Rose estaba allí, en el mundo de los sueños.
Kaela la observaba en completo silencio, mientras el aire se volvía pesado en sus pulmones. Rose la miró con los ojos muy abiertos, señalándola.
-Tú... Tú estabas conmigo en la casa donde me hospedo.
-Rose...
- ¿Qué queréis de mí? ¿Qué es este sitio? ¿Qué sabéis de mi hermano?
- Estás en el mundo de los sueños. – explicó Morfeo, levantándose de las escaleras y acercándose poco a poco a la chica, rodeándola. Parecía un animal acechando a su presa. – Es aquí donde vuestros sueños y pesadillas viven, antes de acudir a vuestros sueños cuando dormís.
Rose lo seguía con la mirada, sin perderse ningún movimiento que el Eterno pudiera hacer. – Eres un vórtice, Rose Walker.
- ¿Un vórtice?
- Es una puerta de entrada a este reino. – dijo Lucien, quien había estado callada hasta ese momento. – Eso puede ser un peligro. Para ti y para nuestro hogar. Los humanos, cuando duermen, entran en este mundo, pero no pueden deambular por él. Tú, como vórtice, sí. Puedes entrar a los sueños de otras personas también. Y eso puede ser catastrófico.
- Y vosotros, ¿quiénes sois?
- Él es Lord Morfeo, rey de los sueños. – explicó Lucien, presentando a su señor. Kaela sonrió cuando a este se le infló el pecho del orgullo. La bibliotecaria debía admitir que a él le gustaba recibir aquel título. – Yo soy Lucien, su ayudante. Y ella es Kaela, la bibliotecaria del reino.
- Al menos a ti no te cambia el nombre. – expresó Rose, dirigiendo una mirada desconfiada a la joven.
- Lo siento Rose. Tenía que acercarme a ti para protegerte.
- ¿Protegerme?
- Sí. De las pesadillas. – habló Morfeo. – En nuestro reino faltan tres Sueños. Tú como vórtice, puedes atraerlos. Y eso es justamente lo que queremos. Para traerlos de vuelta. Kaela se ofreció voluntaria para cuidarte junto a Matthew, el cuervo.
- Señorita Rose. – dijo el pájaro desde el hombro de Kaela.
- Creo que tengo demasiada información...
- No deberías estar aquí. Tienes que marcharte. - le pidió Lucien a la morena.
- No. Que se quede. – negó Morfeo, mirando a Lucien y luego a la chica. – Sigue buscando a tu hermano, Rose Walker. Creemos que Golt tiene a tu hermano, pero no lo localizamos. Si encuentras a tu hermano, encontraremos esa pesadilla. Matthew y Kaela te protegerán.
- A tu servicio, Rose. – dijeron los susodichos al unísono.
- Esta noche, cuando duermas, iremos a buscar a Golt y a tu hermano.
- Yo estaré con ella en el mundo real, mientras duermes. – exclamó Kaela, dando un paso al frente y recibiendo la mirada, ahora más tranquila de Rose. – No te ocurrirá nada mientras yo esté allí. – ambas se sonrieron y la muchacha se marchó del mundo de los sueños, prometiendo verse esa misma noche al dormir.
- ¿Soy la única que piensa que esto es una locura? ¡Un vórtice, mi señor! – dijo Lucien mientras increpaba a Morfeo. Kaela la observaba, mientras la desesperación se hacía eco en sus propios huesos. No le preocupaba Golt, le preocupaba más que el Corintio encontrara a Rose y esta no tuviera ninguna defensa en el mundo real.
- Lucien. Todo estará bien. – expresó Morfeo, mirando al techo donde se reflejaba a Rose, ya despierta, hablando con su amiga. Luego, su mirada fue hacia Kaela, que ya lo estaba contemplando. – Matthew, tú vigilarás. Kaela se quedará en la retaguardia.
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Los sueños, sueños son... ¿no?
FanfictionKaela no recordaba otro lugar más que aquel. El mundo de los sueños. Siempre había vivido allí. Sus días pasaban entre su casa, para ella un lugar sin vida donde sus padres habían decidido pasar sus días sin prestar atención a la única hija que tení...