Capítulo 17.

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Zafiro. 

Llevo solo horas desde que Claire me dio el alta y ya estoy en casa, o debería ser mi casa, pero en absoluto se siente así. No hay fotos, es una casa hermosa, pero impersonal. Es igual a como la recordaba y no se siente nada mía, no hay nada que diga que esta casa es tan mía como de Vicious. 

Nada aquí parece ser de mi gusto tampoco, aunque tampoco recuerdo que es lo que eran mis gustos. Me muevo incomoda en el marco de la ventana que da al gran patio trasero, es el lugar donde al parecer me siento más cómoda o quizás sea la luz que entre por ahí lo que me llevo a quedarme aquí mientras arriba preparan nuestra habitación. 

¿Pero por qué deberían preparar algo que ya esta hace años? No he visto a Rubí y eso ya empieza a incomodarme, sé que si le pido que sea sincera conmigo lo haría, pero es como si hubiera desaparecido. 

—La habitación ya esta lista señora Sokolova— me avisa Franka al entrar al comedor— todo esta como le gusta. 

—¿Y cómo me gusta Franka?— le pregunto casi en un susurro sin quitar mis ojos del patio trasero. 

—¿Cómo señora? No entiendo su pregunta— carraspea un poco. 

—Franka— escucho la voz de mi esposo— dame un momento con mi esposa. 

—Claro señor, con su permiso señora— la escucho irse por el sonido de sus pasos en el frío piso.

—¿Qué te pasa?— me pregunta y lo siento acercarse a mí. Toca mi cuello poniendo sus dedos en mi pulso, pero me alejo de él— ¿Qué esta mal?

Me levanto de la ventana y paso por al lado de él para poner cierta distancia entre ambos. Creo que por primera vez han comenzado a bajar los efectos de todos los medicamentos y estoy empezando a dudar de mi esposo. 

—¿Dónde esta Rubí?— me pongo a la defensiva al estar sola. 

—Con Ryu, ellos tienen cosas que hablar, ella podrá contártelo más tarde— me dice sin darme mayores detalles. 

Al saber que ya no tendré más información de su parte voy por otro camino. 

—Quiero hablar con mi hermano— le digo directa. 

Se lleva la mano al bolsillo y saca un celular, no es suyo. Me tiende el celular y lo tomo, pero esta bloqueado. Aunque al presionar la pantalla se abre con mi huella. 

—Es tu celular, puedes ver tu misma cuántas veces ha intentado contactarse tu hermano contigo en este tiempo que estuviste internada y porqué motivos— su voz es dura. 

Así que reviso todas las notificaciones, pero solo hay dos llamadas de mi hermano en este tiempo y dos mensajes de su parte para que veamos cuándo podemos reunirnos para la venta de una propiedad que nos dejo mamá y el quiere vender. 

Marco su número y espero a que me conteste, lo hace después de dejar que suene un poco. 

—¿Zaf?— me pregunta una mujer, quien intuyo es Esperanza, su esposa. 

—Si, ¿esta mi hermano? Quiero hablar con él— le pido. 

—Dom esta un poco ocupado ahora Zaf, pero le diré que llamaste y que se comunique contigo a penas pueda— ella es tan amable.

—¿Ha pasado algo?¿Estos meses?— busco alguna respuesta a su nula preocupación por mí. 

—No te preocupes, todo esta bien, solo Dom ha estado un poco paranoico el último tiempo por algunos socios insatisfechos. Quizás no se haya dado cuenta de cómo ha pasado el tiempo, pero le diré que te llame— miro a mi esposo y le quito la vista con vergüenza. 

Vicious Wedding © [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora