CAPÍTULO 1 (Entre Sueños y Realidades)

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"Señoritas ¿desean algo para comer o tomar de la selección?" pregunto educadamente la azafata con una sonrisa de oreja a oreja mientras sostiene delicadamente una bandeja con varias galletas distintas adelante de mi

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"Señoritas ¿desean algo para comer o tomar de la selección?" pregunto educadamente la azafata con una sonrisa de oreja a oreja mientras sostiene delicadamente una bandeja con varias galletas distintas adelante de mi. Su suave uniforme azul marino junto a un blanco aburrido resalta bastante su tono de piel, el tono de piel que rodea sus largas piernas la cuales tienen una piel perfecta.

Desvío mi mirada de sus piernas y la poso en sus ojos color mil, unos ojos bastantes grandes, era algo que resaltaba bastante en su mirada. "No, muchas gracias, pero quisiera saber cuanto falta para llegar," pregunto con una sonrisa nerviosa. Dieciséis horas llevamos aquí. Dieciséis horribles horas. Pensé que tardaríamos menos.

"Hija, no seas pesada, falta aún" dice mi mama irritada, llevando ambas manos a su cabeza para luego recorrer su cara entera con ella, Tratando de desestresarme, creo. Tal vez me faltó comentar la parte en la que ya es la cuarta vez que pregunto cuanto falta para llegar. Además, no había sido muy agradable viajar en un avión; solo me causa mareos y ganas de vomitar.

"Una hora y media más, señorita. Si no necesita nada más, debo atender a los demás pasajeros," comenta inquieta, tensando los músculos de su cuello, en lo que mira disimuladamente a las personas que se encuentran detrás de mi.

"Claro," contesta mi mama fingiendo una sonrisa, puedo notarlo, cuando miente o finge algo que incluye una sonrisa o risa, solo se arruga su rostro desde lo bajo de su delgada nariz hasta su barbilla. Al parecer, contesta por mi el día de hoy. La azafata se mueve automáticamente mi mamá termina de hablar, dando pequeños pasos rápidos.

Malas vibras, malas vibras definitivamente. Sonrió girando mi cabeza de un lado al otro.

Observo cómo el cielo se tiñe de diferentes tonos de colores, colores anaranjados , violetas y azules, revelando las luces que emergen en la distancia.

Aún no puedo creer que todo esto esté sucediendo. Aunque lo imaginaba, la realidad ha superado mis expectativas de manera vertiginosa. Recuerdo haber rezado para que Patri ganara, pero la realidad es que las personas pueden ser tremendamente inútiles.

Mi papá, por suerte, se las arregló para hacer la visa rápido y luego comprar una casa dentro de nuestro presupuesto. La cual es muy hermosa; me gusta la viveza que transmitía en las fotografías.

Solo espero poder adaptarme bien a la escuela y al idioma, me jode bastante el hecho de que Allan creado tantos idiomas. Llevo cinco semanas estudiándolo en línea, pero entender a los demás al hablar aún me resulta complicado.

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"Hija, cariño, despierta," me sacude suavemente mi madre, Nancy.

"Ya," balbuco en lo que me acomodo mejor en el asiento, frotándome los ojos con fuerza. "Faltan cinco minutos para llegar, lo acaban de anunciar por el altavoz," informa, sacando un peine y un espejo de su bolso para retocarse rápidamente.

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