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Nota: Capítulo dolorosamente largo, pero Nanami participa en gran parte de él jiji. Espero que les guste y lo disfruten
Besos <3

El camino de vuelta resultó bastante silencioso, Yuna no recordaba con claridad lo que había pasado luego de que volviera a entrar al internado, todo era un borrón lleno de ira y un montón de emociones negativas que aún bullían en su interior con ...

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El camino de vuelta resultó bastante silencioso, Yuna no recordaba con claridad lo que había pasado luego de que volviera a entrar al internado, todo era un borrón lleno de ira y un montón de emociones negativas que aún bullían en su interior con una intensidad peligrosa, había asestado puñetazos (lo sabía porque tenía la piel de los nudillos hecha trizas y dolía como la mismísima mierda) cosa que no hacía muy seguido, su único propósito había sido hacer pedazos a la maldición sin detenerse a pensar en un después, cosa que tampoco consideraba común en ella, pues normalmente podía administrar sus emociones de una manera eficaz (de lo contrario se habría vuelto loca hace años); lo único que recordaba era haberse concentrado en sanarse, porque de otra manera no habría sido capaz de desquitar su ira. Después de eso tenía el leve recuerdo de haberle hecho una reverencia a los padres de Shizuko mientras les pedía perdón por lo de su hija, a Ijichi-san vuelto loco porque estaba empapada de sangre, destellos por aquí y por allá de cómo había terminado en el auto y... seguro había más, pero todo se sentía como si no fuera ella quien lo había vivido, seguro lo recordaría una vez que la conmoción pasara y su cerebro creyera que era capaz de soportarlo.

El problema radicaba en que Yuna no sabía cuándo pasaría la conmoción y tampoco estaba esperándolo con ansias.

— Estoy bien. — le había asegurado a Ijichi-san con una sonrisa que no sabía de dónde se había sacado. — Sólo necesito un momento.

La verdad era que no estaba bien, en absoluto, y que tenía miedo hasta de parpadear porque cada que cerraba los ojos, Shizuko-chan aparecía frente a ella. ¿Por qué no lo sentiste antes? Si hubieras reaccionado a tiempo, nada de esto habría pasado, ¿de qué te sirve lo que tienes? Maldita sea, resultas inútil cuando menos deberías serlo. Frunció los labios en un puchero involuntario y apretó los puños todavía más fuerte sobre su regazo, las uñas se le clavaron en las palmas, pero el nudo en su garganta se aflojó un poco.

— Estoy manchando los asientos del auto, lo siento. — musitó en cuanto sintió una gota espesa escurrirle por la sien y caer en el tapiz del asiento.

— Está bien, no te preocupes por ello, ya se harán cargo después. — respondió el auxiliar, Yuna supuso que estaría viéndola a través del espejo retrovisor; sin embargo, no alzó la vista, temía ponerse a llorar en el momento en el que alguien le mostrara tres gramos de compasión. — ¿Tus heridas...?

— Están bien. — aseguró, aunque sentía como si le hubiesen pasado una aplanadora por los pulmones. — Me... me hice cargo de la más grave allá, estaré como nueva en un día o dos.

— No fue tu culpa, Hayashi-san, nada de lo que pasó allá fue tu culpa, hiciste un gran trabajo...

El corazón le dio un vuelco.

Special / 𝐍𝐚𝐧𝐚𝐦𝐢 𝐊𝐞𝐧𝐭𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora