Cuando el deber y el deseo se encuentran
Adrien tenía veinte años cuando se convirtió en Chat Noir y conoció a Ladybug. Cuatro años más tarde, en medio del momento más difícil de su carrera universitaria, conoce a Marinette Dupain-Cheng.
Un AU Coll...
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Cuando Adrien se inscribió en el Gaming Club, esperaba un pequeño grupo de nerds con ideas afines, compartiendo risas sobre juegos tanto antiguos como nuevos.
En realidad, eso demostraba lo desconectado que estaba de la vida en el campus. Pero eso era comprensible. A los veinticuatro años, ya con su doctorado en astrofísica y trabajando ocasionalmente para la casa de moda de renombre mundial de su padre, era sorprendente que supiera qué día era. Algunos días se preguntaba si su sangre todavía estaba roja y no manchada de marrón por la gran cantidad de café que bebía.
El hecho de que casi se hubiera desplomado por puro cansancio la semana pasada había sido prueba de su grave falta de tiempo... y la reprimenda que había recibido tanto de su supervisor como de su padre todavía le dolía vívidamente.
Lo bueno es que Ladybug nunca se enteró. Ella ya estaba haciendo bromas acerca de que se estaba convirtiendo en un "viejo"
Aún así, esa fue la razón por la que se encontró bajando las escaleras mal iluminadas, hasta los niveles del sótano de la universidad, siguiendo el sonido de un ritmo palpitante. Era casi como un sueño, surrealista, que la universidad pudiera estar tan llena de energía después de las horas de clase. Adrien se preguntó si se había equivocado de lugar, o de habitación. Claro, los gamers pueden ser un grupo ruidoso, pero lo que sea que estuviera sucediendo en la habitación 03B sonó como un delirio .
Su curiosidad lo venció y caminó por el pasillo, el ritmo de la canción palpitaba en sus venas de la forma en que sólo la música realmente alta puede hacerlo, actuando como un canto de sirena. La puerta del 03B estaba ligeramente entreabierta y el interior estaba oscuro salvo por varias luces de colores que parpadeaban intensamente. Ahora que Adrien estaba más cerca, podía escuchar a la gente detrás de la puerta, los habitantes del Gaming Club, separados de la música. Estaban cantando.
Abrió la puerta.
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