Capítulo 2

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Brennan

Observé cómo Karan cargaba a la hembra y me miraba con el ceño fruncido, su mirada reflejaba ira y reproche, ¿Será porque no la cargué y la hice caminar?, él no tiene por qué juzgar mis acciones.

Debería agradecer que la ayudé, ya estoy cortejando a una hembra y ayudar a otra podría considerarse traición y no estoy dispuesto a perder a mi amada Ava, ni siquiera debí salvarla, conozco a Ava y sé que se molestará conmigo cuando se entere.

No la iba a ayudar, pero, cuando olí el aroma dulce de esta hembra, escuché su grito junto al golpe y verla caer, hizo que mi corazón se estujara y mi cuerpo reaccionó antes que mi razón, no me dí cuenta el momento en el que ya había acabado con el oso que la amenazaba.

¿Por qué hice eso? Debía admitir que la hembra era linda, la más hermosa que había visto de hecho, pero mi corazón y lealtad a Ava estarían siempre ante todo, lo decidí hace tiempo y nada ni nadie me hará cambiar de opinión.

Observé como Karan se alejaba con la hembra en brazos y suspiré, una pequeña parte de mi se odiaba por no haberla cuidado como debería, pero la otra parte me decía que ni siquiera debí salvarla.

Con un torbellino de pensamientos y sentimientos me fui a la cabaña de mi padre, debía informarle que hay una nueva hembra en la ciudad, aunque los rumores vuelan y seguramente ya se habrá enterado.

Al llegar a la cabaña de mi padre no escuché a nadie dentro, así que me senté afuera a esperarlo, no quería este tiempo a solas, estar solo me hacía pensar en la delicada hembra que obligué a caminar por más de una hora, un fuerte dolor en mi pecho por el arrepentimiento ante lo inútil que fui hoy me carcomia por dentro.

Hasta que vi a mi padre acercarse con una sonrisa gigante, era raro ya que siempre estaba de mal humor por todo el estrés que conllevaba ser el patriarca de una gran tribu.

-Pasa, tenemos que hablar.- dijo con un tono alegre, fruncí el ceño, algo tramaba este viejo, lo seguí dentro y nos sentamos en el piso, cara a cara.

-Hoy encontré una hembra sola en el bosque, no tiene compañeros así que la traje a la tribu para acogerla y que elija algunos compañeros, los machos solteros se emocionaron con su llegada.- informé en un tono gélido.

-Lo sé, cuando volvía de hablar con los guardias fronterizos me encontré a Karan con la hembra en brazos, es la hembra más hermosa que haya visto jamás, aunque estaba dormida y no pude conversar con ella, siento que sería una excelente compañera. La cortejarás y será tu compañera.- Mi ceño se frunció aún más y gruñí, mostrando los colmillos a mi padre en desacuerdo.

-Sabes que estoy cortejando a Ava, hace mucho decidí que ella sería mi compañera y estamos esperando su primer celo para aparearnos y completar la unión, pero mi corazón, cuerpo y alma ya le pertenecen a ella.- ante esto mi padre soltó una carcajada.

-Vamos, es obvio que Ava solo te quiere porque serás el próximo patriarca.

-Retira lo dicho, Ava no es como las otras hembras, ella es diferente, es dulce y se preocupa por mi, tal vez a la que solo le interese el puesto de patriarca es a la hembra recién llegada.

-Hijo, soy viejo, tengo experiencia, sé que Ava te muestra una cara falsa para que la cortejes, es una zorra después de todo, son astutas, ella es igual que tu madre, ellas...

-¡Deja de decir estupideces!- lo interrumpí poniéndome de pie y gruñendo -no te atrevas a volver a comparar a Ava con mi madre, sabes perfectamente lo horrible e insensible que es mi madre, así que no toleraré que ensucies el nombre de mi hembra así de nuevo.- mostré mis colmillos de forma hostil, amaba a mi padre, él me crió solo y siempre intentó darme todo, me entrenó, me dió su tiempo y su amor, pero Ava era mi hembra.

