Se estremeció cuando la voz reverberó por la casa, por sus propios huesos. Era definitivamente la voz de un hombre.
Mierda mierda y mas mierda
¿Qué le pasaba? Si el hombre en el porche quería hacerle algún daño, acobardarse aquí en el dormitorio no le serviría de nada. Y además, un criminal simplemente abriría la puerta y entraría, y ya lo habría hecho. Este era probablemente un hombre perfectamente agradable que estaba paseando y había visto llegar a un nuevo vecino. Quizás él no la había visto en lo absoluto, pero había notado el auto en el camino de entrada. Estaba haciendo el tonto descontrolándose con estas sospechas, este pánico.
Aún así, la lógica solo podía llegar hasta allí para calmar sus miedos. Necesitó un montón de autocontrol para enderezar sus hombros y forzarse a regular su respiración, e incluso más para forzar a sus pies a moverse hacia la puerta del dormitorio. Se detuvo una vez más, aún fuera de la vista, para obtener un control más firme sobre su coraje. Luego salió del dormitorio hasta la sala, y dentro de la vista del hombre que estaba en el porche.
Ella miró la puerta abierta, y su corazón casi se detuvo. Su silueta se recortaba contra la brillante luz de afuera y no podía distinguir sus facciones, pero él era grande. Un metro noventa, al menos. Con hombros que llenaban el marco de la puerta. Era solo su imaginación, tenía que ser, pero parecía haber una indefinible tensión en la postura de aquellos hombros, algo al mismo tiempo cauteloso y amenazador.
No había manera de que se obligara a sí misma a acercarse más. Si el hacía un movimiento para abrir la puerta, ella se escaparía por la puerta trasera en la cocina. Su cartera estaba en el dormitorio detrás de ella y no sería capaz de alcanzarla, pero las llaves del auto estaban en el bolsillo de sus jeans, por lo que debería ser capaz de abalanzarse dentro del auto y trabar las puertas antes de que él pudiera alcanzarla, y luego conducir en busca de ayuda.
Ella se aclaró la garganta.
-¿Sí?- Se las arregló para decir. -¿Puedo ayudarlo?
A pesar de su esfuerzo, su voz salió baja y ronca. Para su consternación, sonaba casi... invitante. Quizás eso fuera mejor que sonar aterrorizada, pero lo dudaba. ¿Qué sería más probable que desencadenara el acercamiento de un depredador, el miedo o percibir una invitación sexual?
¡Detente! Se dijo ferozmente. Su visitante no había dicho o hecho nada para justificar ese tipo de paranoia.
-Hola, soy Harry Styles- dijo el hombre, su profunda voz una vez más sumergiéndose por su piel, haciendo todo el camino hasta sus huesos. -Estoy alquilando la casa vecina por el verano. Vi su auto en el camino de entrada y me detuve para presentarme, no sabia que la vieja casa tuviera nuevos dueños.
El alivio fue casi tan debilitante como el terror, comprendió Savannah cuando sus músculos se aflojaron y amenazaron con derrumbarse completamente. Estiró una temblorosa mano para apuntalarse contra la pared.
-Me alegro de conocerlo. Soy Savannah Stewart.
-Savannah,- repitió suavemente. Había una sutil sensualidad en la manera en que él decía su nombre, casi como si estuviera saboreándolo. -Me alegra conocerle, señorita Stewart. Sé que probablemente todavía está desempacando, así que no la entretendré. Nos vemos mañana.
Él se volvió para irse, y Savannah dio un apresurado paso hacia la puerta, luego otro. Para cuando él llegó a abrir la puerta de malla metálica, ella estaba en la entrada.
-¿Cómo sabe que aún estoy desempacando? -dijo bruscamente, tensándose nuevamente.
Él se detuvo, no obstante no se volvió hacia ella.
-Bueno, siempre doy un largo paseo por las mañanas, y tu auto no estaba aquí esta mañana. Cuando toqué el capó de tu auto recién, todavía estaba tibio, por lo que no has estado aquí desde hace mucho tiempo. Era una suposición razonable.
Lo era. Razonable, lógica. ¿Pero por qué había comprobado el capó de su auto para ver cuán caliente estaba? La sospecha la mantuvo en silencio.
Luego, lentamente, él se volvió para enfrentarla. La resplandeciente luz del sol brillaba en la lustrosa oscuridad de su cabello, grueso y tan lustroso como una piel de visón, y revelaba claramente cada poderosa línea de su rostro. Sus ojos encontraron los de ella a través de la fina malla de tejido, y una lenta, indescifrable sonrisa levantó los costados de su boca.
-Creo que... Nos vemos mañana.
Inmóvil otra vez, lo miró irse. La sangre se escurrió de su cabeza y pensó que podría desmayarse. Había un zumbido en sus oídos, y sus labios se sentían adormecidos. La oscuridad comenzó a bordear su campo de visión y comprendió que realmente iba a desmayarse. Torpemente se dejó caer sobre sus manos y rodillas y dejó que su cabeza colgara hacia delante hasta que el mareo comenzó a desaparecer.
Joder, será cierto..
No había ningún error. A pesar de que nunca había visto su rostro en sus sueños, lo reconoció. Cuando él se había vuelto para enfrentarla y aquellos ojos aguamarina habían brillado hacia ella, cada célula de su cuerpo había hormigueado en reconocimiento.
"Harry Styles" era el hombre de sus sueños, de sus más sensuales pesadillas
O al menos eso era lo que ella creía.
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The Lake / h.s✔️
Подростковая литератураEllos dicen que los sueños se hacen realidad, pero y las pesadillas.