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Érase una vez dos poderosos y exuberantes  Reinos, los cuales, habían llevado durante años una ruda rivalidad, proclamando un mutuo conflicto ocasionado por la envida, la soberbia y la constante competición por demostrar quien era el mejor. Ambos reinos eran tan opuestos como el mismo frío y el calor, como el día y la noche y como el agua y el aceite.

El Reino de la Luna y El Reino del Sol.

El reino del Sol, tal cual su nombre lo indica es regido por el Sol. Una tierra dorada de clima cálido, con hermosas praderas, manantiales y un bello bosque, donde se sospecha que habitan ciertas criaturas mágicas. Enriquecido con tierras fértiles y animales sanos, convirtiéndose estos en sus más grandes bienes. Un reino dedicado a la ganadería y a la agricultura. Con habitantes de naturaleza gentil, siempre alegres, colectivistas y trabajadores. El rey Park Soar era quien gobernaba esta boyante nación, un hombre gentil, fuerte e inteligente que reinaba excepcionalmente, llenando a cada uno de sus súbditos con plena felicidad y paz.

Y por otro lado, y muy al contrario.

El reino de la Luna, es regido por la mítica Luna. Estas tierras son frías y oscuras, pero sin llegar a ser tenebrosas. No tenían hermosos prados, tal vez tampoco manantiales, ni tampoco mucha flora ni fauna. Pero, es un reino repleto de inteligencia y poder. Está enriquecido con incontables minas llenas de riquezas, grandes ríos y lagunas atestadas de diferentes peces y criaturas marinas, convirtiéndose estos en los más grandes bienes de la nación. El reino de la minería y la pesca. La mayoría de sus habitantes son personas frívolas, perspicaces y supremamente inteligentes, siendo en su gran mayoría pintores, escritores, poetas, filósofos, científicos entre otros más. El rey Jeon Laustus, un hombre audaz, fuerte y obstinado, gobernaba estas brillantes tierras, un monarca que nunca se dejaba guiar por sus sentimientos y utilizaba la cabeza fría.

Un día de pronto, algo insólito sucedió.

Para ambos reinos los días felices terminaron, y los días oscuros se comenzaron a acercar. Sin explicación alguna, gran parte de los animales y cosecha del reino del Sol comenzaron a morir. Y las minas y los peces de los ríos y lagunas del reino de la Luna solo desaparecían sin ninguna razón, lo que los hizo ponerse en alerta al ver que sus imperios se estaban comenzando a debilitar lentamente. En un abrir y cerrar de ojos ya habían perdido gran parte de sus bienes, y volver a recuperarlos era algo que sin ayuda, tomaría mucho tiempo.

El porqué era un dilema, se pensó que las causantes de ese tormento habían sido las brujas del oeste, las cuales años atrás habían sido desterradas a la isla fantasma, por haber sido sorprendidas utilizado hechicería negra. Todos suponían que ellas habían lanzado un maligno hechizo en forma de venganza para condenar a los reinos que las habían mandado al exilio, pero eso solo era una suposición en las mentesillas de los súbditos de ambos reinos, ya que después de años no se sabia si las brujas seguían con vida, o si aquella espeluznante isla, que nadie se atrevía a visitar, aún existía.

Ambos reyes tenían que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde, debían idear un plan para salvar a sus respectivos reinos.

El reino del Sol poseía las cosa más importantes para sobrevivir, suficiente comida, agua pura y sobre todo la energía del Sol. Mientras que el Reino de la Luna tenía facilidad económica para sustentar los medicamentos para las cosechas y los animales, además de tener muchas persona inteligentes que podían ayudar con ello como médicos y científicos. Así que debido a todo esto, los reyes estuvieron obligados a tomar una decisión insulsa que nadie se hubiera podido imaginar.

Tanto como el rey Park Soar como el rey Jeon Laustus se reunieron en el medio del gran puente de roca que unía y separaba a sus reinos, pero la desconfianza que aún se tenían los hizo llevar con ellos a sus mejores soldados armados hasta los dientes, sin embargo llevaban en la mete un solo un objetivo: lograr que su disputa terminase y que se unieran para salvar a sus reinos y a su súbditos.

—Me temo que no hay más alternativa, y por más humillante que me parezca este convenio, al parecer cada uno necesita del otro. —dijo Laustus mirando al rey de dorados cabellos frente suyo, ambos sin ninguna expresión en sus rostros.

—Me temo que si. Pero haría cualquier cosa por salvar a mis tierras y a mis súbditos, sin importar qué desfachatez tenga que hacer, después de todo ese es el deber de un verdadero rey. —contestó con un semblante imponente hacia el rey de cabellera y ojos oscuros.

—En eso estamos de acuerdo, Soar.

—Entonces, ¿cuál será el convenio, Laustus?. —entorno la mirada el rey del reino Sol atento y expectante ante las palabras del contrario.

—Para mi solo hay una manera, y si soy completamente sincero, no me agrada demasiado, pero creo que es debido luego de ver en la situación tan deshonrosa en la que nuestros reinos se encuentran. —mencionó.

—Te escuchó.

De esa forma, en medio de aquel rocoso puente, durante un noche fría y oscura, el rey Park Soar y el rey Jeon Laustus llegaron a un conveniente acuerdo. Decretaron y sellaron el pacto con su mismísima sangre real que; luego de que sus primogénitos, herederos al trono cumplieran la mayoría de edad, serian comprometidos en sagrado matrimonio, unificando por completo a sus reinos, logrando que esas dos grandes potencias se hicieran una y trabajarán en conjunto para terminar con los tiempos oscuros, convirtiéndose así también en el reino más poderosos de todos los tiempos.

Naturalmente, la reina Clary del reino del Sol y la reina Bitna del reino de la Luna tuvieron que engendrar a un heredero.

El reino del Sol le dio la bienvenida al hermoso hijo varón del rey Soar, el príncipe Park Jimin. Un precioso niño de cabellos dorados cual rayos de sol, pomposos labios rojos cual carmín y de ojos amarillos como la miel, siendo la viva imagen de la gracia y la belleza.

Dos años después, el reino de la Luna agradeció finalmente el nacimiento del primogénito del rey Laustus, el príncipe Jeon Jungkook. Un varón de grandes ojos oscuros y brillantes cual noche estrellada, de denso cabello negro y una particular sonrisa parecida a la de un conejo.

Ambos príncipes fueron criados para que un día cumplieran su deber, el deber de llegar al altar para entonces ascender al trono y unir a sus tierras para salvarlas de la perdición.

Ambos príncipes fueron criados para que un día cumplieran su deber, el deber de llegar al altar para entonces ascender al trono y unir a sus tierras para salvarlas de la perdición

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HOLAA mis preciosos lectores!! Me hace muy feliz darles la bienvenida a mi nueva historia. 💗

Estoy más que entusiasmada, ya que, una de las cosas que no saben de mí, es que amo todo lo que tenga que ver con la época victoriana del siglo 19. Así que eso me hace amante de películas como "amor y prejuicio" "mujercitas" "María Antonieta" y series como "Bridgerton" que por cierto es una de mas favoritas.

Espero esta historia sea de su agrado, y se que me conocen, así que prometo no poner tanto drama y centrarme más en la comedia romántica.

Sin más, gracias y que disfruten.

Como la Luna y el Sol ┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora