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Todo en la vida de Bright Vachirawit iba mejorando, su relación estaba yendo muy bien, sus hermanos estaban creciendo tan rápido, e incluso Fort había logrado una cita con el mesero alfa que trabajaba restaurante de los Opa's.

No se podía quejar si tenía todo lo que siempre deseó. Estaba feliz de que Win avanzara bien con las terapias e incluso ya había superado su miedo de salir solo a la calle, él lo apoyaba siempre y lo veía con tanto orgullo.

Mirando el cielo nublado soltó un suspiro, parecía que iba a llover ese día. Justo cuando una gota le cayó en la frente se dio cuenta que había olvidado la sombrilla en casa.

—¿No puedes ser más olvidadizo?— Se regañó apresurando el paso. Llegaría tarde a la escuela si se quedaba otro rato más soltando maldiciones al cielo por odiarlo y demostrárselo en la cara de forma tan cruel.

—¡Bright!— Un grito a sus espaldas lo hizo detener el paso; no se tuvo que dar la vuelta para saber que era su novio quien le había hablado. —Espérame.

—¿Trajiste sombrilla?— Preguntó Bright de forma tranquila, el omega asintió antes de sacar una pequeña sombrilla de su mochila y rápidamente la abrió para cubrirse.

—Siempre soy yo el que te salva, deberías hacer una lista de las cosas que debes hacer.— Intentó regañarlo pero todo fue en vano cuando recibió un tierno beso en los labios. —Te odio.

Bright solo sonrió y entrelazó sus manos. No le parecía mala idea llegar tarde a la escuela, claramente no le diría a su omega que su clase iniciaba a las 7:30 o lo regañaría por no haber salido antes.

—Alfa.

Vachirawit murmuró un bajo "mmh", y se giró para ver a su novio esperando una respuesta.

—Gracias.— Win se detuvo haciendo que Bright también lo hiciera. El alfa no sabía porqué le agradecía, ni siquiera había hecho algo bien esta mañana que se despertó. Incluso su vecina le lanzó agua sucia en los pies porque no vio que iba a pasar.

—¿Porqué me agradeces?— Cuestionó el mayor aún sin comprender el asunto en el que había terminado.

—Por todo. No me alcanzan las palabras para decirte lo feliz que estoy de que tú seas mi alfa, cambiaste radicalmente mi forma de pensar sobre los marihuanos. Eres un ser humano maravilloso, un buen hermano mayor e hijo, también admiro la valentía que tienes para enfrentar a mi madre cuando sus argumentos se tornan insensatos.— El omega tomó las mejillas del alfa uniendo sus frentes, acto que descolocó por completo a Bright.

Cuando se trataba del chico que tanto amaba, nunca encontraba las palabras correctas para expresarse o las acciones perfectas para no asustar al menor. Siempre hablaba con sarcasmo e incluso decía cosas sin sentido, pero de lo que sí estaba seguro era de cuánto lo amaba así qué, le devolvió el beso envolviéndole la cintura con los brazos.

—Solo soy un alfa marihuano que está locamente enamorado de un omega con olor a marihuana y cabellos rojizos.— Bromeó acurrucándolo entre sus brazos, olisqueó un poco su cuello hasta que un olor particular a bebé le hizo abrir los ojos de sorpresa.

—¡Win, estás embaranzonado!— Bright se apartó de él sacudiendolo por los hombros.

—¿Embara-, qué?— El menor no comprendía lo que salía de los labios del mayor hasta que algo hizo click en su cerebro y se soltó a reír. —Embarazado dirás, pero no. Hoy que salí de casa me topé con una señora y su bebé, no pude evitar cargarlo por su lindo aroma.

—¿No tendremos cachorritos?— Ahora el alfa se había puesto triste. Por un momento se sintió feliz de que ese olor a cachorro sí fuera de su omega y no de un bebé que había abrazado.

Olor a Marihuana [BrightWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora