XII.- Fragmentos del Pasado

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Stiles miro a la ventana mientras mordía levemente su labio, Deucalion tenía razón pero odiaba admitirlo. Odiaba que estos tres fueran la voz de su conciencia, después de todo ellos eran los único que podían entenderlo a la perfecto, no los príncipes ni sus hermanos, sino ellos porque había pasado lo mismo que él.

— Les diré pero no todo, no deben de enterarse jamás de lo que hacia esos alfas con sus prisioneros, jamás. — le dijo Stiles de manera seria mientras sus ojos parecía brillar levemente en distintos colores.

Los otros tres asintieron, esa no era un propuesta sino una orden así que aunque quisieran no podían hacer lo contrario.

— Tranquilo, a nosotros no nos corresponde contar eso. — dijo Carl relajando al castaño que por un momento había olvidado donde estaba.

— Lo siento.

— ¿Qué te tiene tan alterado? — le preguntó Rick, el chico estaba sensible y eso no era común en él.

— Derek Hale.

— ¿Te recordó?

El castaño movió su pierna levemente.

— Mierda. ¿No deberías de estar más tranquilo? — le preguntó Deucalion recibiendo una patada de parte de su esposo.

— No, es todo lo contrario, yo no quería que me recordara porque el Stiles que él conoce esta muerto.

— No, ese Stiles sigue vivo pero enterrado en lo más profundo de tu ser, tu aun lo amas sin importar si ahora eres Mitch o Mieczyslaw o Stiles. Eres la misma persona que siempre has sido, las circunstancias te han cambiado pero a quién no las cambian, todos los hacemos y es por las cosas que hemos vivido y sobrevivido así que no te preocupes, sigues siendo tu.

— No es verdad.

— Si lo es, pero eres demasiado terco como para aceptarlo así que no seguiré discutiendo. — le dijo Rick mientras se concentraba en el trozo de pay de queso frente a él.

Stiles bufó.

Carl y Deucalion solo pudieron reír levemente, esos dos parecían padre e hijo, era muy divertido de ver.

*

Los betas miraron con curiosidad a las tres personas que acompañaban al castaño, había estado dos días en el pueblo, de hecho les había mandado un mensaje diciendo que se quedaría a dormir ahí por unos "asuntos" pero ahora regresaba y con tres personas, dos desconocidas y una de ellas siendo un viejo amigo.

— ¿Deucalion? — preguntó Thalia acercándose a los recién llegados.

— Hola Thalia, ha pasado tiempo desde que nos vimos, ¿cómo has estado?

— Viejo amigo, pensé que habías desaparecido después de lo que sucedió hace años. — lo abrazó.

— No, digamos que encontré dos buenas razones para seguir adelante. — miró a su esposo e hijo — Ellos son Rick y Carl, mi familia.

— Uyy veo que no has perdido el tiempo. Es realmente atractivo tu esposo y tu hijo es adorable. — dijo la mujer emocionada.

Carl solo se ocultó detrás del castaño y miró a la mujer de manera seria, no le gustaba el contacto con otras personas fuera de sus padres y Stiles, sobre todo Stiles.

— No le gusta mucho tratar con otras personas. — dijo Stiles mientras cubría más al otro con su cuerpo.

— No sabía que estaban en el pueblo, Mitch no nos comentó nada. — dijo Lucifer acercándose a los dos lobos recién llegados y estrechando sus manos con gusto.

— ¡Luci! ¡Chicos! — saludó Carl emocionado, se llevaba muy bien con los demonios y le gustaba pasar tiempo con ellos, en especial con Belcebú y Belial, los gemelos eran sus favoritos pero le hizo prometer a Stiles que jamás lo diría.

— Pero si el pequeño Carl esta aquí. — dijo Belcebú revolviendo el cabello del menor.

— Ya que se saludaron tenemos que entrar a la mansión, tengo que hablar con todos ustedes, sobre todo la manada. — dijo Stiles de manera seria mientras sentía a su hermano aferrarse a su brazo, le dedicó una pequeña sonrisa.

Dentro todos miraban al castaño, no lo habían visto tan serio desde que había regresado al pueblo, algo malo iba a pasar.

— Bien, comenzaré con algo simple. — miró a Thalia y a su padre — Hace años cuando decidimos que me iría no fui a la manada que iba a refugiarme, cuando llegué a su territorio me encontré con una masacre, la manada había desaparecido por un grupo de alfas nómadas y salvajes que disfrutan de comer de sus propios hermanos lobos. Ellos sabían quien era y me tomaron, estuve en sus manos por tres años, no pretendo contarles acerca de lo que me paso en ese tiempo. Después de eso logré escapar y estuve un tiempo con un lobo viejo y sabio, él me ayudó mucho pero desgraciadamente murió. — suspiró — En fin, el caso es que estos alfas me han estado persiguiendo desde que escape de ellos, los había evitado un tiempo pero tuve que revelar mi posición cuando los demonios, no me arrepiento pero ahora esos alfas vienen en camino y llegarán en dos días. Les estoy diciendo esto porque pelearé con ellos en su territorio, ustedes no pueden enfrentarse a ellos porque son demasiado débiles y morirán. — miró a cada uno de los presentes — No pienso cargar con el peso de sus muertes. — les dijo Stiles de manera fría. 

El Otro StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora