Relatos Eroticos Traviesos

La Esposa de mi Padre

Mi nombre es Joshua, en ese entonces tenía 18 años, tengo el cabello rizado de color negro, soy moreno claro, tengo hoyuelos, tengo bien marcados los músculos, tengo un pene largo y gordo, y sobre todo se me marcan las venas en los brazos y en mi pene. Si pudiera enseñarselos lo haría pero pues no se puede, así que se los dejo a su imaginación.

La historia comienza cuando mi madrastra llegó a la casa, una señora de unos 38 años, sexy, con un culote y unas tetas que daban ganas de comercelas, bien rica la señora. Yo nada más la vi y la quería follar, me daban ganas de meter mi lengua por ese orificio que de seguro sabía delicioso, me la imaginaba retorciéndose y arqueandose mientras yo la penetraba de todas las formas posibles.

Todo esto lo pensaba estando en mi cama en la madrugada viendo una foto suya que le había sacado donde el culo se le veía espectacular con un short bastante pequeño que apenas le tapaba la nalga. Obviamente masturbándome, me encantaba tener yo solo un orgasmo, me masturbaba tan rápido y duro que me llegaba a doler bastante la mano, pero me valía verga mientras pudiera imaginar a Nadia sacudiendo hermosamente su culo.

Una vez era de noche y ella y mi padre estaban teniendo sexo, yo me asome a la puerta que estaba medio abierta y vi a Nadia que estaba succionando el pene de mi padre, yo de ver el acto inconcientemente me empecé a masturbar lo que llamó la atención de Nadia, empezó a chupar más y más el pene de mi padre viéndome fijamente a los ojos. Empezó a rebotar su gran y gordo culo, se le veía tan bien la raya rebotando con ganas, yo veía como le brotaban sus jugos de su vagina, le caía bastante jugo y yo me empezé a imaginar lo rico que habían de saber.

Todo se quedó hasta ahí, me retiré de la puerta y me dirigí a la cocina, tenia una erección bastante grande. Y puede parecer que me gustaba mi madrastra pero no, lo único que yo quería de ella era sexo y nada más, no se preocupen.

La cosa es que un día ella estaba haciendo el almuerzo, mi padre estaba en un viaje de negocios, y mi madrastra me llamo a la cocina a comer. Al llegar me quedé impresionado al ver que Nadia estaba completamente desnuda y traía el cabello suelto y con rulos. Yo me quedé boquiabierto y ella se me acercó poco a poco, de manera sexy, puso su mano en mi boca jalando un poco mi labio inferior.

-Hmm.. Paul, Paull.. Te tengo ganas desde que me viste teniendo intimidad con tu padre, necesito que me folles.
-Pero Nadia, no podemos hacer esto
-Por favor, te necesito dentro de mi
-¿No le dirás nada a mi padre?
-No, incluso quiero que lo sigamos haciendo
-Buenom. Igual desde hace tiempo te tengo ganas.

La empezé a besar dejando escuchar nuestra saliva a dar los besos fuertes, hahaha, contar esto me exita tanto.
Como ella estaba desnuda empezé a manosear su culo, estaba que rebotaba esos hermoso marshmelos. La lleve al sillón y la senté, me puse de rodillas y empezé a masturbar su entrada, ella solo gemía y jadeaba, yo simplemente estaba disfrutando de ver a la mujer que deseaba gimiendo por mi.

De un momento a otro le abrí más las piernas y le metí la lengua, probé lo que tanto había deseado, le pobre su flor y estaba un poco agridulce. Me gusto la verdad. Ella se retorcía. Y me dijo que me recostara en la alfombra, le obedecí y ella me empezó a quitar la ropa, me desvistió completamente y me dijo que incluso tenía la polla más grande, gruesa y gorda que la de mi padre.

Me la masturbaba y me chupaba las bolas, me las mordisqueó tanto como pudo que yo empezé a elevar mi pelvis hacia ella para que le fuera más fácil.

Desde ese momento cada que mi padre no está nos besamos y tenemos sexo, me lo hace bien pero no tan bien como mi novia Cristal.