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Capítulo 117 : Viajando por el carril de la memoria

"El Maestro llega temprano".

Los ojos de Harry se cerraron con resignación. Él no quería estar aquí.

"El Maestro dijo la próxima semana o la semana siguiente", continuó Kreacher.

No fue la amonestación que alguna vez Kreacher seguramente habría usado, pero definitivamente contenía una nota de... ¿decepción o reproche tal vez?

"Sé que hice Kreacher", respondió Harry, "pero mis planes cambiaron".

"Kreacher irá a preparar la cena", afirmó el antiguo elfo doméstico. Luego, después de una reverencia y un "Ama", se alejó arrastrando los pies hacia la cocina.

"No creo que alguna vez me acostumbre a él", admitió Daisy.

Una sonrisa irónica cruzó por el rostro de Harry.

"Es un gusto adquirido. Sólo agradece que no lo conociste cuando yo lo hice por primera vez", dijo Harry. "Era un pequeño toerag malhumorado y malhumorado. No, Kreacher está bien, simplemente nunca ha sido bueno con los cambios".

"¿Qué cambió?" Preguntó Daisy mientras lo tomaba de la mano y lo conducía hacia la cocina.

Harry esperó hasta que estuvieron sentados en la antigua mesa de madera antes de hablar. Sus ojos observaron a Kreacher mientras el elfo doméstico se movía, trabajando constante y metódicamente en su tarea.

"Supongo que ese es un buen lugar para empezar", reflexionó Harry.

"¿Comenzar?"

"Explicando por qué estamos aquí", explicó Harry.

"Bien", dijo Daisy y se inclinó para darle un beso en la mejilla. "¿Tienes idea de cuánto me costó callarme y simplemente ser una buena esposa y aceptar venir aquí sin previo aviso ni explicación?"

"Oh, tengo una idea", sonrió Harry mientras se giraba hacia ella, capturaba sus labios y le daba un beso largo y prolongado.

"Sigue así, Hombre Mágico y no voy a recibir mi explicación", dijo Daisy sin aliento, con su boca a sólo milímetros de la de él. "Entonces, empecemos a hablar para que podamos continuar con esto más temprano que tarde".

Sus palabras fueron como un chorrito de agua fría, devolviéndolo no sólo al aquí y ahora sino a años pasados. Sentándose, respiró hondo.

"Cuando conocí a Kreacher por primera vez y puse un pie aquí en Grimmauld Place, ni él ni este lugar eran algo que pudieras reconocer. Hacía años que la casa no se limpiaba adecuadamente. Estaba infestado de criaturas oscuras y de magia aún más oscura. Y uno de los objetos más oscuros que estaba escondido aquí atormentó a Kreacher, no sólo por la magia que contenía, sino también porque no pudo destruirlo como su Maestro Regulus había ordenado".

"Pero el Maestro lo prometió y el Maestro lo cumplió", intervino Kreacher.

"Bueno, técnicamente Ron lo hizo, pero admito que nos tomó a nosotros dos hacer el trabajo", afirmó Harry.

"¿Regulus?" -Preguntó Daisy.

"Mi padrino, el hermano menor de Sirius", explicó Harry. "Regulus había descubierto el objeto, el collar, que Voldemort había escondido y sabía que para matar a Voldemort, el collar tenía que ser destruido primero".

"Me dijiste algo de esto antes", dijo Daisy, "que había objetos que tú, Hermione y Ron tenían que encontrar y destruir antes de poder finalmente matar a Voldemort. Tenías diecisiete años, ¿verdad?

"Sí. No fue un año divertido, pero hicimos el trabajo", Harry asintió y aunque sus ojos pudieron haber estado dirigidos a la mesa frente a él, todo lo que pudo ver fue el tiempo en la tienda, la caza y la batalla.