ME DUELE AMARTE ( saugracia)

Surrender ( Rendición)

 
Capitulo 69

Despues de saber que Monica es mi hija con uno de esos desgraciados que me violaron. No quería aceptar esa verdad, y tampoco queria aceptar que Regina me haya mentido de la peor manera; que sea complice de yesenia. Que jugaran con mis sentimientos con respecto a esa niña. Esa niña convertida en mujer y que ahora sale con el hombre que amo, que elegí para mi. 

Entonces el recuerdo; de la orden que le di a gabino, me saco por un momento de mi trance haciendome reaccionar muy rapido, sali rapido de esa habitación de hospital, no quería verle la cara a ninguno de ellos, y sobre todo la de Regina. Recorri todo el hospital hasta llegar a un lugar despejado de la gente. Parecía un almacen donde guardaban cosas viejas.

sabía lo que saul y Monica tenian planeado hacer, y mi corazón cada vez se hacia trisas. mas fuerte era mi amor por Monica que no quería que gabino le haga daño; nunca me lo perdonaría. Me dolia en el alma toda esta verdad, despues de todo lo que viví ahora me toca enfrentar lo peor. En mi mente se repetía la imagen de ellos dos besandose fuera de la habitación de lasaro; nunca imagine que saúl me haría esto, donde quedo el amor que decía tenerme, donde quedo nuestros planes,  al primer problema huye como un cobarde; Es el peor de los cobardes.
Marque varias veces el número de gabino, pero no me lo cojia, así que opte por llamar a uno de mis guardias que mande junto con gabino.

—¿ gabino por que no contestas el telefono? ¿Le hiciste algo a Monica?— pregunte alterada, sentía el miedo recorrer mi cuerpo, tenía miedo a su respuesta.

— estaba apunto de hacerlo, pero tus guaruras me sacaron a punta de pistolas. — el aire que tenía retenido, por fin lo solte de golpe; era un alivio, saber que estaba bien.

— perfecto— dije en una voz cortada.

— como que perfecto, Monica esta ahí con saul acababan de hacer el amor, estaban muy contentos; estaba apunto de hacer lo que usted me dijo. A Monica y a saul. — me sentía morir, saul y Monica hicieron el amor. Eso basto para darme cuenta que saul no era el hombre que yo pense.

— callate ya no quiero que les hagas nada a Monica; me escuchastes, si le tocas a ella o saul, te juro que te mato. pasame a uno de mis hombres — le ordene, mi voz salio como un suplicio.

— saquen a Dominguez de ahí, asegurate que se vaya sin tocar a Monica y a saul.— sin mas corte, y las lagrimas que se encontraban reuinidas en mis ojos, por fin los deje deslisarse por mi rostro. ***mi hija acaba de hacer el amor con el... con el hombre que... con el hombre que amo.*** era en lo unico en que podía pensar. En ese momento sentí un mareo que me iso tambalearme por un momento; sino fuera por la escalera que había ahí de seguro ya estaría desvanesida en el piso. entonces llore sin consolación, sin poder enteder lo que acaba de ocurrir. Despues de un largo rato llorando llame a matamoros para que venga a recogerme. A los pocos minutos ya me encontraba en mi casa; subi a mi cuarto  le puse seguro a la puerta. Llene la la tina de baño con un poco de agua y olorizantes, me desvestí y me metí a la tina, todo eso lo ise en completo silencio intentando ordenar mis pensamientos, que iba hacer ahora; ¿como ver a Monica a los ojos despues de esto? Eran tantas preguntas sin respuestas. A un costado mio reposaba una botella de vino tinto y los residuos de la nicotina del sigarrillo que había fumado, volví a llevar la copa de vino a mis labios y el liquido resvalo por enesima vez en mi garganta; mis lagrimas no sesaban, se iban perdiendo con el agua de burbujas. De nuevo el mareo de hace unas horas volvio a mi, me sumergí en el agua haber si así se me quita este fastidio; pero al hacerlo sentí subir un liquido por mi garganta haciendo que salga de la la tina lo mas rapido, cubrí mi cuerpo mojado con la primera bata de baño que encontre. Me avalanse sobre el labatorio y bomite todo el liquido que había tomado; a cada segundo me venía una arcada mas fuerte que la anterior, trate de respirar para controlar estas nauseas, pero fue en vano. Oí llamar a la puerta de mi habitación; era mi sobrina Isabella. no tenía fuerzas para responder así que solo, me deje caer al piso aferrandome a mis piernas. Me sentía realmente mal; pero a pesar de eso no quería que isabella me vea en este estado, me levante, moje mi cara y enjuague mi boca, salí del baño, isa seguía insistiendo en que le habra.