Cap 8: Amor fingido

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Desde la perspectiva de Walid

-Tú, Ilyas, ¿sabes realmente lo que significa el respeto?

-Sí, ¿por qué lo preguntas? Por favor, no me golpees. Si tienes que hacerlo, hazlo en este lado; por aquí soy más guapo.

-Es impresionante. Te pido la definición del respeto y aún piensas que te voy a golpear.

-Bueno... sí, es básicamente respetar.

-Bien, y no puedes respetar la relación entre Warda y yo. Cuando te veo junto a ella, me dan ganas de tomarte y enviarte volando a otro país.

-Pues esa sensación la tuve cuando vi que pediste su mano, incluso antes que yo y, encima, por alguien que apenas conocías.

-Entonces, ¿esto significa que no nos dejarás en paz?

-Tranquilo, Walid. Entre tú y yo. -susurra- Me interesa más Lubna.

-Bien por ti. Son tus sentimientos. Respeta la distancia entre el hombre y la mujer, ¿de acuerdo?

-A la orden, capitán.

Perspectiva de Warda:

-Ay Warda, antes estaba discutiendo con Ilyas sobre este tema. Le dije "oye, si el hombre ama a la mujer, que le pida la mano". Y él me respondió "no, primero hay que hablar y luego pedir la mano". Este creo que lleva la configuración modo reversa. -dijo Manal-.

Nos reímos por lo que dijo.

-Vaya, eres divertida.

-Gracias. Me lo dicen muy a menudo.

-Manal, ya veremos si alguien te conquista el corazón pronto. La vida siempre tiene sorpresas.

Manal sonríe, pero sus ojos revelan una pizca de misterio.

-¿Y tú, Warda? ¿Cómo te sientes con este compromiso?

-Feliz, Manal. Walid y yo nos amamos, y eso es lo que importa. Pero cuéntame más sobre tus teorías del amor.

Manal se ríe, y con una sonrisa, empieza a compartir algunas anécdotas.

-Bueno, no son tan extraordinarias, pero una vez, un chico que me pareció atractivo intentó impresionarme levantando una caja de mandarinas.

-¿Una caja de mandarinas?

-Sí, durante las vacaciones paso tiempo en el campo y solía recoger mandarinas con una caja.

-¿Y luego?

-Pues le costó, soltó un suspiro de esfuerzo y, de repente, se soltó un gas -nos reímos mucho- y después, la levanté yo con mis propias manos. Se puso tan rojo como un tomate. -las risas volvieron, estábamos llorando de risa-.

-Que incomodo. JAJAJ

-Y tú, ¿cómo conociste a Walid?

Esta pregunta me desconcertó un poco, no supe qué responder. Justo cuando estaba a punto de cambiar de tema, sonó el timbre.

-Bueno, me cuentas después. Nos toca ir a clases.

-Yo voy a Educación Física.

-Yo a Lengua. ¡Nos vemos!

Corrí hacia Walid, no solo por lo que acababa de contar Manal, sino también porque tenía una idea.

-¡¡Walid!!

-Dime.

-Tenemos... -jadeo- que inventarnos...

-Respira, toma agua. Tranquilízate.

-Estoy bien, solo que pensé, tenemos que inventarnos una historia de cómo nos conocimos.

-¿Por qué? ¿Nuestra historia no es bonita?

-Sí lo es, pero no quiero que la gente lo sepa así. Fue extraña y épica al mismo tiempo. Quiero que sea de una manera más... ¿sabes?

-Entiendo. Pues, nos conocimos en el patio, coincidimos en la biblioteca, no sabías de un tema y te lo expliqué, te guste, me gustaste y te pedí el número.

-Muy simple, pero quiero que sea más especial, que sea fuera del instituto.

-Pues... no sé, tú eres la creativa.

-Ya sé. -Le susurré al oído-.

-Perfecto, ya está.

-Pero hay que recrear para que no parezca una mentira. -una excusa perfecta para tenerlo más cerca-.

-Pues, hoy a las 17:00 en el parque lo recreamos.




Las 17:00 en el parque.



-Vale, cuando lleguemos tiene que haber un camino de pétalos básicos y un helado.

Suena el teléfono de Warda.

Walid: Detrás de ti, Warda.

El escenario supera mis expectativas, pétalos de orquídea en el suelo, un aroma embriagador, y una brisa suave.

El primer paso es caminar hacia donde él está y pararme a su lado.

-¿Qué tipo de flores son estas? -pregunto levemente-.

-Flor orquídea, representa amor y prosperidad porque crecen fácilmente y florecen bajo diversas condiciones, cariño.

Mi corazón late con fuerza, el apodo no estaba en el guión y mi piel se pone roja.

-Oh, m-me de-dejas una, por favor.

Me coloca la flor donde se encuentra un clip de mi hijab.

-Te favorece el color morado.

No puedo más, es como si quisiera decirle "Cásate conmigo".

-Qué bonito. -susurro-.

-Listo. -dice Walid- Ahora sí, vamos a tomar un helado.

-¿Helado?

-Sí, nos falta la parte del helado.

-¿Qué helado? -la helada me quede yo-.

-Pues después de esta escena, viene la del helado. -dice Walid-. Ay, Warda, no te preocupes, yo lo pago, obviamente.

Ese no es el problema. El problema es que solo es una escena, todo lo que sentí es falso y quizá no exista. Me desanimo muchísimo.

-Ah... sí, vámonos.

Tomamos un helado, él de pistacho y nata, y yo de menta para poder disimular el sabor picante.

-Vaya vaya, Warda, a mí no me gusta la idea de fingir. Me confunde mucho, hasta esta escena me conmovió y no supe si era real o no.

-Cierto... -porque me cuesta decir que quiero que sea real, acaso es el miedo que me gana o porque estoy acostumbrada a que la gente dé el primer paso. - Me voy.

-Pero, si ni siquiera han pasado 30 minutos ¿Y la historia?



Me fui, necesitaba llegar a casa y tomar una larga ducha. No podía con este peso en el pecho.






































SALAMUALIKOM MA BEAUTIFUL PEOPLE, Prometo un día hacer maratón de capítulos, love you❤



El Encuentro InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora