Como la Luna y el Sol ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍

016.

El general Kim, o mejor dicho, el general Kim Namjoon es a quien más admira Jimin en el mundo desde que comenzó en el ejército del reino del Sol con tan sólo diecinueve años siendo cabo. Jimin tenía catorce años y muchas cosas que aprender cuando se conocieron. Debido a las grandes habilidades físicas que poseía, Namjoon fue quien lo ayudó a perfeccionar todas sus destrezas con la espada, en lucha cuerpo a cuerpo e incluso con el arco, pasaban mucho tiempo juntos entrenando y aveces... solo pasando el tiempo, hablando, paseando, riendo hasta el anochecer.

Namjoon marco la adolescencia de Jimin, le enseñó muchas cosas, no sólo físicas, sino también mentales y... sentimentales. Admiraba todo de él, lo maduro, fuerte e inteligente que era, tanto que en poco tiempo logro ascender hasta hacerse general del ejército. Sus padres también lo apreciaban y siempre lo presumían como su mejor soldado, tanto que inclusive estuvo invitado a algunas cenas, es alguien amable y carismático, con un tema de conversación muy amplío y un léxico impecable. Naturalmente por el puesto que tenía en el ejército y además porque Jimin se estaba preparando para ser rey, ya no pasaban tanto tiempo juntos, sin embargo, cuando se veían lo aprovechaban al máximo.

Tal vez si el convenio entre los reinos nunca hubiera existido y Jimin hubiera podido escoger con quien casarse... el general Kim Namjoon hubiera sido la persona ideal.

Los reyes le dieron unas merecidas vacaciones y él decidió tomarlas luego de su arduo trabajo como general, estuvo seis meses fuera del reino y acaba de volver, y desde luego que su primer deseo al poner un pie en el reino del Sol es ver al príncipe Park Jimin.

—¿General Kim? —lo busco con la mirada por el salón, y al darse la vuelta lo encontró allí parado, con su elegante traje del ejército, con sus manos en su espalda y esa porte inigualable—. ¡General Kim volvió! —y como un niño pequeño, Jimin corrió hacia él y se lanzó a abrazarlo, el contrario lo abrazó con fuerza cargándolo por la diferencia de estaturas.

—Príncipe Park, me hace tan feliz volver a verle, al llegar al reino no deseaba nada más así que vine de inmediato. —le hizo saber. Se separaron y se dieron una mirada de apreciación, observando los cambios de seis meses—. Se ve... deslumbrante, como siempre. —Namjoon encontró al mismo joven hermoso de cabellos y ojos dorados que conocía.

—Lo mismo digo de usted, pero no podría esperar menos. —Jimin sonrió mirando a ese hombre de cabello azabache, piel bronceada y preciosa sonrisa decorada con dos coquetos hoyuelos que tanto extrañaba ver—. General Kim...

—¿Desde cuando somos tan formales Jimin? Solo me fui seis meses y ya me tratas como un completo desconocido, sabes que puedes tratarme de tú. —tomó las manos del rubio entre las suyas.

Una sonrisa tímida apareció en los labios de Park.

—Namjoon yo... quería decir que... te he extrañado mucho —confesó mirándolo directamente a los ojos—. ¿Como osas abandonar de tal manera a tu príncipe? Mi primera orden como rey será córtate la cabeza por abandono de tus obligaciones. —bromeó.

Namjoon soltó una risita profunda.

—Yo jamás haría tal cosa, te hubiera llevado conmigo si tan solo no hubieras estado tan ocupado en tu preparación para ser rey. —respondió—. Yo también te extrañe Jimin, demasiado, quise escribirte pero... al parecer las palomas mensajeras no pueden llevar más de cinco cartas.

—¿Cinco cartas?.

—Una no hubiera suficiente para expresarte todo mi aprecio. —le dijo causándole un leve rubor en sus mejillas—. Y además no creía oportuno entretenerte con cosas tan ordinarias, seguramente estabas muy ocupado con todo lo de tu... compromiso. —hizo una mueca.