Capítulo 14

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—¿Cuál es el plan? —preguntó Madison desde la parte trasera del auto.

Habían parado frente a un edificio lujoso, era azul rey, por completo de cristal y aunque era de noche, la luna provocaba pequeños destellos en el cristal.

—El plan es ir a tocar la puerta y preguntar por Enko.

—En serio, cariño.

Lucían miró a Jess con una sonrisa tranquilizadora y se bajó del auto. Las chicas salieron detrás de él.

—No estarás hablando en serio... —Jess estaba realmente nerviosa.

—Seguro nos esperan, creeme, si hubieran planeado que no vinieramos, no hubiera podido localizarlos. Ellos nos están esperando, estoy seguro de eso.

Caminó con seguridad al interior del edificio, Madison tomó el brazo de su amiga, nerviosa, Jess había preparado a Madison con un chaleco también y le había dado un pequeño revolver en caso de emergencia, pero no estaba segura de usarlo, la única vez que tuvo un arma en las manos, había asesinado a alguien, a Marco específicamente.

El interior del edificio era igual de elegante que el exterior, casi se le escapa un silbido de admiración, podía oler el dinero en el aire. Lucían se detuvo en el centro del recibidor, con ambas chicas a su lado. Inspeccionó con la mirada las cámaras, todas estaban encendidas, seguro ya sabían que estaba allí.

—¿Cómo sabemos en qué piso están? —preguntó Jess.

—Podría apostar que es en el penthouse —susurró Madison.

—Perderías esa apuesta —todos voltearon en la dirección de dónde provenía la voz.

El mismo chico alto de traje negro que había visto con Osly, estaba parado dentro de un ascensor mirándolos.

—¿Esperan una invitación? —preguntó con impaciencia, apartándose de la puerta.

—Subamos —dijo Lucían.

Las chicas caminaron, la adrenalina empezó a correr por la sangre de Jess. Lucían tenía razón, los estaban esperando, y saber eso solo la puso más alerta. Madison por otro lado, se armó de valor, está vez no lloraría, sería valiente, sería valiente por su Enko.

—Soy James —dijo de pronto cuando estaban todos en el ascensor— han sido unos estúpidos al venir. ¿Qué te ha pasado L?

—Pasa que no he sabido nada de mi hermano, vine por él.

—Con tu noviecita la guerrera y una embarazada.

—La embarazada tiene su nombre. —gruñó Madison.

—Sí, por aquí todos te llamamos la incubadora —murmuró antes de colocar su dedo pulgar en el botón de emergencia.

—¿Estamos bajando? —preguntó Jess.

Nadie respondió, antes de que pudiera decir nada más, las puertas se abrieron. Era una réplica exacta del recibidor en el que habían estado hace unos segundos, pero este no tenía más entrada que el ascensor. Era escalofriante, parecía que no habían ido a ningún lugar, solo supo que no era el mismo recibidor porque no tenía salida a la calle.

—J ¿Sabes dónde está Enko? —preguntó Lucían mientras bajaban del ascensor.

James miró a Lucían, luego a Jess y por último a Madison y su vientre abultado.

—Solo quiero hacer una pregunta —dijo acercándose a Madison— ¿Por qué te aferras tanto a ese bebé si ya sabes que es un experimento?

Madison retrocedió, buscando un poco de distancia, pero respondió sin temor.

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