Capítulo 4.

296 42 22
                                    

AVISO: Todas las traducciones se encuentran en un comentario en la misma frase. 

Vicious.

Ha pasado una semana desde El Concilium, cumpliendo el plazo que le di a mi esposa debería estar llegando en las próximas horas de vuelta. Después de todo entiendo que ha pasado cinco años en Italia y deba resolver sus asuntos antes de instalarse en nuestro hogar nuevamente, es un gran paso ser civilizado para mí. No quiero desarraigar a Zafiro de toda su vida, solo necesito tiempo para entender qué paso realmente aquella noche en que huyo. 

Mis hermanos son conscientes que mi esposa volverá a tomar su lugar, pero no tienen idea que sus cosas han sido movidas a la propiedad C un poco más apartada que la casa principal. Tendrán las mismas comodidades, pero en otro lugar porque si bien Maxim quiere pedirle disculpas a Zafiro eso no sucederá pronto, no hasta que ella logre bajar un poco sus defensas. 

Así que aquí me encuentro esperando que aparezcan ambos cuando se den cuenta que ya no tienen habitaciones aquí. Me siento en mi escritorio y espero que llegue Milenka como un torbellino. 

Cinco, cuatro, tres, dos...

—¿Dónde están mis cosas!— grita haciendo que mi puerta golpee contra la pared. 

Entra de forma muy propia de ella, descontrolada y caprichosa. La hemos mimado demasiado y eso es notorio. 

—Milenka— la regaña Maxim entrando después de ella. 

Maxim se ve harto de toda la situación y creo que en el fondo él sabe que no puedo desplazar a mi esposa en esta ocasión, ya no. 

—¡Estás de su lado?— sigue aullando— ¡No puedes mover todas nuestras cosas y llevarlas a Dios sabe dónde, esta es tan casa nuestra como tuya!

—Milenka, deja que nos explique y no le hables así a Vicious, no te olvides de tu posición— infla las mejillas conteniendo la rabia, no esta acostumbrada a que le lleven la contraria y menos sus hermanos. 

—Bien— cede finalmente y me mira con sus ojos azules— ¿Por qué se llevaron nuestras cosas y a dónde?

Me acomodo en mi silla para mirarlos a ambos. 

—Sus cosas han sido movidas a la propiedad C donde encontrarán todo exactamente igual a como lo tenían aquí— se pone las manos en la cadera. 

—¿A la propiedad C?— frunce el ceño— ¿Por qué? Esta es nuestra casa Vicious, todos nuestros recuerdos están en esta casa no en la otra.

—Crearás nuevos recuerdos y ya, procésalo y vive con eso Milenka y no vuelvas a levantar la voz— no quiero que piense que pase por alto sus faltas de respeto. 

Ya no es una niña, de hecho es un año mayor que mi esposa y se comporta dimensionalmente diferente. 

—¿Es por ella no?— mira a Maxim buscando un cómplice— ¿No dirás nada por qué esa perra aprovechada nos quite todo? Su familia mata a nuestro padre y encima ahora vuelve cuando deberías haberte divorciado de ella hace años o mejor que la expulsen de El Concilium. 

Golpeo la mesa con mi puño haciendo que salte en su lugar. Me levanto dejando la caer la silla al piso haciendo que Milenka abra los ojos cuando me acerco a ella y me pongo frente a su cara. 

—Es la última vez que llamas perra a mi esposa—le advierto como debería haberlo hecho hace años atrás— esta casa— la señalo— es mi casa, la casa de tu Boss, a quien le pertenece todo lo que hay en ella y a mi esposa por derecho. Si Zafiro quiere quemar la puta casa y construir una nueva, puede, si quiere mandarlos a los dos a la propiedad C, le dicen gracias cuñada. 

Vicious Wedding © [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora