Trencitas

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Au moderno

Zenko — 4años
Kaigaku — 10años

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Eran las 6am cuando la pequeña casa se llenó de un montón de risillas risueñas provocadas por una pequeña niña de cabello rubio.

Su querido abuelito le había enconmendado la importante y difícil misión de despertar a su hermano mayor, así que se fue corriendo con sus pasitos de bebé muy emocionada al cuarto de su hermano mientras su abuelo le veía desde atrás con una sonrisa tierna.

¡Pum! Sonó la puerta corrediza al ser abierta. La niña entró y encontró al de pelo negro acostado como si nada en la cama.

Zenko —. ¡Aniki!¡Aniki!¡Despieta! —.

Le gritaba dando saltitos tratando de subir. Algo que con mucho esfuerzo sorprendente logró.

Se puso de pie en el borde la cama lista para tirarse sobre el mayor con un grito, pero.

Zenko —¡Ani_! ¡ahh! —.

Se le iba a lanzar cuando resbaló de la punta de la cama y casi cae de cabeza al piso, si no fuese porque Kaigaku activo el ultra instinto y logró agarrarla del pie a tiempo, la historia hubiese sido diferente.

Kai —. ¡Por Dios Zenko! ¡¿Acaso estás loca?! —.

A la niña se le aguaron los ojitos y empezó a llorar.

Zenko —. ¡Pedón! ¡No me gites! 😭 —.

El pelinegro soltó un profundo suspiro para calmarse del tremendo susto. Puso a la niña sobre su pecho y empezó a meserla y a darle palmaditas mientras se mecía de un lado a otro.

Kai —. Ya ya perdón, no fue nada princesita. Pero a la próxima ten más cuidado —.

Lo último lo dijo serio pero sin ser muy duro.

Zenko —. O-oki *hff* —.

Kai —. Bueno ya... Vamos a cepillarnos los dienticos y a bajar con el abuelito si? —.

Ahora su tono era muy dulce, el tono reservado única y exclusivamente para su querida hermanita menor.

Zenko —. ¡Shi! —.

La nena estiró ambos bracitos con una sonrisita de ojos cerrados. A Kaigaku se le escapó una pequeña sonrisa y bajo a su hermana de la cama, luego se levantó y le dió la mano para ir al baño.

Después de unos minutos ya estaban los tres en la mesa y en eso la pequeña Zenko ve a una bonita mujer con trenzas en la calle y le brillan los ojos.

Zenko —. ¡Aniki!¡Abuedito!¡Miden! ¡La señodita de ahí es mu linda! ¡Yo quedo unas tencitas iguades! —.

Ambos varones voltearon a ver a la ventana y efectivamente había una chica muy bonita que usaba trenzas.

Jigoro —. Lo siento princesa, será para otra ocasión porque yo no sé hacer trenzas —.

Kai —. Yo tampoco se hacerlas Zen

Zenko —. Ahh~ —.

Puso una carita desanimada junto a un pucherito, dejando que se le aguaran los ojitos.

Kaigaku para hacerla sentir mejor empezó a pensar una manera de ponerle feliz y lo consiguió.

Kai —. Pero~ tu fabuloso, buemozo, sensacional, único, especial—. A este punto los ojos de Jigoro ya veían su propia alma por tener que ver cómo le cabía tanto ego a ese niño de 10años —. y genial hermano mayor puede hacerlas mañana para ti (⁠。⁠•̀⁠ᴗ⁠-⁠)⁠✧—.

Zenko —. ¿Cedio? —.

Kai —. En serio —.

Jigoro —. Ajá y dime ¿Cómo lo harás?

Kai —. Eso ya lo veré —.

Ya en el colegio Kaigaku empezó a buscar a su amiga Daki.

Kai —. ¡Daki! Gracias a Dios. Necesito algo, te daré mis galletas si me ayudas

Daki —. Um... Depende, son de las regulares o de las de chocolate —.

Miro a todos lados y susurro.

Kai —. De chocolate —.

Daki —. Trato hecho —.

Respondió también en susurro y ambos fueron a la parte más solitaria del parque de receso.

Daki —. Habla, ¿Qué quieres? —.

Kai —. Mi hermana menor quiere que le haga unas trenzas. Quiero que me enseñes a hacerlas antes de que acaben las clases —.

Daki —. Bien, dame las galletas y empezamos la clase —.

Kai —. Aquí tienes —.

Daki —. Bien... —.

A la tarde se puso a hacer su tarea y a esperar que su hermanita regrese del kinder y enseñarle su nueva habilidad

Aunque no fue mucho, los minutos se le hicieron eternos mientras esperaba a la pequeña.

Pero los grititos característicos de ella llegaron a sus oídos alegrandolo mucho. Salió corriendo para ir a recibirla.

Llegó a la puerta y la abrió con prisa viendo a la rubia a su abuelo.

Zenko —. ¡Aniki! —.

Kai —. ¡Zenko! —.

La tomo en brazos para darle un fuerte abrazo que fue correspondido.

Luego se acercó a su sonriente abuelo a darle un abrazo también.

Zenko —. Hemanito¿Ya sabes hace las tencitas? —.

Kai —. Obvio, vente te haré unas ahora —.

Zenko —. ¡Wiii! —.

Jigoro —. Kaigaku no vayas a_—.

Kai —. No le haré ninguna maldad abuelo, lo prometo —.

Jigoro —. Bueno —.

Es que si amigos, zenko y el abuelo podían ser las personas más queridas e importantes para Kaigaku, pero ni ellos se libraban de una que otra maldad ocasional.

Unos minutos después~...

Kaigaku —. Um... Una vuelta más aquí y... ¡Listo! Ya tienes dos trencitas —.

Sonrío con orgullo dándole un espejo a la menor, y a ella le aparecieron dos pequeñas estrellas en los ojos por la emoción.

Zen —. ¡Me encanta!¡Me encanta!¡¡Me encanta!! ¡Gacias Kai! ¡Edes el mejo hemanito de mundo! ¡Y edes mi persona favorita en el mundo! ¡Te quiero! 😆💕 —.

A Kaigaku se le ensanchó todavía más la sonrisa de orgullo y se le inflo el pecho.

Jigoro veía todo escondido detrás de la puerta con una sonrisa de ternura.

Urukodaki —. ¿No te parece que esas trenzas están muy chuecas? —.

Jigoro —. ¡Cállate que tú no tienes nada que ver! —.

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Ta da :D

Solo tres preguntas:

¿Qué tal?

¿Del uno al diez?

¿Se nota demasiado que según yo las galletas son las monedas de cambio en la escuela XD?

Kaigaku y ZenkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora