Días sin ti

Capítulo 5

Después de varias horas llorando en mi habitación,  decidí superarlo, por mucho que llorara y me enfadara no cambiaria nada de lo que hizo mi madre. Finalmente decidí ir a ver a Mateo a su casa pero sin avisar; así le haría una sorpresa y le podría contar lo que me había pasado. 

Salí de mi habitación y me lavé la cara porque no se me notara que había estado llorando. Me desmaquille y me puse un chándal ya que en aquel momento solo quería estar cómoda. Cogí el móvil y me volví a poner los zapatos. Estaba a punto de salir por la puerta de casa cuando mi madre me dijo:

— ¡Andrea! ¿A donde crees que vas? — la verdad es que no sabia que responder.

— A donde no te pueda ver, y no me lo vas a impedir — cogí las llaves de la mesa del lado de la puerta y me fui. A fuera cerré la puerta con fuerza y fui a buscar el autobús. 

Casa de Mateo estaba a una parada de bus de mi casa. Era grande y tenia 3 pisos. Era hijo único y  tenia una perrita. En la planta baja, había la cocina, un baño, un comedor y la sala de estar. En la primera planta había un pasillo hacia la derecha y una hacia la izquierda. Hacia la derecha había un estudio y un baño y hacia la izquierda había la habitación de sus padres con un baño dentro y una pequeña habitación que le habían montado la perra. En el ultimo piso estaba la habitación de Mateo hacia un lado y hacia el otro una sala de juegos que también utilizaba para ver la tele con el sofa que había y una mesa con una silla para estudiar. Hace años hicieron una reforma para juntarlo todo para que tuviera una sola habitación. En aquel piso también había un balcón que tenia una mesa con sillones para exteriores. A bajo había un jardín con una piscina muy grande.

El caso; bajé del autobús y llegué a fuera de su casa. Llamé al timbre y me abrió su madre. 

— Ay Andrea, no sabia que venias — era super simpática, y me daba la sensación que le caía muy bien. Siempre me recibía con una sonrisa en la cara y era muy amiga de mi madre.

— Si, he querido hacerle una sorpresa a Mateo — sonreí y me dejó entrar dentro de casa. Me dijo que en un minuto bajaría Mateo pero que aún iba en pijama.

Me esperé un minuto y apareció. Hacia mucho tiempo que no nos veíamos. Salté a sus brazos y le bese super fuerte en la mejilla. Él hizo lo mismo y subimos a el último piso, bueno, su piso. Me tiré encima de su puff y vino corriendo Mila, su perrita. Siempre que me veía se ponía super contenta y esta vez no fue una excepción. 

Me preguntó que hacia allí. Le dije que me había pasado algo que no se lo podría ni imaginar. Antes de que acabara de explicarle porque estaba en su casa su madre abrió la puerta.

— Oye Mateo, tu padre y yo nos vamos a pasear — aún no había dicho lo que siempre decía — no hagáis nada que no harías si estuviéramos en casa — ahora ya si jajaja. 

— De acuerdo mamá, pasároslo muy bien — cerró la puerta y al cabo de poco oímos cerrarse la puerta de entrada de la casa. 

Le empecé a explicar un poco. Empecé por como había conocido a Leo y continué con la cita doble con aquella pequeña sorpresa entre Andreu y Camila. Luego por terminar le conté lo de mi madre y su respuesta fue:

— Yo lo que haría seria; ir a ver a Leo, y ya está— la verdad es que no se me había ocurrido la idea de irlo a ver.

— Vale — no me dio tiempo de decir nada mas que sonó el timbre.

— Ya voy yo —dijo él, parecía un poco nervioso pero no le di demasiada importancia por el momento. 

Se fue y entonces me quedé sola en su habitación pensando en lo que me había dicho de ir a verlo en casa. Podría tener sus ventajas y sus desventajas. Lo bueno era que le podría pedir disculpas por lo de mi madre y que por fin podíamos besarnos. El lado malo era que a lo mejor no me quería ver. O a lo mejor no le va bien que le vayan a ver a casa. Bueno, sabiendo que Camila es la novia de Andreu le podría preguntar si esta tarde tenía algo que hacer y donde vivía. No creí que tuviera mucho a hacer teniendo en cuenta que mañana sería lunes. Bueno le iba a preguntar.