Capítulo 4

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Esa noche, termino de ser tranquila dentro de lo normal para Fluke que llego a su casa y se acomodó para irse a dormir, no estaba decepcionado por haber perdido aquel anillo, él no haría nada con aquella pieza, simplemente la quería para mantenerla alejada de manos equivocadas, para su suerte podía decir que Vaijairanai nunca lo habia usado, si lo hubiera hecho ya se habría dado cuenta de la cantidad de fantasmas que lo rodeaban, todos ellos niños que de seguro fueron parte de sus preciados orfanatos, detestaba a ese hombre, no obstante le intrigaba Singto Prachaya y su necesidad de tener aquel anillo.

No le siguió dando más vueltas al asunto y se fue a dormir, mientras aquel hombre no se inmiscuyera en sus negocios podía hacer lo que quisiera con el anillo, no era su problema; así que a la mañana siguiente se levantó a la misma hora de todos los días, llamo a Gulf para asegurarse que todo estuviera bien y se fue a la oficina, esa era su rutina de todas las mañanas, lo primero era asegurarse de que su primo se encontrara con vida.

Llego a su oficina saludando a sus empleados, nadie dijo nada, ya la mayoría estaba al tanto de que no logro su objetivo la noche anterior, pocas veces sucedía, pero sabían que era algo que no debían comentar, así que llego a su sitio de trabajo sin ninguna interrupción, su secretario le coloco unas carpetas delante de él, tenía nuevos objetos que analizar para su compra, debía ver si eran lo suficientemente buenos como para adquirirlos, así que una vez que tuvo todo dispuesto le ordenó retirarse y se dirigió al fantasma que tenía al frente mirando por la ventana.

—¿Que me tienes?

—Tendrán una cita este sábado, por lo que vi en los mensajes que se enviaron será en el parque, Gulf al parecer aprendió algo saliendo conmigo y le dijo que se vieran allí, el tal Glenn quería llevarlo a otro lugar.

—Simplemente surtió efecto mi consejo de que tuviera cuidado, Gulf no es tonto, sabe muy bien porque se lo dije.

—Entiendo, ¿y ahora qué? —, pregunto curioso el fantasma.

—Ahora tú sigues vigilándolo y vienes cuando tengas algo importante que decirme.

—A sus órdenes jefe—, saludo a modo militar Kao antes de desaparecer.

Fluke solo se quedó unos segundos mirando a la nada, antes de poner manos a la obra, algo lo inquietaba de aquella salida que iba a tener su primo, no sabía qué, pero estaba seguro que muy pronto se enteraría.

Mientras tanto, en alguna parte de la ciudad, Singto Prachaya se encontraba frente a la caja con el nuevo anillo que habia adquirido, aún estaba dudoso de colocárselo o no, pero tenía que saber, necesitaba encontrar la verdad sobre su pasado, que ...

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Mientras tanto, en alguna parte de la ciudad, Singto Prachaya se encontraba frente a la caja con el nuevo anillo que habia adquirido, aún estaba dudoso de colocárselo o no, pero tenía que saber, necesitaba encontrar la verdad sobre su pasado, que lo llamaran loco pero sabía que aquel objeto era su respuesta, desde que era un adolescente lo habia sabido, el espíritu de su madre no se ha ido, en aquel breve momento que estuvo a punto de perder la vida, la habia visto, ella estuvo allí para protegerlo.

Tomo la caja entre sus manos y con decisión tomo el anillo y lo coloco en su dedo anular, en un principio no pasó nada, pero medio segundo después las piedras moradas comenzaron a brillar intensamente y un calor comenzó a recorrer su cuerpo, no lo quemaba como podía llegar a pensar, era como si una fuerza extraña estuviera haciéndose parte de él, de repente comenzó a sentirse un poco débil, tanto que tuvo que sentarse, sus piernas no lo sostenían y si alguien hubiera estado en la habitación con él habría notado el momento exacto en que sus ojos marrones tomaron un tinte morado para luego regresar a su estado original.

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