Una maldición es la expresión de un deseo maligno dirigido contra una o varias personas, la primera vez que una maldición fue mencionada en la Biblia fue cuando Adán y Eva probaron del fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal, el cual Dios...
Gulf se sentía muy bien, después de haber terminado su tiempo con Kao se estaba tranquilo, tenía esa serenidad que siempre venía a él después de que su compulsión fuera calmada, era el momento de pasar tiempo con sus amigos, quienes nunca le cuestionaron la manera en la que cambiaba de pareja cada cierto tiempo, simplemente pensaron que tenía mala suerte en el amor, él solo sonreía y afirmaba con la cabeza aceptando lo dicho, aunque supiera muy en el fondo de su mente y en su corazón que llevaban algo de verdad, estaba maldito y eso le impedía llevar una vida de pareja normal.
Lamentablemente su condición se lo impedía, eso era algo que le envidiaba a su primo Fluke, quien tenía la oportunidad de estar con alguien sin la necesidad de asesinarlo, este habia tenido algunas parejas con las cuales tuvo relaciones relativamente normales dentro de lo que cabía en su mundo, porque todos llegaban a un punto en que comenzaban hacer demasiadas preguntas y era el momento en que su primo los terminaba, él no iba a estar dando explicaciones a nadie, todavía no encontraba la persona que le diera la confianza para contarle su secreto, tal y como lo hubiera hecho Uttsada con su esposa.
Esperaba que ese momento llegara, porque con la vida que estaba llevando lo más probable es que él encontrara su paz pronto, estuvo a punto de hacerlo cuando conoció a Kao, no era tonto, siempre supo que le escondía algo y cuando Fluke le conto lo que planeaba hacer aquella noche lo entendió todo, no lo iba a dejar, simplemente lo convertiría en uno de sus objetos preciados formando parte de sus colecciones, eso le demostró que aquel pelinegro lo quiso a su manera, por primera vez se arrepentía de haber matado a alguien, debió dejar que las cosas continuaran con su curso, quizás en esos momentos ya hubiera cruzado la luz de la que tanto hablaba Fluke y estuviera libre de su maldición.
Tuvo la oportunidad, pero la perdió gracias a su maldición, ahora solo tenía que resignarse y seguir con su rutina de siempre, la cual le estaba pareciendo bastante tranquila, le encantaba ocuparse de todo lo que tenía que ver con la cafetería, las personas eran amables, los empleados igual y ni que decir de que tenía la oportunidad de disfrutar de los dulces postres y una que otra taza de café al día, el trabajo ideal para cualquiera, incluso desde hace unos días se estaba sintiendo cálido, como si hubiera una presencia acompañándolo, ya le preguntaría a Fluke de que se trataba, mientras lo disfrutaría.
El cambio en su rutina vino con la aparición de Glenn Yong, ese cliente que se empezó a convertir en frecuente y que se le quedaba mirando desde su mesa, no era tonto, sabía que estaba interesado y su compulsión pronto seria activada nuevamente, solo hizo falta que aquel hombre se presentara para saberlo, el ciclo empezaba otra vez, ese nuevo pretendiente se le hacia atractivo, no tanto como Kao, pero si lo suficiente como para aceptarle una salida, ya el tiempo diría como evolucionarían las cosas.
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Tal como de una maquina bien engranada se tratará, a primera hora de la mañana Fluke tenía toda la información de Glenn Yong en su escritorio y para su sorpresa Noppakao también estaba haciendo acto de presencia nuevamente en su espacio.