Prologo

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Una maldición es la expresión de un deseo maligno dirigido contra una o varias personas, la primera vez que una maldición fue mencionada en la Biblia fue cuando Adán y Eva probaron del fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal, el cual Dios ordeno que no comieran, la primera en ser maldecida fue la serpiente por haber inducido a Eva a desobedecer, después Eva por haberse dejado inducir y Adán por haberla escuchado, por último y como consecuencia, la tierra; según la religión católica esa fue la primera maldición que existió en el mundo.

Los Natouch eran una familia maldita, durante generaciones cada uno de ellos había nacido con un don oscuro en particular, unos más peligrosos que otros, todo dependía de la forma en que eran usados y el nivel de fuerza de voluntad que tuvieran para luchar contra la compulsión, que los llevaba hacer cosas que no estaban bien vistas ante los ojos de las personas normales.

Nadie sabía que lo desencadeno, aunque algunos diarios de sus antepasados hablaban de que los primeros Natouch habían tenido tratos con el demonio para obtener buena salud y riqueza durante una época oscura que se vivió en Tailandia, dejándolos malditos por las generaciones siguientes, el precio a pagar por los favores concedidos era servir al mal, no se sabe hasta qué punto esa información era la correcta, pero los dones que tenían no mentían.

Algunos de los antepasados de la familia decían que, solo estaban pagando el mal Karma que otros habían originado, que un día lograrían hacer algo grande que los redimiera ante quien fuera que rigiera la vida y se verían libres de aquellos dones que los acechaban o simplemente cuando ya no hubiera descendencia todo acabaría, de eso ya habían pasado muchos años que ni siquiera se podían contar y seguían presentando estas inusuales características que se desarrollaban en su ser a partir de los ocho años.

Intentaron combatir la maldición de todas las maneras posibles, se sometieron a rituales en todas las religiones existentes y ninguna pudo hacer nada por ellos, por lo que simplemente se entregaron a vivir de esa manera, separándose y dedicándose a diferentes negocios que les proporcionaron enormes fortunas, nada legales por supuesto, negocios que a medida que se acercaban a la época moderna fueron quedando en la clandestinidad, usando fachadas honorables que los había convertido en buenas personas ante la sociedad.

Siendo los últimos en ocuparse de los negocios familiares Uttsada y Took Natouch, los dos únicos hermanos que quedaban de una larga dinastía, que ahora se encargaban de llevar el negocio en los bajos fondos de Tailandia, los demás ya habían dejado ese mundo, encontraron la paz que tanto deseaban; otra particularidad de sus extraños dones, era que no podían acabar con su vida, muchos los habían intentado, con el resultado de que siempre las heridas que se infringían sanaban rápidamente, como si nada hubiera pasado, tenían que morir por la mano de otro y dedicándose a lo que hacían, esa alegría llegaba tarde o temprano.

Como los últimos descendientes igual tenían la maldición activa en su ser, sabían cosas que otros no hacían, Took tenía el poder de manipular los pensamientos de las personas, consiguiendo que estas hicieran todo lo que ella necesitaba, Uttsada por su parte desarrollo el don de ver más allá de la vida física, podía conocer las almas de las personas, incluso cuando estas estaban muertas, cosa que lo ayudo a mover los hilos del negocio de contrabando de objetos de valor que ahora regentaba junto a su hermana, podía reconocer cuando un objeto estaba maldito y saber la ubicación de otros gracias a los espíritus que rondaban la tierra, compraban a precios irrisorios para luego subastar por una fortuna en los bajos fondos, allí entraba en juego el don de Took, ella era la encargada de meter en la cabeza de los vendedores la idea de que los objetos eran cosas con poco valor, para que no pidieran más de lo que estaban dispuestos a gastar, su manipulación si se hacía correctamente duraba años y cuando las personas querían darse cuenta ya era tarde, el objeto ya estaba fuera del país en la colección de un excéntrico comprador.

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