-Sólo cálmate, siéntate y escúchame.- mi padre estaba bastante tranquilo, siempre lo está, es la bestia más sensata que he conocido y lo admiro mucho por eso, suspiré y me senté nuevamente, aún con los músculos tensos y mirándolo con decepción e ira -Sé que piensas de mí, sé que me quieres pero piensas que soy un idiota por haber cortejado a tu madre, de hecho, cuando tenía tu edad pensaba exactamente igual que tú, había decidido que de no encontrar una hembra buena, que quiera a sus machos y no solo los usé sin importar si morían o no como todas las hembras, iba a vivir soltero hasta morir, prefería morir solo antes de ser usado como un macho más, reemplazable. Conocí a tu madre, una linda zorra de una aldea vecina, ella fingió ser amable, fingió preocupación por mi, fingió amor. Eso hizo que pensara que había encontrado a la hembra perfecta, me enamoré perdidamente de ella, la cortejé y nos hicimos compañeros, ella fue perfecta hasta que nos hicimos pareja oficialmente mediante el apareamiento, cuando recibió mi marca, mostró su verdadera cara, amenazó con que si intentaba alejarme de ella o no seguía sus órdenes, rompería la marca, honestamente en ese momento no me importó, hubiera preferido ser una bestia errante o matarme antes que estar con una hembra así, pero descubrimos que estaba embarazada de ti, fui el primer compañero de tu madre y era obvio que era mío, mi único motivo para seguir adelante y aguantar a esa horrible hembra siempre fuiste tú, quería verte crecer y cuidarte como nadie cuidaba a sus cachorros, nunca más nos apareamos porque ella me da asco, por eso no tienes hermanos y nunca los tendrás, sólo no quiero que cometas el mismo error que yo y vivas en agonía toda tu vida igual que yo.- lo miré analizando sus palabras, él siempre fue el mejor padre, he visto como son otros machos con sus cachorros, los entrenan y cuidan hasta cierto punto pero no les importa si mueren, yo si era importante para mi padre.

-Ava no es igual a mi madre, ella en verdad me quiere, gracias por la advertencia y la sugerencia de emparejarme con la otra hembra, pero no lo haré, mi compañera es y siempre será Ava.

-Sabes que tengo un don otorgado por el dios bestia, puedo sentir las auras de las personas, las auras de todas las hembras son iguales, pensé que no tenía mucho que ver con sus personalidades ya que nunca había visto un aura diferente, pero la hembra que trajiste hoy, tiene un aura pura que ni Ava, ni ninguna otra hembra tiene, además, aún no eres su compañero oficialmente.

-La hembra parece ser una sirena, tal vez por eso tiene un aura diferente, pero nada de lo que hagas o digas me hará cambiar de opinión.- dije ya que su belleza era inigualable, pocos machos han visto una sirena ya que los tritones las protegen demasiado, pero los que las han visto describieron una belleza única. Mi padre suspiró y me miró, indeciso de lo que estaba por decir.

-Le cederé el mando a otro macho si te emparejas con Ava en lugar de la otra hembra, la única forma de que te ceda el mando para ser el patriarca, será que te hagas compañero de la hembra.

Lo miré incrédulo ante sus palabras, él sabe que he entrenado toda mi vida para ser el patriarca, sabe cuánto lo admiro y como es mi sueño ser un gran patriarca como él.

-¿En serio vas a hacer esto por una estúpida hembra que acaba de llegar?,  debí haberla dejado morir en el bosque cuando tuve la oportunidad en lugar de salvarla.- dije hecho una furia saliendo de la cabaña azotando la puerta con gran fuerza, no volteé a ver pero seguramente la rompí.

Salí de la tribu en mi forma de leopardo, corrí buscando una presa para desahogar parte de mi enojo y sed de sangre. Ni mi padre, ni esa hembra estúpida iban a interferir entre Ava y yo.

Mundo de BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora