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Boss había regresado al departamento notando un olor a alfa e inconscientemente gruñó. Su instinto se alertó buscando a alguien más en el departamento pero solo se oía la tranquila respiración de su omega.

Mientras tanto, Win no sabía cómo era que otra vez había terminado frente a la casa del alfa. Quizá necesitaba su olor para estar más tranquilo puesto que se había sentido mal en haberse puesto nervioso y sonrojado por otro alfa.

Su dedo estuvo a punto de tocar aquel timbre hasta que un carraspeo le hizo voltear y encontrarse con la persona que había ido a buscar.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó Vachirawit muy animado, acercándose para abrazarlo pero un olor a alfa llegó a él haciéndole gruñir. —Apestas.

El pelirrojo se olió para comprobar si olía feo pero solo sentía su propio olor, haciéndole marear un poco.

—Solo huelo a... marihuana.— Murmuró apenado.

—No. Hueles a alfa— Aunque había intentado evitar que su alfa hablara, no podía evitar sentirse un poco celoso porque ese día él le había invitado a salir pero el omega le había cancelado, ahora sabía porqué.

—¿Alfa? No.— Win estaba confundido sin saber de dónde sacaba eso Bright. No había tenido contacto con ningún alfa más que aquel que le dio el cereal. Oh, claro, quizá era ese olor. —Choqué con un alfa en el supermercado.

Bright lo observó de pies a cabeza con los ojos entrecerrados y después sonrío alegre.

—Bien, entra.— El alfa sacó sus llaves para abrir la puerta. —No hay nadie en casa.

—Bueno, yo me voy.— Win sonrió con nerviosismo. —Sí, me quiero casar virgen.

Y antes de poder huir, el alfa lo había tomado de la mano haciéndole pasar.

—No haré nada que no quieras, omega.—  Respondió serio y con un poco de molestia.

—Perdón, pero es que desde que me conociste solo dices que me harás cachorritos y me has acosado.—  Contraatacó el pelirrojo.

🌈

Habían hecho un poco de comida para pasar la tarde mientras veían películas. La familia de Bright se encontraba visitando a la abuela y no llegarían hasta la mañana siguiente así que, tenían toda la casa sola para holgazanear.

—¿Quieres hacer algo aparte de nada?—  Win preguntó viendo que Bright que se estaba quedando dormido en el sillón después de haber visto la película.

—Quiero hacer algo pero es obvio que tú no vas a querer.— Respondió el alfa usando un tono neutro.

—¿Qué quieres hacer?— Aquello que le había dicho el mayor solo le había hecho sentir curiosidad.

—Quiero hacerte el amor.— Una simple oración que había alterado al menor, poniendo sus mejillas rojas.

—E-está bien, hazlo.— El chico omega se había sentado recto esperando alguna acción por parte del contrario pero notó que este estaba en shock. —¿No me digas que tengo que iniciar yo?

Esa fue la clave para que Bright tomara a Win de la nuca y lo acercara a él para tomar sus labios en un beso. Sus lenguas se tocaban suave, explorándose, conociéndose.

El beso era tierno hasta que el omega aumentó el ritmo, haciéndolo ruidoso y húmedo, recostándose sobre el sofá para permitirle al alfa que se pusiera sobre él. Las manos largas y huesudas de Bright se encargaban de tocar la pequeña cintura de aquel hermoso chico que estaba bajo su cuerpo.

Su piel era suave, los cortos jadeos que soltaba cuando él empezó a repartirle besos por el cuello podrían ser dignos de la melodía más hermosa del mundo. Sus cuerpos se rozaban haciendo que poco a poco se comenzaran a notar sus erecciones.

—Pensé que la tendrías pequeña.— Jugueteó el omega empezando a acariciar sobre la creciente erección ajena, sintiendo su grosor y tamaño.

—Espero te guste mi gran pene gordo.—  Sonrió de manera maliciosa, ansioso por lo que se vendría. Mentiría si dijera que no había esperado por ese momento en que Win gimiera debajo suyo y pronunciara su nombre.

Iba a volver a besarlo cuando algo frío mojó su cara haciendo que abriera los ojos.

Win estaba frente a él con un vaso en la mano y la otra en la cintura.

—Al fin despiertas.— Dijo Win un poco enojado.

—¿Cuánto tiempo me dormí?— El mayor se estiró en su lugar tratando de quitar todo el sueño y flojera de su cuerpo.

—Lo suficiente como para tener una erección. ¡Eres un maldito pervertido, Bright Vachirawit!— El chico se quejó dejando el vaso sobre la mesa, viendo con molestia al alfa.- Me voy.

El chico caminó hasta la salida viendo que el alfa ni se inmutó y solo se acurrucó otra vez para seguir durmiendo. Ni siquiera le había pedido una disculpa, ¿Porqué le tocaban los alfas más raros?

Olor a Marihuana [BrightWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora