Capitulo 15

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Habian caído por completo en la trampa. Jess y Lucían no estaban del todo bien porque ella guardó el secreto por su amiga, Lucían intentaba ser comprensivo, pero no podía fingir que no le importaba. A quién no podía perdonar era a Enko.

Recordó cuando, tiempo atrás su hermano lo había ayudado a localizar a su mamá biológica, al final la habían encontrado y ella había dado un discurso muy convincente sobre como tuvo que tomar la decisión de darlo en adopción. Luego de un mes de haberla conocido, fue diagnosticada con un cáncer terminal, él se había vuelto loco intentando salvarla, pues sí existía la cura contra el cáncer, pero la asociación del ojo del mundo mantenía ciertas curas en secreto porque era más rentable tener enfermos con tratamiento que enfermos curados. Pero el cáncer de su presunta madre era irreversible, sin embargo, pasó días, meses, en un laboratorio científico buscando una salvación para ella, hasta que un día, Enko había entrado al laboratorio para darle la trágica noticia de que su madre acababa de fallecer y que no debía seguir buscando un cura. Su mundo se derrumbó, luego de soportar toda una vida de tortura y explotación intelectual, había conocido de dónde venía y era la mujer más simpática y agradable del mundo, para que la enfermedad luego se la arrebatará.

Ahora que conocía la verdad, la verdad de que él también fue un experimento absolutamente planeado por un hombre como su padre y otra mala calaña miembro del ojo del mundo, se sentía más un objeto que un ser humano. Si la vida había sido difícil para él, no quería imaginar cómo sería el nuevo experimento que llevaba Madison en su vientre, esa niña iba a vivir en un infierno. Se odió cuando por un momento deseo haber practicado el aborto justo cuando Enko se lo dijo. Pobre niña.

Cómo Bogoloski había enviado a Enko con ellos de nuevo, intentaban vivir en paz, pero era imposible, Enko no estaba allí con ellos porque así lo quisiera, no, estaba ahí por órdenes de su padre, para que los vigilara a todos. Estaba caminado del establo de entrenamiento hacia la cabaña cuando se percató de que Enko estaba en la salida de la propiedad mirando el camino.

La traición revolvió su corazón nuevamente recordando lo que había sufrido, sin poder contenerse se acercó a zancadas a hasta llegar a su lado.

—¿Realmente mi supuesta madre murió de cáncer? O fue otra cosa en la que mentiste.

—Esa mujer, a la que ya debes dejar de llamar madre, era solo una prostituta —Enko ni siquiera lo miró mientras habló, su mirada seguía perdida en el camino—. Mi padre supo que estabas buscando tus raíces, y por miedo a que las encontrarás, decidió dar por terminada tu búsqueda pagando a una prostituta. Ella solo hizo su trabajo. No está muerta, ahora mismo está de vacaciones permanentes con el forro de dinero que le pagó nuestro padre por sus servicios de acompañante emocional. Eres inteligente, no creo que deba explicarte por qué tuvo que fingir su muerte.

Una lágrima escapó de los ojos avellana de Lucían, sí podía comprender. El había empezado a frecuentar demasiado a esa mujer, distrayendo se por completo de las misiones de su padre. No podía comprender como habían sido tan crueles con él, de su padre lo entendía, pero de Enko, de Enko nunca se esperó una bala tan destructora. Odió saber que él lo vio llorando por mucho tiempo la muerte de quién creía su madre, y en vez de ahorrarle todo ese sufrimiento contándole la verdad, había fingiendo empatía consolandolo.

Estaba seguro que hubiera podido perdonarlo, al final, sabía que muchas veces su padre obligaba a sus hijos a hacer cosas que no querían, así que no lo culparía por cumplir con sus órdenes. Pero que lo haya visto sufriendo por una mentira y no hubiera sido capaz de decirle la verdad, era imperdonable.

No pudo responder siquiera, limpio la lágrima que había dejado caer y se dió la vuelta, en dirección a la cabaña.

Por un segundo, Enko hizo ademán de voltear a ver a su hermano, pero se contuvo.

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