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Capítulo 121 : La batalla por Asgard

Desde que el rayo azul que habían presenciado descendió de la nave de Thanos, el Santuario II, y regresó rápidamente a la nave, había sido como si todo el planeta, Asgard, estuviera conteniendo la respiración. Ni un solo animal emitió ningún sonido, cada persona estaba mortalmente quieta y silenciosa, incluso la brisa había cesado.

Loki y Heimdall estaban de pie, observando y esperando en la gran repisa de piedra justo en frente de las puertas de la fortaleza escondida, casi olvidada, en las tierras salvajes del planeta. Según sus estimaciones, la antigua fortaleza ahora albergaba entre cinco y seis mil hombres, mujeres y niños asgardianos de todos los ámbitos de la vida, pero en su mayoría plebeyos con algunos guerreros dispersos en buena medida.

"Está comenzando", dijo Loki en voz baja, aunque en el silencio, su voz casi retumbó por el cañón entre las dos montañas que ocultaban la fortaleza.

Sin duda tenía razón. Dos, cuatro, ocho grandes naves de desembarco se separaron del Santuario II y cayeron en picado hacia el planeta. Su enorme tamaño y su color negro mate eran suficientes para garantizar que cualquiera que los viera se encogiera de miedo.

Pero eso no era todo lo que habían planeado las fuerzas de Thanos. Tan pronto como las naves de descenso estuvieron libres, la nave disparó. Una rápida serie de media docena de pulsos de color naranja brillante cubrió un lugar en particular, un lugar que Heimdall conocía muy bien.

"Será mejor que tengas razón al saber una manera de sacar a la gente de Asgard de este planeta", afirmó Heimdall.

"Haré mi parte; No tengas ninguna duda de eso", respondió Loki. "¿Confío en que harás el tuyo?"

En respuesta, Heimdall simplemente desenvainó su espada que llevaba atada a la espalda. Luego lo sostuvo con la punta hacia abajo y ambas manos en la empuñadura. Sus ojos se cerraron y una expresión feroz y decidida apareció en su rostro.

"Padre mío, dejad que la Magia Oscura fluya a través de mí una vez más", imploró.

Loki observó como el cuerpo de Heimdall se ponía completamente rígido, su rostro traicionaba una mirada de intenso dolor. El Gratekeeper hizo una mueca y mostró los dientes en un extraño paralelo con un cadáver viviente.

Y entonces Loki lo sintió. Magia. Magia oscura . Se reunió, se retorció, giró, se condensó hasta que, de repente, el brillante rayo de luz del arco iris estalló desde los cielos. Se estrelló contra el suelo como una columna de fuego durante un segundo, dos y luego se disipó.

Pero lo que dejó atrás...

"¡Hermano!" - exclamó Loki.

"¿Loki?" preguntó Thor, claramente sorprendido. "Pero te vi asesinado".

"Una artimaña", respondió Loki, extendiendo las manos. "Ya sabes como soy. ¿Dios de las travesuras?"

Y entonces Thor cruzó la distancia y lo agarró, lo abrazó y, si Loki no lo supiera, ¡habría jurado que su hermano estaba llorando !

"Pensé que estabas muerto. Todos pensábamos que estabas muerto. Me lamenté. ¡De nuevo!" Thor estaba diciendo en su hombro.

"Sí, bueno, me conmovió mucho", respondió Loki.

Y entonces Thor dio un paso atrás y le dio un fuerte puñetazo en la cara. Loki, sin esperarlo, fue arrojado al suelo. Ahora le dolía la mandíbula, se la frotó y miró hacia arriba.

"Nos sentimos mejor ahora, ¿verdad?" preguntó sarcásticamente.

"En realidad, sí, lo hago", respondió Thor y extendió una mano hacia él.