Vampiros

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En las sombrías calles de una ciudad que se escondía bajo el manto de la noche, Chuuya y Dazai vivían vidas inusuales como vampiros. Sus destinos se cruzaron en circunstancias insólitas, donde la oscuridad de sus almas se encontró y se mezcló en una historia de amor trágica.

Chuuya, con su melena roja y mirada intensa, era conocido entre los suyos como el Vampiro Carmesí. Dazai, de aspecto enigmático y sonrisa burlona, era el Vampiro Errante que siempre buscaba la emoción en cada rincón oscuro.

Una noche, Chuuya observó desde la distancia a Dazai alimentándose de una presa, pero algo en la manera en que Dazai se movía capturó su atención de una manera diferente. La elegancia con la que se movía, como si la danza de la muerte fuera una coreografía, despertó en Chuuya una extraña fascinación.

Chuuya: (aparece frente a Dazai) ¿Eres siempre tan... dramático?

Dazai: (sonríe) Chuuya, mi amor, cada noche es un acto, y yo soy el protagonista.

Chuuya: (frunce el ceño) No estoy seguro de si estoy impresionado o irritado.

A medida que compartían noches cazando y explorando las sombras, una extraña conexión se formó entre ellos. Chuuya, conocido por su ferocidad, descubrió que Dazai, con su humor sardónico, lograba romper las barreras que él mismo se había impuesto.

Chuuya: (murmura para sí mismo) No debería estar disfrutando de esto.

Dazai: (con una mirada traviesa) ¿Disfrutando de qué, mi querido Chuuya? ¿De la caza o de mi compañía?

Chuuya: (ignora la pregunta) Deberíamos mantener nuestras distancias. Somos vampiros, después de todo.

Dazai: (con tono juguetón) Pero, mi adorado Chuuya, ¿acaso no es el amor prohibido la esencia de nuestra existencia?

A medida que el tiempo pasaba, la línea entre la caza y la seducción se volvía borrosa. Una noche, bajo la luz de la luna llena, Chuuya tomó a Dazai entre sus brazos, con una mezcla de deseo y temor en sus ojos carmesí.

Chuuya: (susurrando) Esto es peligroso.

Dazai: (sonríe) El peligro siempre ha sido nuestro encanto, ¿no crees?

Sin embargo, sus vidas tomaron un giro inesperado cuando una caza nocturna los llevó a un enfrentamiento con cazadores de vampiros. Heridos y acorralados, Chuuya y Dazai se vieron obligados a enfrentar la posibilidad de perderse el uno al otro.

Chuuya: (sosteniendo a Dazai) No puedo perderte.

Dazai: (serio) Ni yo a ti, mi amado Chuuya.

Con una fuerza impulsada por el amor, Chuuya y Dazai lucharon contra los cazadores y escaparon de la oscura amenaza que se cernía sobre ellos. Se refugiaron en las sombras, donde su amor prohibido floreció entre susurros y miradas cautivas.

Aunque la eternidad les deparaba desafíos y peligros, Chuuya y Dazai descubrieron que, incluso en el reino de la noche, el amor verdadero podía florecer, transformando una historia de caza y seducción en un romance que resistiría las eras venideras.

One shots soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora