Nueva Yugork era un lugar triste, melancólico y de dónde carecían las esperanzas...
Los únicos realmente satisfechos y gozosos de aquella vida eran los cinco miembros de "El Consejo del Caos"
Ellos creían tener el mundo perfecto, pero no sabían l...
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Ya habían pasado diez días desde que aquel par había entrado a se parte de la resistencia... Y ninguno se encontraba realmente bien.
El erizo estaba inquieto... Los entrenamientos no eran lo mismo a lo que estaba acostumbrado, le costaba entrenar con los novatos, ya que él estaba demasiado adelantado para ellos y no quería herirlos... Pero tampoco quería ser profesor, quería entrenar él, pero de verdad, algo que lo cansé. Sumado al hecho que no podía salir, faltaba poco para que le dé un ataque de ansiedad.
Por su parte, el zorro no se quedaba atrás. No había podido avanzar demasiado con sus proyectos, y eso de socializar no era su fuerte... Se sentía frustrado. Ahora tenía que estar en un lugar que no quería, con gente que ni siquiera le agradaba y todo en contra de su voluntad. Pero pensaba en su paga y valía la pena.
Y en cierto aspecto, ambos estaban experimentando un sentimiento confuso... Desde que llegaron a aquel lugar se comunicaron mucho menos de lo que lo hacían antes... Y no debería porque afectarles tanto, cuando estaban solo ellos dos, apenas y se hablaban... Pero sentían como si, de algún modo, se extrañarán. Tal vez era por estar en un sitio lleno de gente desconocida, y querían estar con alguien con quién ya haya cierto grado de confianza... Más ninguno se atrevió a decirle al otro nada; Sonic pensó que tal vez podría mostrar al niño, y Nine que el erizo se burlaría de él... Así que ahí estaban.
El cobalto se encontraba con Rouge, ayudándola a acomodar algunas cosas... Además, ella dijo querer mostrarle algo que apostaba que le encantaría.
Rouge:No se demasiado sobre ti... Pero estoy segura que estás familiarizado con esto.
Dijo al momento en el que entraban a una habitación, cual tenía un montón de cajas, pero había algo más que resaltaba... En el centro de esta, se encontraba en perfecto estado y cuidado una palmera, protegida por un cilindro de cristal. Era el primer árbol que el erizo veía desde que había despertado, cuánto los extrañaba. El azulino bajo las orejas, caminando en dirección a aquel cilindro para observar más de cerca.
Rouge:Es el último de su especie... Dentro de las cajas se encuentran otro monton de cosas que pudimos salvar, antes que el consejo del caos las extingan... Puedes revisarlas si quieres.
Al terminar de decir aquello, decidió darle un poco de espacio, se retiró y dejo al erizo solo.
Aquella enorme planta le traía demasiados recuerdos... Como el de su madre volando a las copas altas de los árboles, o cuando jugaba a correr al rededor de estos... Aquel juego le enseño a tener increíbles reflejos y pensar rápido al moverse, ya que si no lo hacia golpeaba su rostro contra algún tronco. Recordó que Garra Larga le habia enseñado a cuidar plantas y como reconocer cuando estás estaban enfermas por el color de las hojas. Echaba tanto de menos aquellos momentos, la extrañaba a ella. Sintió un dolor punzante en el pecho, y la necesidad de correr para ahuyentar aquel sentimiento... Respiro profundo, conteniendo las lágrimas. Se pasó el borde de la mano por sus ojos, dando dos pasos atrás. Miro a su alrededor, alguna de las cajas debía tener algo interesante. Y así se pasó varios minutos observando el interior de cada una de las cajas de cartón, y finalmente, encontró algo que le saco una sonrisa.
