y nota que también se está acercando a él.

—Si bueno, no lo creo; por lo menos no en esta familia que está lista para arder ante la mínima provocación.

Felix se ríe, ahora está a unos pasos de él, tiene que alzar la mirada para continuar charlando.

Christopher tiene todos esos rasgos fuertes y hermosos de un Targaryen auténtico, el cabello platino llevado orgullosamente suelto y largo, cayendo en rizos espesos hasta los hombros, los mismos ojos morados, la luz del sol que entra por los amplios ventanales le dan cierto encanto celestial fuera de esto mundo, como si su alma fuese un dragón feroz y valiente.

Pero ¿eso no es lo que dicen de todos ellos? Que son en parte dioses por domar dragones.


Tonterías


Felix baja la mirada, avergonzado de sí mismo, por el tiempo que se quedó viendo sin decir nada. Chan no comenta nada al respecto si notó ello o no, en su lugar dice:

—De hecho, hay algo que traje para ti.

Felix se anima ante ello y le vuelve a mirar con una sonrisa emocionada.

Y Chris ríe.

La mano del mayor se sumerge en su bolsillo.

Luego esa misma mano revela un colgante, la cadena oscura se desliza entre sus dedos, dejándola suspendida y los dedos del chico acarician la gema roja.

—Es hermoso —Felix susurra trazando las formas de la piedra preciosa, rojo como la sangre misma.

—Date la vuelta para mí —pide Chris con una suave sonrisa.

Y Felix cumple, obediente y dócil.

Alza su cabello rubio para que no estorbe revelando su sensible nuca.

Siente los dedos calientes rozar contra la nuca, el delicado trazo por la cadena, rosando por su piel... después cuando está en su lugar, Felix mira el colgante.

Es de plata oscura, la gema roja como la sangre, la toca.

Se vuelve y mira a Chris

—Gracias, es precioso.

—Me alegra ver que es de tu agrado.

—Siempre.

Chris bufa.

Hay algo inescrutable en la mirada del mayor, que Felix no puede descifrarlo.

—Siempre un pequeño recuerdo.

—¿Por qué? Porque soy tu favorito, ¿verdad?

Él revolotea cerca de Chris con una sonrisa, por su parte, su tío no responde tiene una sonrisa y esa mirada ferviente, intensa. Siente que toda su garganta arde y se ríe tratando de calmar lo que sea que quiere germinar en su pecho.


*


Es imposible mantener las alas entierra cuando estás acostumbrado a tu propio ritmo, a alzar vuelo cuando lo desees.

Así que es compresible cuando su tío al año se aburre de tener las mismas discusiones con su padre.

Chris se marcha, con paso iracundo y monta a su dragón como si fuese el fuego mismo, el corazón joven y emocional de Felix tartamudea en su pecho, porque nuevamente él no dijo adiós.

Cuando vuelve a su habitación sobre la mesa encuentra algo que no estaba ahí esa mañana. Al acercarse hay un pergamino enrollado en la boca del pisapapeles de dragón que tiene, Felix lo desenrolla teniendo el presentimiento de su contenido.

Aún así, sonríe cuando lee una y otra vez las dulces palabras en valyrio.


"Innecesaria una insípida despedida, cuando volveré a tu encuentro antes que vueles en mi búsqueda".


Él se ríe con un suspiro que no sabía que estaba reteniendo, con el pecho acalorado.

Su tío es ridículo.



Y el tiempo hace de las suyas, deslizándose, surcando la arena como lo haría la cola de una serpiente, y las noches forman sus propios años, dos si es preciso y no es que Felix estuviese llevando la cuenta al respecto.


Su tío Chris vuelve trayendo consigo la primavera.


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Estoy chillando, el descaro de Chan.

Ayuda.

¡Muchas gracias por leer!

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La sangre luce bien en ti [Chanlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora