capítulo 15 ❌

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Una hermosa boliviana se encontraba despertando con un gran dolor de cabeza, esto ya era algo recurrente en ella, ya que muchas veces al ella dormir tarde se despertaba con el pies izquierdo, empezando el dia con una molesta migraña.

Se levantó lentamente de su cama para poder estirarse y dar un ligero bostezo, e de recalcar de que ella no recordaba mucho de la noche anterior.

Bolivia: Buenos dias...

Se dijo a si misma la boliviana, para después ir a bañarse y lavarse los dientes. Al salir se puso una bata y se dirigió a la cocina para hacerse su desayuno, pero en ves de encontrarse con la hornilla se encontró al ruso haciendo lo que parecía ser unos huevos revueltos con tostadas.

Ella intentó salir de la cocina sin ser notada, pero antes de que salga el ruso volteó a verla con una pequeña sonrisa causando que la boliviana se quedé paralizada.

Rusia: Buenos días, querida.

Ella sonrió alegremente y le devolvió el saludo agitando su mano.

Rusia: Ya va estar el desayuno en un minuto, mi niña. Mientras tanto creo que debes querer ir a cambiarte.

El ruso solto una ligera risa, haciendo que la boliviana se sonrojara al darse cuenta de que en efecto, tenia solo la bata y nada abajo más que su ropa interior.

Bolivia: Oh, l-lo siento, cariño. En un momento vuelvo.

Dijo saliendo casi corriendode la cocina a lo que el ruso solo se limito a reir un poco para después seguir con lo suyo.

Pasaron unos minutos y la boliviana (ahora si con ropa) se dirigió a la cocina a ver que estaba haciendo su amado.

Se sorprendió al ver en la mesa dos platos con huevos revueltos con jamón, tostadas y una tasa de té para Rusia y una de café para ella. Esto le trajo recuerdos lejanos.

Rusia: Listo querida! Que te parece?

Dijo el ruso apareciendo detras de ella con una sonrisa.

Bolivia: Vaya, Rusia, te luciste! No era necesario.

Rusia: Claro que lo es, al final de cuentas yo te debía esto.

Ambos asintieron y se sentaron, dieron la oración por los alimentos (cosa que ya era casi costumbre) y se dispusieron a comer felizmente.

Todo parecía asombroso, ellos riendo y contando experiencias del pasado, parecía como si todos estos meses de distancia nunca hubieran pasado.

Ambos estaban igual de felices de tener al otro a su lado, sus ojos brillaban como nunca. Todo era perfecto.

Pero... nada dura para siempre, no es cierto?

Continuará...


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