Es fea

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Zenko — 1
Kaigaku — 9

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En un pequeño orfanato dirigido por un joven de a penas 20años muchos niños corrían y jugaban felices menos uno.

Kaigaku, el pequeño era de carácter difícil y ningún otro niño se le quería acercar. El niño realmente había intentado hacer amigos por un tiempo pero como todos huían sé rindió y se quedó en una de las esquinas del lugar viendo a los otros jugar.

El señor Gyomei lo veía con pena, sabía que el niño no era malo pero no podía socializar y eso lo preocupaba un poco, pero por más que hablaba con los otros niños ellos no lo intentaban si quiera.

Un día Gyomei encontró a una pequeña bebé en la calle, con el corazón roto la acogió con amor. Sería la primera bebé que verían los niños y le emocionaba.

Gyomei —. Niños llegué. Vengan aquí les quiero presentar a alguien —.

Todos los niños menos Kaigaku corrieron a ver quién era el nuevo niño o niña que sería su amigo.

Pero rápidamente se quedaron en silencio viendo confundidos al pequeño ser.

Gyomei —. Ella es Zenko, su nueva amiguita. Aún es muy pequeñita así que no sabe hablar y llora mucho pero se que en un futuro la querrán mucho —.

Les dió una sonrisa sincera a todos y los niños se acercaron más a la bebé dormida, diciendo que se veía linda y cosas así.

Gyomei se dió cuenta que Kaigaku aún estaba lejos, en su propio mundo con sus peluches de durazno y de espada. Lo llamó para que también viera a Zenko pero al niño no le interesó mucho.

Le insisto un poco más, consciente de la poca paciencia del niño. Y en efecto este se levantó para que no le siguiera fastidiando.

Los otros niños se alejaron un poco para que Kaigaku viera a la bebé, este se acercó desinteresado y con una expresión de fastidio. Vio a la pequeña unos segundos y decidió dar su sincera opinión.

Kaigaku —. Es fea —.

Gyomei rió un poco, ya se imaginaba que el niño diría eso, pero los demás se molestaron con él.

Empezaron a reclamarle y decirle muchas cosas pero a Kaigaku le resbaló de una manera que muchos adolescentes y adultos envidiarían.

El niño pelinegro rodó los ojos ante todo lo que decían y con una pizca de curiosidad tocó con su dedo índice una de las mejillas regordetas.

Eso fue un verdadero caos y la pequeña despertó, al primero que vio fue a Kaigaku y este le devolvió la mirada con la misma pizca de curiosidad de antes.

Kaigaku —. Al menos tiene unos ojos bonitos —.

Dijo simple aún ignorando el desastre que hacían los demás niños. Gyomei sonrío por ese comentario y la bebé empezó a reírse de forma tierna mientras lo veía.

Ahora tenía una cara inexpresiva pero aún era notable que su curiosidad no hacía más que crecer.

Kaigaku —. ¿Cómo dijo que se llama señor Gyomei? —.

Gyomei —. Zenko, su nombre es Zenko —.

Kaigaku —. Lo siento niña. Lo único bonito que tienes son los ojos —.

Pero la niña en vez de llorar rió un poco más fuerte y extendió sus bracitos hacia el mayor.

Gyomei —. Jeje creo que quiere que la cargues Kaigaku —.

Kaigaku y ZenkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora