El Encuentro Inesperado

Cap 3: Conexiones entre Libros y Miradas

Me condujo a la consejería y solicitó hojas para escribir algo, entregándome una.

- Te haré preguntas y tú escribes las respuestas.

- No creo que sea el momento, ¿y si la profesora ha vuelto?

- Tu profesora se fue a hacer una reunión pendiente. Eres una alumna excelente, la favorita de todos, es imposible que hagas algo malo. Continúa.

- Es verdad... ESPERA...¿Cómo sabes lo de alumna excelente?

- ¿Quién te dio la medalla y el birrete?

- ¿Fuiste tú? ¡Madre mía, qué abusador! ¿Me has seguido siempre? Eso no es permitible en mi religión. Me voy. -me levante para ir pero me tomo del brazo y me llevo a sentar de nuevo.- ¿Que haces?

- ¿Qué hago para que sea apto para ti respecto a nuestra religión? -pregunto Mr.PotatoHair seriamente-.

La revelación sobre mi religión me dejó sorprendida. Parecía insinuar que quería que le dijera "ven a mi casa y pídeme la mano", pero ni siquiera lo encuentro atractivo.

- Buena pregunta. En mi religión, se realiza un tipo de pedir la mano, una khotoba, y-

- Ya sé de qué va. Yo también soy musulmán, pero ¿cómo quieres que te pida la mano?

- Ni me la pidas, no quiero casarme ni me interesas.

- Pero te interesa el caso, ¿no?

- Hablas como si fueras tú el caso. No te incumbe, además, ni siquiera sé tu nombre.

- Me llamo Walid. ¿Y tú?

- Lo has visto en mi libreta, ¿no?-pregunté-.

- Ya lo sé flor. -vacilando, Warda en arabe significa Flor-.

Me levanté y me dirigí al aula. No podía soportar esa conversación, era incómoda, extraña y rara.

-Adiós. -y me fui-.

Me extrañó que no me siguiera, pero no le di importancia. Fui a la clase, donde estaban jugando a un Kahoot de la Miss Blair que tenían guardado ahí.

-¡Ey Warda! ¿Por qué tardaste? -preguntando Lubna y haciéndome la seña de que me siente a su lado-.

-Nada, fui a dar un paseo le hize la seña de acércate -susurrando- luego te tengo que decir algo.

Es mi mejor amiga, no me gusta mentirle encima sabe dominar el tema de psicología y si pasa algo ella sabe como conducir el problema.

[...]

Era hora de irnos a casa, Lubna y yo no vamos hacia el mismo bus, solo que ella baja más antes que yo.

-Y bien, ¿qué es eso de lo que querías hablarme?

-Ah, sí, hay un... un... -me resultaba difícil porque era vergonzoso decirle-. Un chico.

-(sorprendida) ¿Te gusta?

-¡NO! -Todos los del bus se giraron a verme-.

-¿Y pues? ¿Qué le pasa?

-Que... es que no sé cómo explicarlo, pero creo que le interese, pero a mí no me interesa y pues no sé cómo dejar claro que me deje en paz. Pero él sabe algo de mí que no quería que nadie lo supiera, y ahora me chantajeará, pero ni caso.

-Depende de lo que te tenga chantajeada puedes hacerle algo, dime qué es esa cosa que te tiene chantajeada?

No puede ser, ahora sabrá lo de mi obsesión. No quiero que nadie lo sepa.

- ....

- Entiendo, cuando estés lista me lo puedes explicar. Pues lo que puedes hacer es fingir que ya no te interesa esa cosa y dejarlo loco ahí.

- Es que él sabe que estoy obsesionada.

- Si no me dices la cosa, no entenderé. ¿Por qué te tiene chantajeada?

- Realmente no es un chantaje de "le diré a todos", pero me siento chantajeada porque parece que quiere que me pida la mano.

- Mira, si no es chantaje del "le diré a todos" y es un sentimiento, pues ponele límites aunque ya estaba maktub que iba a pasar eso, entonces puedes decir alhamdulilah fih kher pero aún así ponele límites digo, tu también haz que se incomode aunque eso sería muy extremos ¿yek?

-Sí.. tienes razón, le pondré límites aunque dudo mucho que lo volveré a ver.

-Asi es la actitud, esta dunya no es nada que una bella mentira a si que déjale que el sepa de esa cosa hasta que se olvide. Los hombres se olvidan de todo.

-Las dos reímos-.

-Wlahila, tienes razón, gracias tía, Jazaka allah khair.

-Amin ya habibi