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Junio 2013

— ¡Yū-chan! — llamó Haruka, su nueva compañera, mientras caminaba con el otro chico, Koji, hacia ella. Estaba dando brinquitos como si fuera Caperucita Roja y llevaba una enorme sonrisa plantada en su rostro. — ¡Yū-chan!

— Y dale con el Yū-chan. — musitó ella llevándose las manos al rostro con vergüenza, hubiese preferido que sus compañeros no se enteraran nunca de aquel apodo, era extraño tener a alguien más que no fuese Gojo-sensei llamándola así. — Hola, Haruka, hola, Koji.

— ¿Siempre eres tan seria? — preguntó la muchacha, llevándose uno de los mechones de su cabello teñido detrás de la oreja. — Decirte Yū-chan no tiene sentido si eres tan seria.

Muy a su pesar, se le formó una sonrisita en el rostro y miró a sus compañeros por unos segundos antes de responder, apenas llevaban como dos semanas conociéndose, pero Haruka era tan extrovertida que ya la trataba un poco como si fuese su hermana perdida y recién encontrada. A Yuna adaptarse le estaba costando más de lo que le gustaría admitir, nunca había sido muy buena para hacer amigos.

— Bueno, la verdad es que preferiría que no me llamaran así, en primer lugar. — respondió con tono suave. — Yuna está bien.

Haruka pareció un poco desconcertada por unos segundos.

— Pero Gojo-sensei te llama Yū-chan todo el tiempo. — habló. — Creí que te gustaba que te llamaran así.

— Bueno, es que Gojo-sensei me ha dicho Yū-chan desde niña, aunque siempre tuve mis reservas. — se encogió de hombros.

— ¿Conoces a Satoru Gojo desde niña? — preguntó Koji, con los ojos bien abiertos y prestándole atención por primera vez. — ¿Cómo?

— ¿Es mi tutor legal? — respondió, era un poco más complicado que eso, pero aquello no era algo que sus compañeros de clase tuvieran que saber.

Ambos la miraron con la boca abierta esta vez, Yuna frunció el ceño, confundida, hasta que comprendió que justo ahora, sus compañeros aún no veían a Gojo-sensei como Gojo-sensei, sino como Satoru Gojo, el hechicero más fuerte de todos.

Siempre creyó que aquello era un poco como deshumanizarlo, pero realmente no podía culpar a sus compañeros por hacerlo, no lo conocían como ella.

— ¡¿Tu tutor legal?! — exclamó Koji.

— Dicen que es asquerosamente rico. — añadió Haruka. — ¿Te compra cosas caras?

— Sí y supongo que sí. — respondió ambas preguntas.

Haruka fue la primera en salir de su enlelamiento. Koji aún parecía sorprendido, procesando la información que Yuna les había dado, cosa que le parecía un poco exagerada, pero no iba a juzgar.

— Bueno, no estábamos buscándote por eso. — habló Haruka. — Lo que queríamos es que nos acompañaras al Animate porque Koji quiere la edición especial de uno de sus mangas rositas de amor.

— ¡La historia es buenísima! — interrumpió el chico, claramente a la defensiva.

— Bueno...yo...

— ¡Anda! Yo no conozco Tokio y Koji es medio menso, sin ti vamos a perdernos. — su compañera le tomó ambas manos y la miró con algo que Yuna describiría como "mirada de perrito" y, para su sorpresa, se encontró medio incapaz de negarse.

— Está bien...supongo que podemos ir. — suspiró. — Tendrá que ser en metro.

A Haruka se le iluminó el rostro.

Special / 𝐍𝐚𝐧𝐚𝐦𝐢 𝐊𝐞𝐧𝐭𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora