24- Dolor

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Flavio

Lo único que me mantiene un poco cuerdo, es que tengo una venganza que planear. Cuando salí corriendo de la cueva, no me importó nada, en ese momento no fui el Capo que mi gente necesitaba, en ese momento el pánico y la angustia me invadió como nunca antes. Mi corazón negro, ese que creí muerto desde que nací hace 25 años palideció y casi se rompe en mil pedazos cuando me imagine el cuerpo sin vida de Carlotta.

No me importó nada, ni siquiera mi hermano menor Cossimo. ¡Maldita sea! Le di una paliza porque dejo que Carlotta se desmayara como si hubiese sido su culpa. Soy un completo imbecil, yo, el maldito bastardo sin alma, cayó rendido a los pies de la única mujer de la cual no debía enamorarme, de la única mujer que me cegó. Nunca creí que en mi vida tendría tiempo para el amor. Sin embargo aquí estoy lamentándome por el dolor de la traicion de Carlotta.

Amor un concepto tan extraño y alejado para mi. Amo a mis hermanos, amo a la Camorra, pero hasta ahí creí que llegaban mis capacidades hasta que la diminuta pero jodidmente hermosa hija de Carlo Mancinni apareció en mi vida. Fue un flechazo, de esos que no creía que pasaran en la vida real, nunca entendí porque algunos de mis hombres siempre que no tenían deberes que realizar pedían permiso par estar con sus esposas e hijos. Siempre los trate de débiles y ridiculos, ahora entiendo lo que sentían y ahor el ridiculo soy yo.

La bratva, Malco y Mancinni se han unido para derrotarme. Jah, buena suerte con eso hijos de puta porque voy por ustedes. Los voy a matar a todos.

— Flavio— la voz de Pietro me saca de mis amargos pensamientos. — Cuantos— preguntó sabiendo que no debe ser nada bueno.

— Doce de nuestros hombres de a pie—. Responde y cierro los ojos. Tendré que encargarme de su funeral y de darles dinero a sus familias.

— ¿Cossimo? Cuales son los daños— Pietro está detrás mío, pero siento su tensión, no me va a gustar lo que voy a escuchar.

— Cossimo está bien. Atacaron el club rojo, mataron a todas las chicas y dos de nuestros clientes. La mansión está destruida en la parte frontal, las fronteras están bien resguardadas así que nuestros hombres acabaron con varios de ellos, llame a Saiji para que detuviera la carga de drogas provenientes de asia y llame a Serafino para que detuviera el encargo de armamento proveniente de Italia porque no sabemos si la familia italiana va a atacar.

Suspiro. Hago puños mis manos, me doy la vuelta para ver a mi hermano.

— Ella...

—La dejé en la celda blanca, tiene todo lo necesario como pediste— responde serio, yo asiento.

Pietro viene a ponerse delante mío, y me sorprende cuando me abraza, no tengo tiempo para hacerme El Fuerte, así que le devuelve el abrazo y por primera vez en mi vida, desde los diez años una lagrima pérdida recorre mi mejilla izquierda. Mi ego, mi orgullo y mi jefatura están heridos, fracase y me duele saberlo.

— Falle Pietro, no soy mejor que padre. Les falle a mis hombres, a La Camorra, a ustedes como mis hermanos. No lo vi venir, ella me cegó. Estoy...

Pietro aprieta su agarre. No puedo finalizar la frase, no puedo decirle que estoy roto, que la traicion de Carlotta me ha dejado sin defensas. Y soy un maldito gallina, no puedo creer el alcance de mi dolor.

— Tienes que concentrarte Flavio, eres el Capo tus hombres exigirán venganza y tienes que dárselas, tienes que hacer una declaración de sangre que perdure por los años e incluso siglos. Eres el bastardo sin alma, este es tu terreno, tu tierra, tu reino, vamos a acabarlos a todos—. Sus palabras inician las fueras que estaba buscando para acabar con ellos, e incluso si no la tuviera tengo que hacerlo porque mi hijo necesita algo sólido, necesita saber que su papá venció a sus enemigos.

Sangre x Amor (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora