Lo que está prohibido es lo que más deseamos. (En Edición)

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰: ¿Que mierda está pasando?

𝑬𝒗𝒂𝒏 𝑩𝒖𝒄𝒌𝒍𝒆𝒚

Soy Buck, y soy un bombero de Los
Angeles.

Al llegar al edificio el capitán nos dio la orden de evacuar a todos los civiles y que los paramédicos se preparan para poder intervenir. Y algunos bomberos arriba en el tejado para liberar el calor.

Pasando la puerta de entrada el calor era infernal como si te quemara la piel aún estando con un traje de protección. El humo no me dejaba ver ni subir correctamente las escaleras.

Dios... esto no es bueno.

Reviso puerta por puerta, habitación por habitación en tanto mis ojos cada vez se sentían más cansados. Pero no puedo permitirme ese lujo.

𝑵𝒐 𝒕𝒆 𝒓𝒊𝒏𝒅𝒂𝒔 𝑩𝒖𝒄𝒌.

No pienso hacerlo.

Cada minuto perdido es una vida menos. Debo acelerar el paso para encontrar a sobrevivientes.

Siento como el peso del traje con cada segundo que pasa se me hace más pesado, como mí espalda se rompe con cada paso y el calor intensifica. Hasta llegar a la última habitación del cuarto piso para revisar.

-¡Departamento de bomberos de los Angeles! ¿¡Hay alguien aquí!? -grité con dificultad por un dolor que no sabía que era. Como una sed que no sede tome lo que tome. Mí garganta cada ves le dolía más hablar, tragar, respirar.

Y no sabía el porqué.

El sonido de la radio retumbó en mis oídos con la voz de Bobby-: ¡Soy el capitán Nash, todos los bombero fuera del edificio ahora!

Al ver que no había nadie volví sobre mis pasos retirando me de la habitación en llamas.

-¡Copiado!¡Me reti...

Una sonido me interrumpió.

-¡Ayuda por favor!¡Ayu... -retumbó el grito de una niña que poco a poco se iba apagando.

Me giro rápidamente de vuelta a la habitación y busco por todas las dormitorios hasta llegar al baño donde yacía ella tirada en el piso con una toalla mojada.

-¡Departamento de Bomberos de los Angeles! ¿¡Puedes oírme!? -interrogué poniendo mí dedo sobre su muñeca para tomar su pulso. Un pulso débil hace que me quite la máscara poniéndose la cuidadosamente a pesar de los guantes y la ansiedad.

𝑬𝒔𝒕á 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒍.

«-¡Aca Buck de la 118 tengo una chica de 14 o 15 años aproximadamente! - dije por la radio a la vez que cargaba a la chica en mis brazos-. ¡Posible exposición a humo y quemaduras de segundo grado!

Empecé a correr por la habitación, el sillón que antes había estaba echo cenizas, el tapis blanco se ponía negro más rápido, el fuego recorría la habitación como si estuviese vivo, quemando el techo y la puerta.

No podía soportar el dolor de mí cuerpo que cada vez aumentaba al igual que punzadas, parecía que me iba a arrancar el corazón. Por más que sintiera que moría mí cuerpo bajaba tan rápido como podía mientras el fuego me perseguía incluyendo a la chica.

Luchaba contra mis párpados que querían cerrarse. Después de unas cuantas escaleras entre el humo logro visualizar la salida de aquel infierno, de un momento a otro volví a acelerar mí paso de tal manera que ya no sentía mis pies.

Al pasar por esa puerta experimente una fuerte explosión detras de mí.

-¡Buck corre!¡Vamos! -dijo desesperadamente Hen.

No tarde en reaccionar y empecé a correr en su dirección ignorando lo que pasaba a mí alrededor. Al acercarme donde estaba Hen con la ambulancia le di a la niña en los brazos.