Cafetereia

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En una mañana en Yokohama, Dazai y Chuuya se encontraron  en una cafetería local. Ambos habían decidido tomarse un descanso de sus agitadas vidas y disfrutar de una taza de café. Sin embargo, lo que comenzó como un encuentro casual se convirtió rápidamente en una serie de eventos cómicos.

Dazai, con su  aire despreocupado, entró a la cafetería con un libro en la mano y una sonrisa traviesa en el rostro. Chuuya, por otro lado, estaba absorto en su teléfono, revisando mensajes y pareciendo totalmente ajeno a su entorno.

Dazai: (se acerca a Chuuya) ¡Chuuya, qué casualidad encontrarte aquí! ¿Cómo va el día?

Chuuya: (levantando la vista del teléfono) ¡Oh, genial! Dazai, por favor, no empieces hoy.

Dazai: (se sienta frente a Chuuya con una expresión dramática) ¿No te parece fascinante cómo el destino nos ha reunido en esta cafetería?

Chuuya: (frunce el ceño) No creo en el destino, Dazai. Pero sí creo en que quiero disfrutar mi café en paz.

Dazai, lejos de darse por vencido, decidió llevar sus bromas al siguiente nivel. Tomó el menú y comenzó a leerlo de una manera totalmente teatral.

Dazai: (mirando el menú) "Café con leche, capuchino, americano... ¿o debería pedir un café con sabor a desgracia?"

Chuuya: (rodando los ojos) No tienes remedio, ¿verdad?

Dazai: (con expresión reflexiva) A veces me pregunto, Chuuya, ¿es el café el que nos elige a nosotros o nosotros elegimos el café?

Chuuya: (suspira) Estoy bastante seguro de que solo estás eligiendo molestar a la gente.

La camarera, observando la interacción entre Dazai y Chuuya, se acercó con una sonrisa.

Camarera: ¿Les gustaría ordenar algo?

Dazai: (con una mirada juguetona) ¿Tienen café con sabor a filosofía?

Camarera: (sonríe) Lo siento, solo tenemos café regular.

Dazai: (se encoge de hombros) Bueno, supongo que conformémonos con lo mundano, Chuuya.

Chuuya: (murmura) Al menos es algo con lo que puedo lidiar.

A medida que continuaban sus intercambios cómicos, la cafetería se llenó de risas y sonrisas. A pesar de sus diferencias, Dazai y Chuuya encontraron una extraña pero divertida camaradería en ese rincón acogedor.

Al final, entre sorbos de café y chistes ingeniosos, Dazai y Chuuya se dieron cuenta de que, a pesar de sus excentricidades, disfrutaban de la compañía del otro de una manera única y, de alguna manera, reconfortante. Y así, esa peculiar reunión en la cafetería se convirtió en un capítulo más de sus extravagantes encuentros cotidianos.

One shots soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora