EL DULCE TOQUE DE TU AMOR

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EL DULCE TOQUE DE TU AMOR

Después de aquel día en que la vi dormida e incómoda en el laboratorio y la dejé en su cama... ya no he podido alejarme de ella, me marché, sí, pero regresé al ver que mi mundo está cambiando, no podía dejar de pensar en lo hermosa que era, en esos ojos azules que me retaban y no me temían, en sus dulces labios que besaron los míos, no pude soportarlo más yo... quería más.

Regresé y me lancé directamente a besarla, no podía soportar más no sentir sus dulces labios, su aroma sobre los míos, no sabía cómo llamar a lo que sentía por ella en esos momentos, supongo que mi corazón ya la amaba aunque mi mente... no lo reconociera.

Sentí una enorme felicidad cuando ella aceptó mi propuesta, aunque he de reconocer que estaba muy nervioso quizás... me dijera que no, pero... no fue así.

Esa fue la primera vez que sentí su cuerpo estremecer junto al mío, jamás pensé que algo así pudiera ser tan hermoso.

Después de ese día hubieron muchos más, su olor me embriagaba cada vez que me hacía suyo y... aún lo hace.

Pero un día me sorprendió con algo, aunque en realidad me hizo chantaje para obtener lo que quería de mi, pasar un día alejados de todo, de su trabajo, de mi entrenamiento, solos en una isla desierta.

Me chantajeo con un regalo que aún guardo, está escondido en un hueco en el suelo de la habitación de Trunks que antes era la mía.

Nunca quise usarlos para que no se estopearan o rompieran, y creo que ella nunca se dio cuenta de que no los usé, que los guardé como un tesoro por... si al final... me marchaba, algo que al final nunca hice ni haré, porque ella lo es todo para mi, mi vida... no tiene sentido sin ella, y además ya me ha dado un gran hijo y estoy deseando ver la cara del segundo.

Ese regalo... es tan especial para mi, ella supo captar algo tan especial e importante para mí como son mis guantes cuando me dispongo a luchar.

Así que vino con una caja azul alargada impregnada con su olor a fresas, cuando la abrí y vi aquellos guantes blancos pero a la vez distintos a los míos... mi corazón dejó de latir, me faltó el aire por un instante e intenté que no notara mi emoción.

Bulma: espero que te gusten, son de un material más ligero y resistente, pruébalos y si te gustan... este será el diseño para los próximos que haga junto con la armadura que estoy diseñando y que es del mismo material

No dije nada y la obedeci, eran suaves y cálidos, me venían perfectos y simplemente... le dije que... sí.

Bulma: me alegro que te gusten, pero a cambio de ellos quiero pedirte algo
Vegeta: el qué mujer
Bulma: quiero que descansemos un día, tú y yo, lejos, en una isla desierta, que me dices... si me dices que no... (alargó su mano hacia los guantes)
Vegeta: esta bien, lo haremos el fin de semana, ahora voy a seguir entrenando

Y me marché, me di la vuelta y me fui, no quería que viera la expresión de mi cara, me había hecho tan... feliz, jamás nadie me había regalado nada, así que en vez de ir a la cámara de gravedad y usarlos, me dirigí a mi habitación, me senté en mi cama... y los observé más detenidamente.

En ellos vi algo que me llamó la atención, y que no había visto cuando me los probé, dentro de ellos... había algo escrito...

DE BULMA PARA VEGETA

Había escrito aquella frase con unas preciosas letras en azul en vez del símbolo de la Corporación Cápsula, que era lo que toda la ropa y mis armaduras llevaban en el interior o por fuera más visible.

ONE SHOTS DE VEGETA Y BULMA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora