Der König des Ozeans Tomo I: "Herz" (Chanhun)

36. Narval

Al perder de vista la isla miro su alrededor estando arrodillado sobre los troncos que hacían de balsa- ¿ahora en qué dirección debo ir? Oh, dioses... Nunca he salido de los límites de Oasis...No se hacía donde dirigirme - comentó preocupado al ver el gran océano agitado como su sentir, empezando a entrar en crisis y fue cuando por primera vez le dió la razón en todos estos años a JunMyeon y a LuHan.

— Jamás seré como ellos, ni siquiera se navegar...No se a quien pedir ayuda, ¿qué estoy intentando demostrar?...Solo soy un simple humano buscando...buscando una perla perdida en el océano... Oh dioses, tengo tanto miedo...¡¿por qué me hiciste esto SeHun?! ¡¿Por qué?! ¡Yo te amo tal cual eres!- gritó llorando dándole de golpes a la balsa y el oleaje empezó a ser más agresivo— ¡¿Por qué?! ¿Cómo pudiste llevarte a mi cría, sin si quiera preguntarme ?! ¡Es mío también! ¿Cómo pudiste abandonarme?...— susurró acercándose a la orilla de la balsa mirando su reflejo en el oleaje agitado, sus lágrimas caían en el agua salada, al tener contacto de evaporaban lo cual le descolocó, al ver su imagen retrocedió de golpe, juraría haberse visto con escamas en el rostro, sus ojos eran diferentes y sobre todo...estaba enojado— que miedo, debo estar alucinando...

Se mantuvo a la deriva ese día sin saber exactamente dónde ir, logró cazar un par de peces como pudo pero sabía que iba a morir porque a unos metros divisó las aletas dorsales de tiburones esperando.

Al caer la noche lloró desesperado unos minutos cuando sintió algo extraño en si mismo, que le hizo dejar de estar triste, era una extraña fuerza interna que le hizo recobrar la compostura por lo que miro al cielo y se arrodilló haciendo el último rezo hacia el océano, al terminar se puso de pie tomando la bara que hacia de remo y miro al frente — Llegaré hasta mi cría y acabaré con esta locura— comento con seriedad , de repente sintió una especie de corazonada que le insistía en ir al sur además de una extraña sensación de nerviosismo y miedo pero el sabía que no era suya, eran las emociones de SeHun, su vínculo se había despertado por lo que apenas si sonrió — Gracias por escucharme gran océano — susurró —  Ahora que somos uno y nuestra unión funcionó...Te voy a encontrar SeHun - gritó a todo pulmón lleno de felicidad pensando que le sería más fácil encontrarlos.

Las semanas transcurrieron Loey estaba seguro que pronto llegaría, percibía las emociones de SeHun con más fuerza pero de un momento a otro desaparecieron - No...no, no...¡no puede ser! ¡Regresen! - grito llevando su mano a su pecho al sentirse vacío cuando vio en su muñeca que la mordida de SeHun había desaparecido, sin mencionar que un dolor intenso le invadió en su corazón, era como un pez espada lo hubiera herido, sin mencionar que su cabeza la sentia pesada, sentía que su vida se estaba desvaneciendo respiro forzadamente arrodillándose — Gran océano,no...no me hagas esto...mi familia...ten piedad de ellos...- rogó, pensando lo peor, el cielo oscureció dando lugar a una tormenta eléctrica, los vientos se desataron, el mar se embraveció ocasionando fuertes y grandes olas, una de ellas golpeó la humilde balsa del joven ocasionando que cayera al océano, trataba de salir a tomar aire pero no lo lograba ya que fue abatido por varias más, cuando la tempestad se detuvo ya era de noche, Loey emergió a la superficie dando una larga respiración antes de nadar hacia un pedazo de madera que quedaba de la balsa, que flotaba para sostenerse de esta y algo en él había cambiado físicamente cuando se miró sus manos tratando de recuperarse.

— ¿Qué es esto?— cuestionó mirando sus brazos cubiertos de escamas que no lograba distinguir su color — por todos los océanos benditos...— susurró incrédulo cuando una figura hecha de espuma de mar emergió del agua colocando su mano en la frente del débil joven y habló —