Bebé

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Au moderno

Jigoro —. 72años
Kaigaku —. 7años

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Kaigaku —. Abuelo... Me... ¿Comprarías unos dulces? ... —.

Jigoro —. Jajaja, claro Kaigaku, ¿Te gustaron los que te regale la semana pasada? —.

—. Shi... —.

Bajo la mirada, un tanto apenado, sacando una risa al mayor.

—. Jajaja, pues vamos ahora. No queremos que esas deliciosas gomitas de fresa se acaben ¿O si? —.

—. ¡No! —.

—. ¡Pues entonces vamos! —.

El anciano alzó su puño izquierdo con una sonrisa, emocionando al niño.

Kaigaku —. ¡Si! ¡Si! ¡Si! —.

El pelinegro empezó a dar saltitos en su lugar con una gran sonrisa.

Jigoro le había soltado la mano para que corriera hasta la esquina de la calle mientras el le seguía desde atrás con más calma.

Pero en eso ve que el niño se detuvo frente a un callejón y le dedicó una mirada de extrañeza a alguna cosa que hubiese allí. Asustado se acercó a él rápido y lo tomo de los hombros.

Jigoro —. ¿Qué pasó Kaigaku? —.

El niño no respondió pero señaló a una cajita que se encontraba casi en la entrada del sucio callejón y que emitía pequeños sonidos de llanto.

Se acercó un poco lento, estaba por ver sobre la caja cuando noto a una gran rata acercándose a esta, rápidamente la pateó y acercó la caja a dónde estaba él.

El llanto se intensificó y volteo a ver a la caja, notando a una pequeña bebé. Está le extendió los brazos aún llorando. Sintió a Kaigaku ponerse detrás de su espalda, dando por hecho que también estaba viendo a la niña.

Kaigaku —. Abuelo... ¿Puedo tocarlo?

Le dió un pequeño e indoloro zape al pelinegro.

Jigoro —. No es un objeto, es una niña, una bebé —.

Kaigaku —. ¿Qué es un bebé abuelo?

Jigoro —. Luego te lo explico —.

Volteó de nuevo hacia la bebé y tomo su abrigo para envolverla (no tenía ropa) y cargarla con mucho cuidado.

Era muy pequeña así que quizás no llegaba ni al año.

Jigoro —. Que desalmado hay que ser para abandonar a una niña tan pequeña de esta manera... —. Susurro para si.

Le daba palmaditas en la espalda a la pequeña y la mecía suavemente para calmarla.

Kaigaku —. Abuelo ¿Puedo tocarla...?

Lo miró, al pelinegro casi se le podían ver estrellitas en los ojos.

Jigoro —. *Suspiro* Está bien... Pero primero debemos llevarla a un hospital, luego veremos ¿si? —.

Kai —. ¡Si! —.

En el hospital le indicaron que efectivamente la bebé se aproximaba a los 4-5meses. Ah, y dejo a Kaigaku con una enfermera para que le explicara que es un bebé ;)

Doc —. Es una suerte que la haya encontrado, aún está en... relativamente hablando, una buena condición. Debieron haberla abandonado hace poco, menos mal que usted y Kaigaku la encontraron a tiempo. ¿La piensa adoptar como hizo con Kaigaku o debería llamar al señor Gyomei? —.

Jigoro —. Pues yo ya estoy muy viejo... Además Gyomei es muy bueno con los ninos y seguro la cuidara bien, así que no me preocupa si se queda con él —.

El médico parecía listo para decir algo pero entonces la puerta se abrió con fuerza. Ambos voltearon a ver, y resulto ser el pequeño de 7.

Kaigaku —. ¡Abuelo! La enfermera no me deja cargar a Zenko. Además se la llevó a otro cuarto lleno de bebés como ella y la puso en una caja rara ¡Salvala! —.

Ambos parpadearon varias veces hasta que el médico decidió preguntar.

Doc —. ¿Zenko? ¿Tú le pusiste así? —

Kaigaku —. Ah... Hola doc... Si fui yo...

El doctor parecía listo para explicarle a Kaigaku todo lo que pasaba pero Jigoro fue más rápido.

Jigoro —. Es un lindo nombre Kaigaku, estoy seguro de que a Zenko le encanta —.

Kaigaku —. ¿Verdad que sí? ¡Pero tienes que sacarla de la caja esa rara!

Jigoro —. Jaja, tranquilo Kaigaku, esa caja se llama incubadora, y estoy seguro de que a Zenko le encanta —.

Kaigaku —. ¿En serio? —.

Jigoro —. Sep —.

Kaigaku —. Oh... ¿Y nos la podemos quedar? Yo podría cuidarla —.

Jigoro lo vió a los ojos un tanto sorprendido, Kaigaku no era un niño que se encariñara precisamente fácil... Quizás una hermana menor sería bueno para él... y para sus habilidades de comunicación...

Jigoro —. Kaigaku, ¿Real realmente quieres que Zenko este con nosotros? Porque si tu respuesta es un si, ya no habrá vuelta atrás —.

Kaigaku —. Real realmente quiero estar con ella abuelito, te prometo protegerla hasta que seamos abuelitos como tú —.

Jigoro —. Bueno no sé te vaya a olvidar esa promesa —.

Kaigaku —. Claro que no señor —.

Jigoro —. Buen entonces —. Se volteó hacia el doc —. ¿Le informaría de esto a administración para recibir los papeles de adopción lo más pronto posible? —.

Doc —. Claro que sí señor Jigoro —.

Jigoro —. Gracias —.

Kaigaku —. ¡Siii! —.

Los siguientes días fueron agotadores para Jigoro pero muy emocionantes para Kaigaku que esperaba con ansias estar con la ahora llamada Zenko.

Y por fin llegó el día en el que en el hospital les entregarían oficialmente a Zenko.

Los enfermeros que la cargaban tenían una carta demacrada y parecían desesperados por calmar los llantos de la bebé.

Jigoro les sonrió y les extendió los brazos para recibir a la niña.

Jigoro —. ¿Puedo...? —.

Enfermero —. Claro señor. Pero ya le digo que la niña no se calma con nada

Le entrego a la bebé en los brazos y en cuanto ella sintió el cambio abrió los ojos. El mayor me regaló una sonrisa y ella dejo de llorar.

Enfermero —. P-pero ¿C-como...? —.

Kaigaku —. Abuelo abuelo, por fa por fa ¡yo también la quiero cargar~! Yo aún no la cargo —.

El niño tenía un puchero y el anciano soltó un suspiro rendido pero enternecido.

Jigoro —. Está bien pero con mucho cuidado —.

El niño recibió a la bebé un poco nervioso pero feliz. Y en cuanto la niña lo vió empezó a sonreír y hacer sonidos tiernos mientras extendía sus manos hacia la carita ajena. A Kaigaku se le convirtieron los ojos en dos grandes luceros.

El enfermero estaba que no se lo creía. “O son hijos de Dios o son hijos del diablo pero humanos no son” pensó el pobre.

Ese fue el inicio de una pequeña pero feliz familia de tres personas.

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Hemos vuelto a los capítulos tiernos :D

¿Qué tal? ¿Del 1 al 10?

Kaigaku y ZenkoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora