MIRADAS

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MIRADAS

Estaba tranquilamente disfrutando de su comida en aquel restaurante espacial, cuando escuchó unas voces provenientes del otro lado de la sala, eran unas voces de mujer que reían, miró hacia aquella dirección y observó a cuatro mujeres... saiyan?

Cómo puede ser, pensó, si no quedan mujeres saiyan, no, no puede ser, aunque... llevan la armadura saiyan y... tienen cola, pero eso no puede ser, debe de ser falsa, seguía sumido en sus pensamientos, los saiyan no tienen el pelo de colores, su pelo al igual que su cola y sus ojos es negro.

Él seguía observando a aquellas mujeres, eran tres, una de pelo violeta, otra de pelo rosa y otra con el pelo castaño, pero de pronto se acercó una cuarta de cabello... azul.

En cuanto la vio... su mundo comenzó a cambiar, por algún motivo su corazón se aceleró y su respiración se agitó, no entendía nada, que le estaba pasando...?

Mientras trataba de entender lo que pasaba, vio... como realmente eran unas saiyans, sus colas no eran falsas, sus colas se movían y eran del color de sus cabellos.

En un momento dado la peliazul y las demás miraron hacia donde se encontraba, aunque no parecía que lo miraran a él, entonces vio aquellos ojos azules y se perdió dentro de ellos, tanto que no se dio cuenta de que le hablaban.

Soldado: Príncipe, príncipe Vegeta...

Él seguía sin responder, seguía pérdido por esos ojos que le habían cautivado.

Soldado: Príncipe, príncipe Vegeta...
Príncipe Vegeta: eh... sí, que ocurre Nappa (respondió cuando consiguió apartar la mirada)
Nappa: debemos irnos príncipe, llegaron órdenes para una nueva misión
Príncipe Vegeta: oye Nappa... sabes quienes son esas... saiyans, son muy extrañas, y que yo sepa... no quedan más nuestra raza
Nappa: exacto, porque esas no son de nuestra raza
Príncipe Vegeta: uhm...?, qué dices...?
Nappa: son híbridas
Príncipe Vegeta: híbridas?
Nappa: sí, son del planeta Galar7, allí se asentaron hace varias generaciones unos saiyans que se relacionaron con la gente de ese planeta, y es por eso que se parecen a nosotros pero al mismo tiempo no lo son, ya que sus rasgos no son los de nuestra raza a excepción de que tienen cola y se transforman como nosotros
Príncipe Vegeta: uhm... ya veo...., y que misión tenemos, explícamela de camino a la nave

Durante todo el trayecto, el príncipe apenas prestaba atención a Nappa, él seguía pérdido en lo que esa saiyan y esos ojos azules le habían hecho sentir, algo... qué jamás había sentido.

La misión resultó sencilla como siempre, pero le habían herido, un simple rasguño y no entendía como había podido pasar, ya que con su gran poder de combate ni tan siquiera conseguían acercarse y mucho menos herirle, hasta que por su mente volvieron a pasar aquellos ojos azules y se dio cuenta que andaba distraído pensando en ella, y eso... no podía... volver a pasar, al gran príncipe saiyan no podían herirle por muy insignificante que fuera esa herida.

Pasaron varias semanas y volvió a aquel restaurante espacial.

Mientras comía se descubrió a si mismo buscando con la mirada, en todas direcciones, algo que ni siquiera había pensado en buscar cuando regresó allí, buscaba esos hermosos ojos azules, a esa saiyan de cabello azul y piel blanca, pero seguía sin comprender porqué, porqué estaba buscando a una... mujer...

Al final se fue sin verla, no había tenido suerte, así que decidió que debía dejar de pensar en ella ya que se distraía de sus funciones y algún enemigo podría acabar hiriendolo y de gravedad, debía olvidarla.

Cuando ya se había marchado, aparecieron por el restaurante aquellas preciosas saiyans, habían ido hasta allí porque la peliazul había insistido, quería encontrar a un saiyan que le había llamado la atención unas semanas atrás, un moreno de cabello en forma de llama, un hombre que la había mirado con semblante serio y al que ella había mirado disimuladamente y se había pérdido en unos ojos azabache e intrigantes.

ONE SHOTS DE VEGETA Y BULMA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora