Capítulo 1

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Fluke miro todo el panorama, esta vez su primo sí que se había esmerado para que todo pareciera normal, el pobre iluso que ahora lo observaba desde el comedor no lo vio venir, quizás pensó que él sería quien se saldría con la suya aquella noche, pero no fue así, termino en el más allá como todas aquellas personas que había visto rodeándolo alguna vez, se metió la mano en el bolsillo y saco su celular.

—Soy yo, necesito de su servicio... si... les depositare en la cuenta de siempre... en esta ubicación... cuento con su discreción como siempre—. Colgó la llamada y se giró para irse, encontrándose de frente con el fantasma de Kao.

—¿Puedes verme?, ¿por qué?

—Sí, puedo hacerlo y ¿por qué?, no es tu problema, deberías hacer esa cosa de fantasmas y seguir la luz como toda persona muerta, tus victimas ya lo hicieron.

—¿Y si no quiero? —. Se encogió de hombros el fantasma, claro que veía la luz, pero no le entusiasmaba seguirla, por los momentos su no vida le gustaba, no sentía nada.

—Ese es tu problema, ahora si me disculpas debo irme, tengo muchas cosas que hacer...

—No es la primera vez, ¿verdad? —, pregunto de repente Kao y Fluke sabía exactamente a qué se refería.

—No, tampoco será la última, tu más que nadie debería saberlo—. Lo miro serio —Se quién eres, se lo que hiciste, hable con una de tus víctimas, una que te acechaba, simplemente eras tú o era él—. La indiferencia se notaba en sus palabras —Alguno de los dos iba a terminar muerto tarde o temprano, me daba igual quién.

—¿De verdad no te hubiera importado que tu primo muriera?

—No, hubiera sido un alivio para él, estamos malditos por si no lo has notado, no es normal que yo vea fantasmas y mucho menos lo es la compulsión de aferrarse a alguien hasta matarlo, cuando la muerte llega para alguien de mi familia es placentero, ya no tienes que luchar, así que aprovecha este momento y sigue con tu camino, aquí no tienes nada que hacer.

—¡Mi proyecto no está terminado!

—¿Y?, ya no puedes hacer mucho, estas muerto, no mataras a mi primo, resígnate, todo ha acabado.

Con esas últimas palabras abandono aquella casa, se subió en el auto junto a Gulf, este se veía tranquilo, feliz, le gustaba cuando estaba en ese estado de ánimo, era más accesible y le duraba por mucho tiempo hasta que alguien más lo volviera activar, una cosa le tenía que conceder a su primo, él no buscaba dañar a nadie, ellos solos llegaban a su vida, eran ellos quienes daban el primer paso, lo enamoraban ofreciéndole villas y castillos, para al final retractarse cuando el pelinegro se volvía obsesivo tratando de complacerlos, cosa de la que tampoco podía culparlo, porque era algo que estaba en su sangre y contra lo que no podía luchar.

Kao Noppakao fue el novio que más tiempo le duro, incluso llego a creer que sería el definitivo, que el hecho de que ambos estuvieran completamente dañados los hacia la pareja perfecta, fue iluso al pensar que la compulsión que había tenido su primo no iba hacer acto de presencia aunque luchara contra ella y mucho menos que un loco de las rutinas y asesino en serie, no intentaría completar sus preciadas colecciones humanas, sabía perfectamente a que se dedicaba el novio de su primo, siempre lo supo y no dijo nada, pero eso ya es agua pasada, no importa como hayan sucedido las cosas, lo importante era cubrir bien sus huellas para que Gulf siguiera siendo el dulce y tranquilo chico que se ocupa en su ausencia del negocio, el cual también solo es una fachada para la verdadera naturaleza de su trabajo.

Kao Noppakao fue el novio que más tiempo le duro, incluso llego a creer que sería el definitivo, que el hecho de que ambos estuvieran completamente dañados los hacia la pareja perfecta, fue iluso al pensar que la compulsión que había tenido su pri...

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