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Los ojos de Odette brillaron con anticipación mientras Bastian la miraba con calma. Parecía desesperada por su esperanza, que no era más que un intento de aferrarse a un clavo ardiendo. La esperanza era frágil y sentía que se ahogaba.
Cuanto más se miraban, más desesperada se volvía esa esperanza. Bastian levantó la mano y tomó la mejilla de Odette con una mano mojada.
"Bastian", dijo Odette, la necesidad de acercarse a él era insaciable.
Bastián pensó que Odette parecía una niña abandonada y eso le recordó aquel día en que le propuso matrimonio. Estaba sentada sola en el banco del jardín del hospital, acurrucada entre altas rosas. Con un padre lisiado y sin que ella lo supiera, una hermana que lo había lisiado. Su rostro ahora reflejaba el día en que enfrentó una realidad insoportable.
Tira fue la verdadera culpable del accidente.
A Bastian le había tomado mucho tiempo conseguir la información, pero finalmente la tenía. La conversación por teléfono se prolongó hasta bien entrada la noche. Tira le confesó todo. Desde las circunstancias que llevaron a la pelea con su padre, hasta el accidente inesperado y lo que sucedió después . En su exasperado deseo de limpiar su conciencia, no parecía que se lo estuviera inventando.
Bastian escuchó en silencio, sintiéndose decepcionado por el intento de Tira de salvarse vendiendo a su hermana, pero también empatizando con sus razones para hacerlo.
Tira había estado desesperada por proteger lo que tenía y su nueva forma de vida. Su marido, su hijo y su negocio maderero. El futuro de toda su familia. Era difícil descartar su falta de emociones cuando se trataba de su hermana mayor, que ni siquiera formaba parte de la familia de Tira.
Intentó defender a Odette, a quien no le había quedado más remedio que tomar esa decisión. y cuando se enteró del sacrificio de su hermana, incluso encubriendo sus malas acciones , Tira se derrumbó y lloró.
Tira afirmó amar a su hermana, pero no podía priorizar el amor por una hermana sobre el amor por su familia y su futuro. Quizás fue sólo un afecto común y corriente. La anormal en realidad era Odette.
Bastian abrió lentamente la boca, pero no pudo pronunciar las palabras que brotaban de sus labios. Si no tenía una hermana, al menos tenía un hijo. Si no tuvo un hijo, al menos tuvo a Margrethe. Odette seguía deambulando buscando un altar donde arrojarse.
Responsabilidad. Sacrificio. Dedicación.
En eso se había convertido la vida de Odette, como si fuera todo lo que ella podía hacer para darle sentido a su existencia. No sabía cómo vivir para sí misma. Tal vez porque nadie le había enseñado a vivir de otra manera.
Bastian sintió que podía entender a Odette en ese momento. Si reemplazabas a la familia por la venganza, eran la misma persona.
Si alguien le preguntara por qué hizo lo que hizo, no sabría responder, pero no conocía otra forma de llevar su vida. Su vida fue impulsada por una inercia ciega.
"...Sí, es cierto.... No fue Meg, Odette", dijo Bastian, mirándola a los ojos.
La esperanza del regreso de Margrethe era dolorosa de soportar, pero ese dolor era el último hilo que podía unir a Odette a su lado. Bastián decidió optar por lo último. Dejó que la codicia tomara el control, dejando de lado lo que era mejor para Odette.
"Lo sabía, no había manera de que no pudiera reconocer a Meg", dijo Odette, forzando una risa. Bastián respondió en silencio, atrapado entre verdades y mentiras, como en una vaga niebla.
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Bastian
RomanceEl nieto de un anticuario y una princesa mendiga se casaron. El contrato tenía una vigencia de dos años y era en beneficio de cada uno. Era un oficial naval comisionado y un millonario. El nieto de un anticuario que fue despreciado por su modesto pe...