Seattle día 2: Hospital.

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—¿Qué carajos están haciendo? – Exclame sorprendido.

Jessie y Dina se separaron apresuradamente de su apasionado beso cuando entré en la habitación y hablé.

— Yo... nosotros... solo... solo... – Dina tartamudeaba, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.

—¿Esto es una broma verdad? ¿No se supone que estabas con Ellie? – Pregunte mirando a Dina, aunque era algo irónico decir eso sabiendo lo que había hecho hace algunos minutos atras.

— T/n, escucha, esto es complicado... – Hablo Jesse tratando de calmar la situación.

—¿Complicado? ¿Para quién? – Dije con sarcasmo. – Supongo que será complicado para Ellie cuando se entere.

Dina negó con la cabeza mientras algunas lágrimas salían de sus ojos.

—Mira se que estas enojado. – Dijo Dina, tratando de calmar la situación. – Pero esto significó nada, solo lo vi, me preocupé y recordé viejos tiempos. Fue un error...

Fruncí el ceño ante lo dicho por Dina.

—Eres realmente egoísta... – Dije con el rostro endurecido. – ¿Si quieras sabes por lo que esta pasando Ellie? Debo creer que no. Porque no entiendo porque mierda hiciste esto.

Dina trago saliva y su semblante "triste" cambió rotundamente.

— ¡Oh vamos por favor! ¿Crees que no sé qué tú y Ellie todavía se aman? – Dijo Dina con un tono desafiante. – Puedo verlo en sus miradas.

Mi risa sarcástica cortó el aire de manera hiriente.

— ¿En serio crees eso? – Pregunté con incredulidad. – Es increíble que digas eso sabiendo que Ellie daría todo por ti.

El silencio se apoderó del pasillo, y las miradas incómodas se cruzaron entre los tres. Nadie sabía cómo manejar la situación, y la tensión estaba en su punto máximo. 

— ¿Todavía se aman, no es cierto? – Le pregunte a Dina, aunque no hubo respuesta. – Responde la maldita pregunta.

—Es complicado T/n... yo... – Dina intento hablar, pero la interrumpí.

— Se supone que no tendrías que dudar. – Dije mientras me frotaba el puente de la nariz. – Esto es una mierda...

Pero antes de que cualquiera de nosotros pudiera decir algo más, la radio que estaba sobre la mesa comenzó a sonar, revelando la ubicación de Nora. Escuché la información sin decir una palabra. Y sin mirar atrás, me di la vuelta y comencé a caminar hacia la salida del teatro, ignorando los intentos de Dina y Jesse de detenerme.

— Espera, T/n, estás herido. No puedes hacer esto. – Dijo Jesse.

Me volví hacia él, y mis ojos reflejaban una oscuridad que nunca antes habían visto.

— ¿Qué no puedo? – Pregunté con un tono frío y desafiante. – No sabes lo que soy capaz de hacer. No soy como ustedes, Jesse.

Jesse frunció el ceño, confundido por mi actitud desafiante.

— ¿Qué quieres decir? – Preguntó.

— Quiero decir que no estaré aquí llorando como un marica solo porque me hirieron, como tú. Yo no soy así, así que no digas que no puedo con esto. Créeme, puedo con esto y más.

Mi actitud dura sorprendió a Jesse y Dina, quienes quedaron en silencio, casi desconcertados por mi cambio de actitud. No quería ser el débil, el que mostrara su dolor abiertamente.

— Así que hagan un maldito favor y traben la maldita puerta.

Sin más palabras, salí del teatro, encontrándome con una suave y ligera lluvia que caía. Las gotas de agua mojaron mi rostro y mi ropa, pero no me importó. Sentí cómo todos los males que había experimentado se desvanecían, pero en su lugar, surgieron otros peores.

Look for the dark || Tú en the last of us 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora