ME DUELE AMARTE ( saugracia)

La amante

Parte III

Media hora y Altagracia aún no se atrevía a bajar del coche estacionado, justo al frente de la vecidad. Fueron varios días que saúl y ella no tenían ningún tipo de conversación y ni siquiera el se digno a responder a sus llamadas y mucho menos se apareció por la empresa lo que le pareció extraño. Apesar de todo lo sucedido Altagracia creyó que Saúl la entendería y que el viaje que iso sería suficiente para pensar y no echar todo lo que tenían a la basura, pero también era consciente que era culpable había roto su promesa. Lo había fallado no sólo con volver estar con navarrete si no también con la vencidad. Altagracia supo que desde el primer momento que arranco el coche con dirección a la vecidad de saúl. Que su relación con saúl dependía de un hilo. Se fue decidida a contarle toda la verdad y todo eso le había costado días analizar y sobre todo intentar inventar alguna otra escusa para poder justificar lo de la vencidad pero no había ninguna. Era el motivo suficiente por lo cual no se atrevía a bajar del coche. La corbardia nunca le habia caracterizado a ella pero desde que conoció a Saúl esa incertidumbre apareció. Era como si sus pies se hubiesen quedado clabado al coche. Que si no fuera por matamoros que le acompaño pero esta vez como copiloto ella nose habría atrevido y estuviera subiendo las escaleras con dirección al apartamento del licenciado.

— Doña. ¿prefiere que me quede detrás de la puerta? Matamoros se dio cuenta del nerviosismo de su patrona que no pudo evitar preguntar.

— No hace falta matamoros, espérame en el coche, cual quier cosa yo te aviso si. el fiel
Matamoros asintió y se retiro para después dejar a la rubia sola enfrenté de la puerta del departamento de Saúl. Antes de que sus puños tocaran la puerta se tensaron y un escalofrío recorrió su cuerpo. pero saúl se llevó la delantera abrió la puerta llevándose la sorpresa de ver a su rubia frente a él.

— ¡Altagracia! ¿Que estas haciendo aquí tan temprano ? Preguntó con desconcierto.

— como dice el dicho si maoma no va a Roma, Roma va a maoma. Estuviste evitándome mucho tiempo es más ni siquiera a la empresa fuiste.

— primero que nada. Adelante no vamos hablar en el balcón.

— por cierto saúl buenos días. Soltó con total ironía. Sabía que ella misma estaba cavando su propia tumba pero era ahora o nunca.

— Necesitamos hablar Altagracia..

— Si. Por eso estoy aquí. Para ser cinsera contigo, para que decidamos lo dos para que rumbo va lo que tenemos Saúl.

— me parece perfecto. Empezamos por estos documentos por ejemplo. ¿ como te atreviste Altagracia? Saúl le estiro un folde de manila donde contenia unos documentos de propiedad de compra y venta, que al parecer ahora estaba al nombre de los navarrete sandoval y le había llegado esa mañana a su madre una orden de desalojo que debería acerse en 72 horas si no les caí una multa fuerte.

— aprovechaste mi ausencia para que le hicieras firmar a mi madre. — Altagracia trago en seco y sabía que había llegado el momento para sincerarse.

— Saúl antes de juzgarme, solo quiero que me escuches por favor. Rogó.

— la compra y venta lo hicimos en tu ausencia si. Le explique a tu madre que seria lo mejor para ustedes y para toda la gente de la vencidad, el monto que en un principio lo ofrecimos a tu  tu padre lo triplicamos y es una fuerte cantidad de dinero lo sufiente para que también puedan ayudar a la gente de la vencidad si así lo quieren. De todas maneras busque hacerlo por las buenas por que al menos en los planes de navarrete no estaba hacerlo de esta manera.

Saúl movió la cabeza con inconformidad y con cierto coraje que por el simple hecho que se trataba de Altagracia no le agarro de golpes por que si Navarrete hubiera tenido la valentía de presentarse en ese departamento probablemente no hubiera salido vivo y hubiese cometido un delito, de hecho eso es lo que iba hacer esta mañana pero Altagracia se lo había adelantado como si de sus pensamientos pudiese leer.