Cap 7: Risas y Malentendidos

79 8 0
                                    

Recuerdo aquel Ramadán en el que pedí a Allah SWT que al menos me permitiera reconocer el rostro de mi misterioso enamorado. Fue entonces cuando comprendí que los planes de Allah SWT son mejores a los míos. Alhamdulilah.

Pasé toda la semana radiante de felicidad. Mis hermanas notaron mi estado de ánimo y me preguntaron si algo especial me sucedía. Les mentí, les dije que solo había aprobado un proyecto.

—Estás mintiendo.- dijo Marwa, una de mis hermanas.

—¿Qué?- respondí sorprendida.

—Tú siempre sacas buenas notas, ¿cómo es posible que te emociones tanto solo por aprobar un proyecto? -insistió.

Traté de justificarme
—No es eso, este proyecto me costó mucho y le dediqué un gran esfuerzo.

Pero mi hermana no se convenció y continuó indagando
—Sí, sí, dime ¿cuál es?.

—No es gran cosa, solo un 10 -respondí evasivamente.

Mi hermana, con una mirada perspicaz, me desafió
—Di Wallah. - en ese momento, me callé. No podía jurar una mentira ante el Dios el más poderoso. -Ah, has visto, es mentira -concluyó ella.

Le prometí que algún día le revelaría la verdad, pero que en ese momento no me sentía preparada.

—¿Te has enamorado de tu comprometido... falso? - preguntó Marwa en voz baja.

—Hmmm... si te refieres a enamorarse de alguien cuya sola presencia acelera los latidos del corazón y te llena de emoción, entonces sí - confesé.

—¡¡VAMOOOOS!! Ahora sí puedo ser dama de honor con honor. -exclamó Marwa con alegría.

Nos reímos juntas. Desde que se casó, Marwa y yo nos habíamos distanciado un poco, pero ahora que está a mi lado, siento esa conexión especial que teníamos cuando éramos pequeñas y peleábamos por un donut de fresa. La amo.

[...]

Estaba contenta al ir al instituto, pero noté a Walid algo apagado.

—Hola, ¿qué te pasa?

—Estoy harto, Warda. No quiero fingir un compromiso contigo.

—¿Qué quieres decir?

—Me siento usado. Si solo vamos a fingir frente a tus padres, que sea ahí, no en el instituto. -y se fue-.

Su reacción me dejó perpleja. Cuando Ilyas intentó asustarme.

—¡Buu!

Pegué un grito.

—Perdón, no quería asustarte así. ¿Qué tal? -era Ilyas-.

—Ay Ilyas, solo eres tú, bien creo.

Walid, al verme hablando con Ilyas, se acercó.

—Oye tú, ¿qué le has hecho? ¿Por qué gritó?

—Tranquilo, solo le asusté para saludarla.

—¿Asustar para saludar? ¿Qué tipo de persona eres tú?

No me gustaba verlos pelear.

—Ya, Walid, solo fue una broma, Ilyas nunca me haría daño, tranquilo.

—Encima lo defiendes, vale, Warda, vale.

Me sentí mal durante el resto de las clases. Lubna faltó, así que no tenía con quién compartir mi día.

—¡Ey! ¡Warda!

—Dime...

—Se te ha caído el estuche y ni te has enterado, déjame que te ayude. -era una compañera-.

—Gracias, muy amable... por cierto, ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Manal.

—Un gusto.

Necesito hacer nuevas amigas, porque solo somos Lubna, Silvia (que ya no está en el instituto), y yo.

—¿Qué bonita letra tienes, Warda?

—Bueno, simplemente estoy acostumbrada a escribir con libretas cuadradas.

—Enséñame, por favor. Mira la mía, casi ni se entiende.

—Te puedo enseñar en el patio, si quieres.

—Perfecto. ¿En qué zona del patio vas?

—En el rincón donde hay una puente y unos bancos.

—Allí estaré.

Es impresionante; pensé que tendría que dar el primer paso, pero Manal también quería hacer nuevas amigas.

En el patio.

—Cuánto tarda.

—¡Buu! -nos reímos- Tardó mucho.

Ese "buu" me dio un flashback de que podría aparecer Walid.

—¡Oye tú!

Oh no, solo lo pensé.

—¿Y este? ¿Te conozco?

—Puede ser que tú a mí no, pero yo a ti sí. No la asustes o su príncipe azul vendrá a gritarte que eso no es normal. -era Ilyas-.

Di un suspiro por no ser lo que pensaba.

—¿Qué decías, Ilyas?

—Que si no vendrá su gran gruñón a... Ay, Walid, eres tú -se ríe- no puede ser, ay no. -y se fue corriendo-.

—Warda, puedo hablar un momento. -miro a Manal- a solas.

—Tranquilo, ya me voy. -dijo Manal dejándonos solos-.

—Lamento mucho mi actitud por la mañana. Ayer leí un guión que decía "El amor verdadero no conoce la vergüenza" y pensé que lo nuestro te daba vergüenza. Lo lamento de verdad.

—Tranquilo, Walid, entiendo cómo la mente puede jugar con situaciones como estas. Pero es mejor escuchar a una persona que a tu propia imaginación, ya que a veces Shaitan participa en ello.

—Es verdad, en qué estaba pensando. A partir de ahora dejaré de malentendidos y si hay algo te lo diré a ti. Ese Ilyas, ¿no se cansa?

—Es así él, y lo del susto solo fue una pequeña broma.

—Bueno, voy a hablar con ese chico, te dejo.

Mientras tanto, Manal e Ilyas.

—¿Quién es ese chico alto al lado de Warda?

—Su khateb. Es un cabrón, solo la conoció este año y ya le pidió la mano.

—Bueno... porque será que se aman. Hay pocos rajola en esta generación. Si amas a alguien, pídele la mano antes de que alguien lo haga o me equivoco.

—Te equivocas, si quieres a alguien, debes hablar con ella y ver si sería buena o no. Si lo es, te vas a pedir la mano.

—Sí, todos pensarían así, ninguna mujer te hablaría. Por algo es pedir la mano, tú pides la mano y hablas con ella. ¿Acaso eres detective?

—¿Y tú qué sabes de amor?

—Ja, mucho. ¿Y tú qué sabes de las mujeres?

—Oh oh... viene hacia donde estoy.

—Ewa, habla con él y luego corre.

































































Os esta gustandooo???

El Encuentro InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora