Mijaíl
Pase el resto del día de lo más contento, incluso me quedé trabajando un poco más, así pasaba por el café que me invitó Kelly. Entré al hospital y eran casi pasaban las 8 PM, y era un caos... veía gente ir y venir y por detrás mío llegó una ambulancia, bajando a un hombre joven, venía cubierto de sangre en el rostro y los brazos, pero reía a carcajadas, o estaba ebrio o drogado, me acerque a la recepción mientras veía como lo bajan junto a otros tres más, en iguales condiciones.
-Buenas noches... se que están complicadas, pero necesito ver a la doctora Urriaga-
Una de las recepcionistas, que tenía el teléfono apoyado en su oreja me sonrió de lo más amable y señalo con su bolígrafo hacía el pasillo
-Cuenta diez segundos y la verás -
Arrugue mi frente y mire hacía dónde señalaba, era correcto, Kelly venía corriendo junto al mismo médico con que fue a almorzar... no entendía porque Kelly atendía a estos hombres, se suponía que era obstetra.
-Oye mírame si? recuerdas lo último que tomaste? -
Kelly no me había visto, estaba recibiendo a uno de los hombres, el de la camilla de atras estaba prácticamente a mi lado, incluso dí un paso atrás para alejarme, pero el sujeto levantó la mano y tocó el trasero de Kelly que le daba la espalda, me enojé en milésima de segundos, el que era mi doctor venía a verlo, Kelly se enderezó de inmediato y ni lo pensé, lo golpee rápido en rostro y alcance a quitar la mano cuando Kelly giró, lo vio medio inconsciente, levantó su vista y negó con su cabeza, con una nueva en su boca que no llegaba a ser una sonrisa
-No es así Cosaco... déjame ingresarlos y regreso -
Me dijo rápido y se fué con el paramédico que llevaba la camilla, siguiendo al otro, y luego el otro, me quedé mirandola irse, era lista... demasiado lista, no me vió y supo lo que sucedió.
-Perdón la demora, como verás los momentos aquí son impredecibles -
Kelly llegó a la cafetería con su caja de brownies, casi cuarenta minutos después, sus mejillas estaban rojas, se la veía agitada, me puse de pie sonriendo, y me acerque para tomarla de la cintura y besarla.
-Oye... compórtate, estás en un hospital -
Puso su mano en mi pecho y me separó suavemente riendo.
-No hice nada malo, casi no hay nadie aquí -
Tomamos asiento, en tanto ella hacía señas de que nos trajeran café
-Te convido, pero solo uno ... como verás no me aguante -
En la caja quedaban solo dos, al parecer no se aguantó y ya los había probado
-Gracias, pero no soy amante de los postes tan dulces -
Blanqueo sus ojos como si estuviese loco y de inmediato se llevó uno a la boca haciendo gestos de que estaba delicioso
-Perdón la interrupción, Kell, Jeff y Edith se van en una hora... Oww esos son brownies con nueces? -
Otra vez el médico que veía casi siempre a su lado, Kelly movió la caja para convidar, pero yo estire la mano y lo quité antes, llevándolo a mi boca para probarlo
-Lo siento el último era mío -
Dije de lo más serio para volver a comerlo, la verdad estaba bastante bien, ella me miró y rio a carcajadas de inmediato, casi llorando de la risa.
-No hay problema... estaré allí en seguida-
Respondió entre risas, el sujeto me miraba con gesto amable, pero yo no, solo quería que se fuera
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El lado opuesto del amor
RomansDos personalidades totalmente opuestas, dos mundos opuestos que convergen en un punto y deberán averiguar si son perfectos complementos o simplemente la contracara uno del otro. Quizás solo eran el lado opuesto del amor, o de lo que todos definen c...