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Shiaming estaba acostumbrado a los golpes de la vida, ¿cómo no, si era un veterano en la reencarnación? Uno llegaba a acostumbrarse que, cuando menos te lo esperabas, una desgracia ocurría en su vida. Pero esta vez, la desgracia el atrajo él mismo por idiota. 

No pensé realmente bien en cómo su familia reaccionaría a su vuelta a Megápolis y lo había aplazado día tras día, escondido como un ratón, en un apartamento que alquiló. 

Había visto pasar la situación del rey toro demonio desde una distancia segura, osea, desde su televisión, y cómo lo había derrotado lo que parecía ser el sucesor del Rey Mono. Fue una pelea patética, tuvo que admitir, el niño no sabía cómo usar el arma en sus manos y la golpiza fue dolorosa de ver. Ganó por pura suerte y por la fuerza del objeto mágico. 

Quizás si esta fuera de su décima reencarnación o alrededor de ese número, habría ofrecido su ayuda para entrenarlo, pero Shiaming había descubierto que ese tipo de personaje siempre salía adelante, aunque no lo ayudaras. Así que desistió, estaba cansada de ser maestro para alumnos que morirían de una forma u otra. Esa era el triste destino de muchos "héroes". 

Al día siguiente de la golpiza televisada, Shiaming se propuso salir de su zona de confort, para, por lo menos, despejar su mente. ¿Y qué mejor lugar que la torre metereológica? Su familia no iba allí frecuentemente, Pigsy y MK estaban muy ocupados con la tienda, Tang no se despegaba de sus libros y Mei prefería ir al arcade. 

Iba a disfrutar del sol, pero disfrazado, porque su apariencia atraía mucha la atención. 

Es así, cómo Shiaming, disfrazado de un humano común, se estiró cómodamente en la hamaca, con unas gafas de sol que protegían sus ojos. Disfrutó especialmente de la tranquilidad, había elegido un lugar un poco más alejado de la multitud con los niños, hacían demasiado ruido para sus sentidos sensibles. 

Su mente se relajó lentamente, cerró los ojos debajo de sus lentes y se permitió dormir unos minutos. Total, tampoco es que hubiera muchas cosas que lo pusieran en peligro. Pero por si acaso, lanzó un escudo invisible de qi a su alrededor (un truco que aprendió para acampar en zonas peligrosas durante su viaje a Brasil). 

En su estado adormilado, su pecho ronroneó suavemente.

xXx

Red Son había planeado su adquisición del bastón del rey mono por muchos años, y que un don nadie repartidos de noodles se lo robara no estaba dentro de sus planes. Su escapada oportuna la última vez fue cuestión de suerte, y esta vez, iba a atraparlo. No sabía dónde se encontraba y no iba a desperdiciar tiempo en buscarlo. 

Conocía a su tipo .. "héroes" , irían corriendo a cualquier situación que peligrara la salud de los demás. Y Redson sabía cómo lo haría. 

No tomó mucho tiempo en conseguir el mando de la torre meteorológica con sus confiables, aunque algo desactualizados ahora que lo pensaba, toros mecánicos. El desastre que hicieron sus súbditos ayudó a que los humanos desaparecieran rápidamente de su vista. La transmisión en TV de su rostro salió como esperaba, el toque del botón relámpago había dado sabor a sus amenazas. 

"¿Hm?" Un toro mecánico atrajo la mirada del demonio, estaba tirado en el suelo. Pocos segundos después, se levantó y caminó hacia delante. Desde donde se situaba Redson, pudo escuchar al robot chocar contra algo y volvió a caer. 

Eso atrajo su curiosidad. Caminó elegantemente y con dominancia hacia el toro mecánico estúpido que volvía a repetir sus acciones.

"Estúpida IA, sabía que debía actualizarte. ¿¡Cómo puede ser tan tonta una de mis creaciones!? ¡Me haces parecer inepto!" Con una patada, sacó el desperdicio de metal de su lugar y lo envió a volar al otro lado de la torre. Cayó con un sonoro chapoteo en la piscina. 

Redson se distrajo, tocando la barrera invisible. Sus dedos reconocieron rápidamente el qi de la que lo componía, siendo hijo de quien era, era imposible no hacerlo. 

La burbuja era circular, así que seguramente en su centro debía de estar su dueño, pensó. Una sonrisa siniestra volvió a enmarcar su cara, caminó alrededor de la barrera todavía con su mano pegada a ella para no perderla de vista. 

Su visión anteriormente estaba bloqueada por algunos arbustos realmente frondosos, pero encontró fácilmente a la persona. Era un humano, o eso parecía, relajándose en una hamaca y con gafas de sol puestas. 

La idea de que un mero humano estuviera relajandose mientras él estaba delante lo puso rojo de la ira. Apretó los puños, clavándose las uñas en las palmas. 

"¡TÚ! ¡¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO?!" Bramó, golpeando con su puño la barrera. No hizo ningún daño, pero alertó al humano o quizás fue el grito. 

xXx

Shiaming había ignorado los gritos histéricos de los humanos, esperando que sea solo otra tontería, tuvo fé de que se solucionaría sin que tuviera que intervenir. Pero entonces, ¿quién era el estúpido que estaba perturbando su sueño? 

Levantó sus gafas de sol y estudió a la persona. A primera vista parecía humano, pero tenía ojos rojos y su pelo se había prendido fuego, literalmente, de la ira. Le estaba gritando improperios que no se dignó a escuchar.

Hubo unos segundos en que Shiaming pensó en matarlo, pero desapareció tan rápido como llegó. No iba a volver por ese camino. 

"Uff.. Y justo cuando quería relajarme" Murmuró para sí mismo.

"¡¿QUÉ ESTÁS MURMURANDO, MORTAL?!" Otro grito, Shiaming lo comparó como un gallo despertador. Tan molestos.

El mono disfrazado levantó un dedo y abrió la boca para hablar, pero entonces entraron.

¡BAM! 

El equipo de héroes. 

Shiaming los reconoció. 

Mei.

Pigsy.

Tang.

¿Un enorme hombre demonio azul y su gato?

Y MK.

Con el bastón dorado del rey mono.

"¿Qué..?" 

La sorpresa era tanta, que su ilusión falló por unos segundos, pero esos eran suficientes para la mirada atenta de MK. 

"¿Eh?" Su cara se desencajó de la sorpresa, casi dejado caer el bastón de sus manos. "¿¡Shiaming!?"

"Jejeje.. Hm.. ¡N-No es lo que parece!" Levantó sus manos, sabiendo que había sido atrapado in fraganti. Dejó caer su ilusión, el molesto demonio delante de él jadeó en shock junto al grupo y, extrañamente, los toros mecánicos. "Eh.." Intentó formular cualquier cosa para despejar el silencio incómodo "¡Cuánto tiempo sin veros...!" 

Maldita suerte, en ninguna reencarnación sus planes salían como quería.


Un alma llena de recuerdos [LEGO Monkie Kid x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora